lunes, 9 de julio de 2018

Tailandia: Un rescate con modestia y educación

Hasta la fecha son ocho los niños rescatados de una de las cuatro cuevas más grandes de Tailandia, y sin embargo solo un grupo reducido de rescatistas sabe la identidad de los niños  que ahora están internados en el hospital, sometidos a exámenes para determinar su real estado de salud. Los ocho niños, repetimos, ya están sanos y salvos, pero sus familias aún no lo saben.


Las razones del secretismo para desvelar la identidad de los menores que ya han salido de la cueva se explica por la complejidad del operativo, pero también por la modestia y la educación del pueblo tailandés.

El rescate de ocho de los 12 niños atrapados en la cueva de Thuam Luang, al norte de Tailandia, ha dado un rayo de esperanza a la posibilidad de sacar sano y salvo a los cuatro niños y al entrenador que aún permanecen atrapados en la cueva desde el pasado 23 de junio. Y en mucho menos tiempo del previsto. Lo que podría haber llevado meses, puede completarse en apenas unos días. Y con éxito.


La operación se precipitó aprovechando que la lluvia había remitido y que el agua de la cueva se encontraba en su nivel más bajo de los últimos días después de haber drenado 128 millones de litros de su interior.

"No hay otro día en que estemos más preparados que hoy", dijo Narongsak Ossottanakorn, portavoz de los efectivos de rescate.

Pero la operación es muy complicada y arriesgada y las autoridades no quieren dar falsas esperanzas, aunque ya se ha rescatado a ocho de ellos.

Pero pese a las buenas noticias que ha traído la primera fase del rescate, las autoridades tailandesas mantienen la cautela.

Por eso no se ha revelado la identidad de los niños que ya se encuentran en el exterior. Ni siquiera a sus padres.

Son razones culturales las que llevan al equipo tailandés a cargo del rescate a actuar con tanto secretismo. Uno es el respeto a los demás.
El jefe de la operación Narongsak Osottanakorn lo dijo bien claro tras darse por concluida la primera fase del rescate con mucho más éxito del esperado: "No se revelará la identidad de los niños por respeto a las familias cuyos hijos todavía continúan en la cueva."
Todos se alojan juntos en el campamento base que se ha levantado a la entrada de la cueva y las autoridades no quieren que mientras unos celebran la alegría de tener a los suyos a salvo, otros vivan la angustia de seguir el minuto a minuto del resto del operativo.


Desde que se conoció la desaparición de los 12 adolescentes y su entrenador, el pueblo Maesai, el más cercano a la cueva donde muchos de los niños iban a la escuela, ha estado muy unido.
Ha habido grupos de voluntarios ofreciendo comida y apoyo psicológico a las familias y hasta se ha recolectado dinero para ofrecer a los padres que han tenido que dejar sus trabajos para seguir el día a día de la operación.


Las autoridades tailandesas también buscan establecer un 'cordón sanitario' a fin de evitar que se filtre información que pueda perjudicar el rescate o dañar las sensibilidades de las familias.
Los celulares, por ejemplo, están restringidos a cierto personal dentro del campamento y la información se comparte solo con un grupo reducido.

También hay una preocupación con la prensa. Este domingo, Osottanakorn criticó la actuación de algunos medios de comunicación que han interferido la radio de la policía para obtener más datos de los ofrecidos o han usado drones para acceder a las zonas donde el paso está cortado.

(La gran cantidad de periodistas de toda Tailandia y del mundo se mantienen alejados de la cueva y también del hospital de Chiang Rai, donde los cuatro sobrevivientes están bajo observación.)


Los padres, conscientes de la preocupación de las autoridades, obedecen las indicaciones dadas manteniendo también el hermetismo.

Hay un dicho tailandés que dice: "Evita ofender a quien te ayuda pidiéndole más de lo que te da." Por eso, explican los conocedores, los padres que aguardan el rescate de sus hijos no demandan más información de la que se les ofrece, conscientes de los esfuerzos que hacen tanto las autoridades como la comunidad internacional por sacar sanos y salvos a sus hijos.

El pueblo tailandés, conocido por ser modesto y respetuoso, valora enormemente el destacamento de equipos y voluntarios en la zona y no quiere comprometer el buen funcionamiento del operativo exigiendo que les den más información.

Es una señal de agradecimiento en la cultura tailandesa aceptar lo que te dan sin hacer preguntas.

(Esto nos lleva preguntarnos ¿cómo habría sido el actuar de las autoridades y de los periodistas peruanos en un caso similar?)

Fuente: BBC Mundo

 


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