martes, 24 de julio de 2018

Fwd: Pompeya y la erupción del Vesubio


Pompeya era una ciudad romana que se hizo famosa por un hecho trágico: la erupción del volcán Vesubio. Los pobladores no pudieron huir de la lava y cenizas que cayeron en la ciudad, quedando sepultados para siempre. El volcán se ubica actualmente en la ciudad metropolitana de Nápoles, en la región italiana de Campania.

  
La erupción del monte Vesubio en el año 79 d. C. fue una erupción volcánica acaecida el 24 de agosto (o el 24 de octubre) de ese año sobre las ciudades de Pompeya y Herculano. La erupción del año 79 fue documentada por historiadores contemporáneos y se acepta universalmente que comenzó el 24 de agosto. No obstante, las excavaciones arqueológicas de Pompeya indican que la ciudad fue enterrada un par de meses después.

La catástrofe también alcanzó a Estabia y a otras zonas circundantes. El total de habitantes en estas ciudades era entre 16,000 y 20,000 personas; los restos de cerca de 1,500 han sido encontrados en Pompeya y Herculano, pero el total de fallecidos es desconocido.

Pompeya fue fundada en el siglo VII a. C. y era una ciudad próspera, muy conocida como sitio de vacaciones para los más poderosos. Se dice que Nerón tenía su casa de vacaciones allí y su segunda esposa era proveniente de esa ciudad.

 
El monte Vesubio quedaba muy cerca de Pompeya, pero las personas que vivían allí no sabían que se trataba de un volcán. Es por eso que la tragedia fue algo imprevisto. Nadie pensó que podría ocurrir. No podían saberlo tampoco por la experiencia, dado que la última erupción había sido en el 1800 a. C.

La erupción ocurrió un día después de festejada la Vulcanalia, festividad en honor de Vulcano, dios romano del fuego.

La erupción duró al menos dos días. Es probable que la erupción haya durado 24 horas, pero los restos de cenizas y roca siguieron cayendo por dos días hasta cubrirla con una capa de 6 metros de profundidad. Antes de esta erupción la palabra volcán no existía. Se le dio ese nombre en honor al dios Vulcano.

Las declaraciones sobre esta tragedia son conocidas gracias a las cartas de Plinio el Joven, un administrador y poeta romano que observó desde lejos la erupción. Habló con algunos sobrevivientes y redactó sus experiencias en documentos de mucho valor histórico. Estas cartas recién fueron encontradas en el siglo XVI.

La lava alcanzó la ciudad a una velocidad de 110 kilómetros por hora, sin posibilidad de que alguien escapara. Cubrió una superficie de 500 km2, destruyendo no solo a Pompeya, sino a varias otras ciudades y pueblos vecinos. No hay un número correcto en cuanto a la cantidad de muertos, pero se estima que fueron alrededor de 25 mil personas las que perecieron.

La ciudad permaneció perdida por 1,500 años hasta que en 1599 fue encontrada al excavar un túnel subterráneo. El arquitecto Domenico Fontana descubrió algunos frescos de Pompeya con alto contenido sexual, y debido al rechazo en la época a este tipo de representaciones los volvió a enterrar. Pompeya fue redescubierta en 1748 y desde ese momento no se ha vuelto a perder.

Debido a las cenizas los objetos de la ciudad permanecieron bien preservados de la humedad, y constituyen un testimonio excelente de la vida romana en esa época. Se usó yeso para llenar los huecos entre las cenizas dejados por los cuerpos, y así saber en qué posiciones habían muerto.

El Vesubio tuvo su última erupción en 1944 durante la Segunda Guerra Mundial. En esta oportunidad destruyó las poblaciones de San Sebastiano al Vesubio, Massa di Somma y parte de San Giorgio en Cremano, así como toda una escuadra de 88 bombarderos B-25 de la USAF (Fuerza Aérea de Estados Unidos), durante la II Guerra Mundial.

Actualmente 3 millones de personas viven cerca de él, transformándolo en el volcán más peligroso en actividad. 



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