jueves, 16 de agosto de 2018

La nueva cara de Katie IV

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1) Un residente de cirugía sostiene con todo el cuidado la cabeza de Katie para que no se le mueva mientras la instalan en la unidad de cuidados intensivos tras 31 horas de intervención. Para protegerle los ojos le han suturado los párpados. Completado el trasplante, Katie todavía necesitaría operaciones adicionales y muchos meses de rehabilitación.

2) Abandonado un momento el quirófano, Papay (sentado junto a Alesia) y Gastman (al lado de Robb) muestran a los padres las fotos que acaban de tomar a Katie y les explican los pros y contras de implantar la cara entera de la donante. El trasplante completo sería más agradable a las vista, con lo cual Katie se sentiría más cómoda en público, pero trasplantar tal cantidad de piel podría aumentar el riesgo de rechazo.

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1) Poco después de la operación, Robb, Alesia y el hermano de Katie, Robert, observan el nuevo rostro de Katie por primera vez mientras ella sigue sedada en la UCI. Robb diría más tarde que le parecía surrealista estar viendo a su hija con la tercera cara que le conocía. Alesia pensó que el aspecto era muy bueno, no tan inflamado como se esperaba, pero también se preguntó: "¿Dónde está Katie?" Robert se fijó en un nuevo rasgo: un hoyuelo en la barbilla. 

2) Transcurridos 19 días de la operación, Katie disfruta de un momento de soledad en su habitación, algo muy poco frecuente dado que los médicos y otros profesionales acuden sin cesar para comprobar cómo va. Su nueva cara, todavía con las suturas, sigue muy hinchada.

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1) En uno de sus paseos diarios por los pasillos del hospital, 20 días después de operada, Katie canta mientras se ejercita con la fisioterapeuta Becky Vano (izquierda) y la estudiante de fisioterapia Nicole Bliss. Antes del trasplante, Katie tuvo que aprender a caminar de nuevo para superar la espasticidad de las extremidades causada por el traumatismo cerebral. Después del trasplante tuvo que empezar  de nuevo a fortalecer las piernas. 

2) 7 Meses después. En su primer viaje lejos del Cleveland Clinic y la Ronald McDonald Hous, Katie visita a su hermana, Olivia McCay, en Peoria, Illinois. Sostiene en brazos a su sobrino, Luke, nacido casi seis meses después del trasplante facial. "Espero seguir mejorando para que no se asuste cuando me vea", dice Katie. A menudo se nota los ojos secos e irritados, así que a veces se los cubre con una película de plástico protectora para mantenerlos húmedos. 

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