martes, 7 de agosto de 2018

Científicas extraordinarias (II)

Siempre se ha dicho que las carreras denominadas 'de ciencias' eran territorio masculino y las 'de letras' eran más propias de mujeres. A la luz de la historia, esta afirmación cae por su propio peso. Existen muchos ejemplos de mujeres que destacaron, y siguen destacando, en los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas. Más aun, en numerosos casos los hombres se aprovecharon de los conocimientos y hallazgos de estas mujeres para brillar con sus trabajos. Este es un reconocimiento a la sabiduría femenina.

Emmy Noether


Amalie Emmy Noether podría considerarse como la mujer más importante en la historia de las matemáticas, y de hecho vale destacar que entre, otros tantos, así la consideraba Einstein. Nació en Erlangen, Alemania, en 1882 y falleció en 1935 en EE. UU., luego de ser expulsada por los nazis unos años antes. La figura de Noether ocupa un imprescindible lugar en el ámbito de las matemáticas, especialmente en la física teórica y el álgebra abstracta, con grandes avances en cuanto a las teorías de anillos, grupos y campos. A lo largo de su vida realizó unas 40 publicaciones realmente ejemplares.

Bárbara McClintock


También de origen estadounidense, Bárbara McClintock nació en Hartford en 1902 y falleció en 1992, dejando un importante descubrimiento en el campo de la genética. Bárbara se especializó en citogenética y obtuvo un doctorado en botánica en 1927. A pesar de que durante mucho tiempo, injustamente, sus trabajos no fueron tomados en cuenta, 30 años más tarde se le otorgó el premio Nobel por su excepcional e increíblemente adelantada para su época: la teoría de los genes saltarines, revelando el hecho de que los genes eran capaces de saltar entre diferentes cromosomas. Hoy, este es un concepto esencial en genética.

Alice Ball


Alice Ball fue una química norteamericana  que desarrolló un extracto de aceite inyectable que se convirtió en el tratamiento más efectivo para combatir la lepra hasta la década de 1940 (cuando aparecieron los primeros antibióticos). Hasta el descubrimiento de Ball, el encarcelamiento y aislamiento de los leprosos era todo el sistema que se empleaba. Ante esto, Ball elaboró un extracto efectivo de aceite inyectable que permitió a los enfermos salir de su reclusión y recuperar sus vidas.

Rachel Fuller Brown y Elizabeth Lee Hazen

Rachel Fuller Brown (1898-1980) fue una química estadounidense. Con su socia Elizabeth Lee Hazen(1885-1975)  desarrolló el primer antibiótico efectivo contra la enfermedad de hongos en los humanos, el avance biomédico más importante desde el descubrimiento de la penicilina dos décadas antes. Durante los años cuarenta, ambas científicas se encontraban trabajando para el Departamento de Salud Estatal de Nueva York aunque por separado, la una en Nueva York y la otra en Albany. Sin embargo, esto no significó un problema y las colegas trabajaron a distancia durante un largo tiempo, hasta que en 1950 hallaron la primera droga capaz de combatir los hongos. Hoy, esa droga (que llamaron Nistatina) se emplea en una amplia variedad de medicamentos capaces de curar diversos hongos que afectan la piel, la vagina y el tracto intestinal. 

Lise Meitner 

Física sueca de origen austriaco con un amplio desarrollo en el campo de la radioactividad y la física nuclear, y verdadera autora del descubrimiento de la fisión nuclear. Su compañero de investigación, Otto Hahn recibió en su lugar (imaginen el porqué) el premio Nobel por su hallazgo (1944). Meitner, ante su condición de judía, tuvo que huir de Alemania y comunicarse con Hahn a través de cartas. Un día Meitner descubrió la energía que se liberaba con separación del núcleo de un átomo e informó a su colaborador. Sin embargo, Lise Meitner nunca quiso volver a Alemania y Hahn recibió el premio. Años más tarde, el meitnerio (elemento químico de valor atómico 109) fue nombrado así en su honor.


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