Publicado en el diario oficial El Peruano el sábado 11.08.18
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En la II Guerra Mundial los alemanes organizaron la 'Operación Barbarroja', una de las invasiones militares más sangrientas de la historia, en la que Hitler fue derrotado, aunque al costo de tres millones de soldados y ciudadanos soviéticos que dieron su vida en defensa de su patria.
Esa victoria no se hubiera logrado sin la participación de un grupo de aviadoras rusas, cuyas acciones de guerra motivó que se las conociera como 'Las brujas de la noche', aunque poco se las menciona en los libros de historia.
Las aviadoras bombardeaban los campamentos alemanes cada noche, causando fuertes daños físicos y psicológicos entre los nazis, mientras estos dormían.
El daño físico y psicológico que causaban sobre las tropas alemanas no se puede cuantificar en la actualidad. Como cada biplano solo llevaba dos bombas, realizaban entre seis y doce salidas diarias, según el clima. Cargaban las bombas, las lanzaban y regresaban, todo esto durante la madrugada.
Aunque pilotar un avión requería de un aprendizaje de varios años, las soviéticas recibieron un curso de pocos meses. Con tan pocas lecciones, causaron auténticos estragos en el enemigo. ¿Cómo fue posible que unas cuantas mujeres sin experiencia consiguieran jaquear a los expertos aviadores alemanes? Sencillo: pericia y astucia femeninas.
Los hombres no concebían que cada noche volvieran de una pieza. Dado que los cazas nazis eran más veloces, ellas aplicaron la maniobrabilidad de los Po-2. Los alemanes no podían realizar virajes bruscos, ni sobrevolar a niveles tan bajos como las soviéticas, que se ponían en cola, apagaban sus motores y disparaban, una tras otra. Cerca del suelo volvían a encender la nave para coger altura. Cometieron varias locuras, pero gracias a estas se ganaron la admiración.
Para comienzos del otoño de 1942 el regimiento 588 realizaría más de 700 vuelos nocturnos. Por sus proezas esta unidad contó con varias heroínas y docewnas de Orden de la Bandera Roja. En tres años acumuló más de 2,400 salidas de combate. La mayoría de estas mujeres piloto superó las 1,000 misiones y tomaron parte en la Batalla de Berlín.
Los historiadores recogen muchas hazañas de estas luchadoras, como las 18 misiones que realizaron en una noche Nadya Popova y su tripulante Katya Ryabova, o las 1,008 misiones de Irina Sebrova, quien fue derribada dos veces, pero llegaba a la base indemne.
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