La ducha y la ciencia médica

Gran parte de las personas suela bañarse cada 24 horas. Ese es el promedio estándar en muchos países como el Perú. Pero la ciencia médica considera que eso no sería lo más adecuado.

 

La mayoría de veces entramos a la ducha por higiene, luego de un día cargado de actividades. En algunas zonas muy calurosas una buena ducha de agua fría puede ser una alternativa bastante reconfortante. Sin embargo, ¿son realmente necesarias las duchas frecuentes?

La Academia Estadounidense de Dermatología (DAA por sus silgas en inglés) recomienda a los padres de niños de entre 6 y 11 años bañarlos dependiendo que tan sucios estén. Si no se han ensuciado demasiado, la recomendación es que vayan a la ducha al menos una o dos veces por semana. En ellos, su sistema inmune en desarrollo necesita organismos bacterianos y pequeñas dosis de virus e infecciones para crear autodefensas y crecer fuerte.

Cuando se llega a los 12 años, la DAA no tiene una guía oficial. En realidad, la mayoría de personas recurren a la ducha diaria con el fin de quitarse de encima las bacterias y los malos olores, pero este hábito puede ser perjudicial debido al jabón.

El jabón está hecho para eliminar la suciedad y la grasa de la piel. Sin embargo, al contrario de lo que se piensa, enjabonarse podría traer más bacterias debido a la resequedad que genera.

Según Elaine Larson, experta en enfermedades infecciosas y decana asociada de investigación en la Escuela de Enfermería de la Universidad de Columbia. EE. UU., "a piel seca y escamada puede abrir puertas a gérmenes y bacterias. Ducharse con demasiada frecuencia si la piel está seca puede empeorarla.

Larson considera que para mantenerse a salvo de bacterias, bañarse dos veces a la semana es suficiente. No obstante, esa cantidad probablemente no quite la sensación de suciedad. Por ello, la especialista considera que si el baño es más frecuente "hay que enjabonarse orificios, trasero e ingle, que producen secreciones de fuerte olor. El resto del cuerpo no necesita mucho jabón.

Aquí, algunos consejos para mantener la piel hidratada y evitar la sequedad causada por el jabón o champú (en el cuero cabelludo) .

► Tomar la ducha con agua templada. El agua fría o caliente puede ser perjudicial. Tres minutos son suficientes para estar limpios y cómodos.

► Usar el jabón principalmente zonas sensibles como ingle, pies, axilas y manos. Para el resto del cuerpo basta un lavado con agua.

► Preferir jabones neutros con bajo contenido en detergente.

► Es mejor el secado al aire o utilizando una toalla de material muy suave. En este último caso, hay que secarse con cuidado y sin raspar la piel.

Fuente: El Comercio