sábado, 5 de mayo de 2018

Los castillos más sorprendentes de Alemania

Saber cuántos castillos hay en Alemania es una tarea ardua. Solo en la zona del Rin, flanqueada por grandes fortalezas y palacios inexpugnables, el viaje enlaza una visita tras otra en una lección de historia viva y emotiva. Pero hay más, como el legado que dejó Luis II de Baviera, el llamado 'Rey Loco', con dos castillos magníficos fruto de una imaginación y grandilocuencia desbordantes. O los cientos de castillos que presiden pueblos y ciudades que albergaron en su día, y algunos siguen haciéndolo, a la aristocracia del gran Imperio austrohúngaro. Entre todos, hemos elegido cinco que son visita obligada si algún día viaja a ese país.

Castillo de Neuschwanstein


El más famoso e icónico de los castillos alemanes está situado en la región de Baviera y, a pesar de su aspecto medieval, con torreones y picudas almenas, fue construido en el siglo XIX. Luis II de Baviera, llamado el Rey Loco, fue su artífice, aunque murió sin verlo terminado. El castillo es una auténtica fantasía, desde la reproducción de la gruta donde Wagner interpretaba sus obras hasta las originales dependencias y mecanismos que llenan el palacio. Su nombre original era «Nuevo castillo de Hohenschwangau», en honor del castillo donde el rey pasó gran parte de su infancia. A su muerte lo cambiaron por el de Neuschwanstein. Recibe cada año 1.4 millón de visitantes.

Castillo de Moritzburg


El Castillo de Moritzburg, situado en el estado de Sajonia, a 13 km de Dresden, es una bellísima construcción barroca con cuatro torres circulares levantadas sobre una isla artificial. En su origen, entre 1542 y 1546, fue pabellón de caza del duque Moritz de Sajonia, de quien procede su nombre. En su interior exhibe varias colecciones entre las que destaca la de porcelana de Meissen.

Castillo de Katz


Otro de los castillos abocados al Rin es esta fortaleza con unas vistas impresionantes al valle y a los viñedos. Parada ineludible de la Ruta Romántica que discurre a través de la región de Renania-Palatinado, aunque no puede visitarse su interior, merece la pena por su ubicación y la contundencia de su estructura. Construido en el siglo XIV para proteger el punto aduanero de St. Goar, que se encuentra justo enfrente, quedó totalmente destruido durante el asedio de las tropas francesas en el siglo XIX, y vuelto a levantar noventa años más tarde para convertirlo en una residencia magnífica. Actualmente es propiedad privada, y una vez al año, durante la celebración de los fuegos artificiales 'Rhein in Flammen' (el Rin en llamas), desde allí se disparan fuegos artificiales y bengalas rojas que envuelven al castillo de luces y estelas.

Castillo Eltz


Las robustas torres de este castillo medieval, ubicado en las colinas sobre el río Mosela entre Coblenza y Tréveris, vigilan atentas el paso del Rin. Desde hace 33 generaciones sigue siendo propiedad de la misma familia que lo fundó en el siglo XII. Su situación estratégica, sobre un promontorio rocoso, a setenta metros sobre el río, le confiere una estampa magnífica. A pesar de estar habitado, se pueden visitar algunas de sus dependencias.

Castillo de Hohenzollern


Con sus torreones y almenas, parece alojar a los protagonistas de un cuento de hadas. Situado a 50 km de Stuttgart, está vinculado a la dinastía Hohenzollern, que gobernó Brandemburgo y Prusia hasta el siglo XX. Destaca su estampa magnífica sobre el monte Hohenzollern, a 855 ms. El castillo actual es una concienzuda recreación del original, cuyos orígenes datan del siglo XI, que se llevó a cabo entre 1846 y 1867 en estilo neogótico. Hoy alberga un museo que muestra su historia y la reconstrucción.

Fuente: National Geographic

 


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