viernes, 31 de agosto de 2018

Los pueblos más bonitos de Italia (II)

Italia tiene infinidad de lugares con encanto y magia, entre los más bellos del planeta. Lo llaman bel paese ('bello país'), clásica expresión poética, utilizada por primera vez por Dante y Petrarca para destacar sus paisajes naturales, su cultura, arte e historia. Esta riqueza se aprecia en numerosos pueblos, que merecen ser visitados alguna vez en la vida.

San Gimignano


Situado en una colina, entre Siena y Florencia, es un pueblo espléndido del siglo X, rodeado de una muralla del siglo XIII. Una visita al lugar supone sumergirse en la atmósfera de un pueblo medieval pues se ha mantenido intacto el ambiente de esa época. Su rasgo característico son las espectaculares torres, cada una con su historia, que dominan el paisaje. San Gimignano vivió un periodo de gran riqueza artística y económica, sobre todo en el siglo XIV, en buena medida gracias a los peregrinos que recorrían la Vía Francígena, una ruta que va de norte a sur de Europa. Comienza en Canterbury y acaba en la plaza de San Pedro del Vaticano. Hoy San Gimignano tiene una gran vida turística, con infinidad de restaurantes y tiendas, algunas de artesanía. El centro histórico del bello pueblo medieval ha perdido dos tercios de residentes en 30 años y corre el riesgo de morir de turismo, convertido en una Disneyland del medievo.

Ravello


Uno de los recorridos más bellos de Italia es la costa Amalfitana, donde se funden el verde de los cultivos de cítricos en las laderas con el azul del mar, con el resultado de un paisaje único: bahías, ensenadas, pequeños pueblos con sus pintorescas callejuelas encaramados en la montaña. Una perla de la costa Amalfitana, es un pueblo refinado y elegante, en medio de la naturaleza con villas señoriales. El corazón del pueblo es Piazza Vescovado, situada entre el Palacio Rufolo y la Catedral con una magnífica fachada y un campanario de 35 metros.

Asís


Es uno de los pueblos más famosos de Italia, situado en la provincia de Perugia, región de Umbría, en el centro de la península. Conocido, sobre todo, porque aquí nacieron y murieron Santa Clara y San Francisco, patrón de Italia. A él está dedicada la Basílica de Asís, con dos iglesias superpuestas y una cripta con la tumba de san Francisco. Los espléndidos frescos de Giotto y de Cimabue son una joya única del arte. Santa Clara tiene también dedicada una basílica, con interesantes frescos. En Asís se respira la magia de la atmósfera medieval, pero tiene restos romanos, como las murallas, la plaza del ayuntamiento, un teatro, un anfiteatro y el bien conservado templo de Minerva, transformado en la iglesia de Santa María.

Capri


Es meta turística de fama mundial. Ubicado en la isla del mismo nombre, es un lugar mágico con larga historia que se remonta a época romana. Ese recuerdo se conserva en numerosos restos arqueológicos, como las ruinas de Villa Jovis, construida por el emperador Tiberio. Su legendaria piazzetta es escenario de la dolce vita de Capri, por donde han pasado viajeros de todo el mundo, intelectuales y personajes célebres. La isla presenta una costa escarpada e irregular, en la que destacan sus famosos faraglioni, grandes escollos rocosos, además de innumerables cuevas entre las que destaca la Grotta Azzurra.

Taormina


Es una de las joyas de Sicilia, isla que con sus increíbles paisajes y sus pueblos únicos, continúa encantando a miles de viajeros. En su recorrido por Italia, Goethe se entusiasmó de Taormina y de Sicilia, llegando a exclamar: "Aquí está la clave de todo". Situada en la costa este, es para los amantes de la historia y del arte un lugar ideal para visitar. Símbolo de la ciudad es el teatro griego del siglo III a. C. Desde ahí, se divisa el mar azul turquesa hasta las costas de Calabria, de la ciudad de Siracusa y de la cima del Etna, un volcán que cuando está activo ofrece uno de los espectáculos más maravilloso de la fuerza de la naturaleza.

 

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