Los peruanos recordamos y celebramos cada 28 de julio como el día de la Proclamación de nuestra la Independencia. Sin embargo, a la luz de diversas fuentes historiográficas, ese acto fue la última pieza de un rompecabezas que se fue armando desde muchos meses, incluso años, antes de la llegada de la Expedición Libertadora.
Son muchos los historiadores que recuerdan que el siglo XVIII abundó en protestas, revueltas, motines, levantamientos, y el XIX fue de explícita vocación emancipadora, pues abundó en gritos libertarios, formación de juntas de gobierno paralelo, declaraciones y hasta proclamaciones independentistas informales como ocurrió en Tacna (1811), Huánuco (1812), Cusco y Moquegua (1814), entre otros.
Esos hechos demuestran que el ansia de libertad ya había sentado sus reales desde la sublevación de Túpac Amaru II (1780).
La llegada del general José de San Martín y su ejército de liberación tuvo la virtud de impulsar el ansia de libertad que recorría por todos los rincones de la Patria.
Un repaso de la historia demuestra que el primer grito de independencia en el Perú se escuchó en Cangallo, actual provincia de Ayacucho, el 7 de octubre de 1814. Es decir, seis años antes de que el general San Martin desembarcara en Paracas.
Cangallinos celebran el bicentenario de su independencia (octubre de 2014).
Ese día sus habitantes, al lado de sus valientes jinetes morochucos, dirigidos por Basilio Auqui, juraron solemnemente su independencia en cabildo abierto, y suscribieron el Acta con sangre de sus venas, que ellos mismos se extrajeron para rubricar el documento y jurar su libertad.
Según el historiador huamanguino Max Aguirre, en ese acto se "alcanzó a observar el formalismo jurídico pertinente que implicaba una ceremonia juramentaria legitimadora".
Fue el corolario de las varias batallas, en las que los montoneros vencieron a las tropas españolas, comandadas por los generales Mariano Ricafort y José Carratalá.
Al conocer el heroísmo de Auqui y los morochucos, San Martín la llamó Heroica Villa; y años después Simón Bolívar la nombraría Heroica Provincia de Santa Rosa de Cangallo.
Otro caso fue el de Ica, que juró su independencia el 21 de octubre de 1820, después de que el general Álvarez de Arenales, enviado por el Libertador, iniciara la campaña en la sierra, venciera a los españoles en la batalla de Nasca y ocupara Ica.
La siguiente proclamación de independencia fue la de Huamanga el 1 de noviembre de 1820, con asistencia del cabildo local convocado por Álvarez de Arenales.
El histórico balcón de Huaura.
De otro lado, y desde un balcón de Huaura, San Martín proclamó por primera vez la independencia del Perú, el 27 de noviembre de 1820. Por eso se conoce a esa ciudad como 'cuna de la Independencia Nacional del Perú'.
El 8 de diciembre, tras la victoriosa Batalla de Pasco, Álvarez de Arenales convocó a los pobladores en la plaza Chaupimarca y ahí se juró solemnemente la independencia de Pasco.
El general argentino se trasladó al valle del Mantaro, y allí proclamó la independencia de Huancayo el 20 de noviembre de 1820.
Después llegó a Tarma, cuya independencia fue jurada 29 del mismo mes.
Paralelamente, y siguiendo con la corriente libertadora, el pueblo de Huánuco juró su Independencia el 15 de diciembre de 1820.
Toda esa región estaba bajo la jurisdicción de la Intendencia de Trujillo, cuyo titular, José Bernardo de Tagle, marqués de Torre Tagle, juró su independencia el 29 de diciembre de 1820, y luego envió emisarios a las ciudades del norte con instrucciones de hacer lo mismo.
Así, el cabildo de Lambayeque proclamó su independencia el 27 de diciembre; y el de Chiclayo juró la suya el 31; Piura lo hizo el 4 enero de 1821; Cajamarca y Hualgayoc, por separado, el 8; Chota, el 9, y Ferreñafe y San Pedro de Lloc el 10 de enero. Lo mismo hizo la provincia de Motupe por esos mismos días.
Placa recordatoria de la proclamación de la independencia de Trujillo.
Lo dicho demuestra que hubo varias proclamaciones de la independencia, y explica el por qué muchos pueblos reclamen una revisión de la historia, en particular las jornadas independentistas, ad portas de la celebración del bicentenario de nuestra independencia; y se les reconozca su participación en las luchas por desprendernos del yugo español.
Sería una forma de reconocer a nuestros ancestros su lucha por la libertad y sacarlos del olvido o de la marginación histórica en que se los mantiene.
Publicado en el diario oficial El Peruano el 28.07.18
No hay comentarios:
Publicar un comentario