Si le gusta remojarse, odia las olas y el cloro y le molesta la arena pegada a la piel, su opción es alguna de las piscinas naturales más sorprendentes del mundo.
Cataratas Kuang Si (Laos)
Paradisíaco lugar de Luang Prabang, en el norte de Laos. Su atractivo paisajístico es indudable. Su cascada y bosque atraen a muchos viajeros que quieren disfrutar del espectacular salto de agua y las pequeñas piscinas que se forman de agua turquesa. Se han instalado merenderos y refugios para pasar el día, algo que a los laosianos les entusiasma hacer en los días festivos.
Piscina Hamilton (Estados Unidos)
Esta piscina natural se originó con el derrumbe de la cúpula de una cueva tras varios años de erosión de su río subterráneo. Se encuentra a 40 km de Austin, Texas, en la reserva Balcones Cayonlands. Por ser un lugar protegido, hay que reservar día de visita previo pago de la entrada.
Laguna de Bacalar (México)
Se conoce como la laguna de los siete colores y bañarse en ella es una experiencia mágica. Y es que Bacalar es uno de los pueblos mágicos del estado de Quintana Roo, en la península de Yucatán. La laguna se formó a partir de tres cenotes diferentes que se desbordaron.
Charco Azul (España)
Ubicada en la isla de El Hierro, es una de las zonas de baño más espectaculares de las Islas Canarias. Maravilla que la lava volcánica haya moldeado esta piscina. Entrar en su agua calma y escuchar como fondo el reventar de las olas al otro lado, es una experiencia que no se olvida nunca. Es de fácil acceso caminando y cuenta con espacio para relajarse tomando el sol.
Piscina natural To Sua (Samoa)
Parece un escenario soñado; pero es real. Es el To Sua Ocean Trench, en la isla de Upolu, en el Océano Pacífico Sur. Esta maravillosa piscina de aguas esmeralda se formó en un gran agujero de piedra caliza que alcanza 30 m de altura. 'Sua' se traduce como 'gran agujero'. La cavidad se llena del agua de mar a través de un túnel de lava y la rodea una exuberante selva tropical.
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