jueves, 19 de julio de 2018

La Biblioteca de Alejandría

La destrucción del gran centro del saber de la antigüedad


En un cuento escrito en 1941, el escritor argentino Jorge Luis Borges imaginó una 'biblioteca universal' o 'total' en la que estarían reunidos todos los libros producidos por el hombre.

Sin duda, el modelo de ese sueño literario se encontraba en la célebre Biblioteca de Alejandría. Creada pocos años después de la fundación de la ciudad por Alejandro Magno en 331 a. C., la Biblioteca de Alejandría por finalidad compilar todas las obras del ingenio humano, de todas las épocas y todos los países, que debían ser incluidas en una suerte de colección inmortal para la posteridad.


A mediados del siglo I a. C., se cree que la biblioteca poseía hasta los 700,000 libros que sus bibliotecarios supieron atesorar a lo largo de decenios.

Sin duda, la desaparición de la Biblioteca de Alejandría constituye uno de los más simbólicos desastres culturales de la historia, comparable tan solo con la quema de libros que siguió a la toma de Constantinopla por los cruzados en 1204 o la que tuvo lugar en 1933 en la Bebelplatz de Berlín a instancias del ministro de propaganda Joseph Goebbels; o el incendio de la biblioteca de Bagdad, en 2003, ante la pasividad de las tropas estadounidenses.


Es difícil señalar el momento exacto en que se produjo la destrucción de la Biblioteca de Alejandría.  La primera información al respecto se remonta al año 47 a. C.

En la guerra entre los pretendientes al trono de Egipto, el general romano Julio César, que había acudido a Alejandría para apoyar a la reina Cleopatra, fue sitiado en el complejo palacial fortificado de los Ptolomeos.


Grabado que recrea el incendio que quizá destruyó parte de la Biblioteca en el año 47 a.C., durante la guerra de Alejandría entre Cleopatra y su hermano.

César se defendió bravamente en el palacio, pero durante un ataque se produjo en el arsenal un incendio que se extendió a una sección del palacio. Entonces se habrían quemado numerosos libros que el propio César pretendía transportar a Roma (las fuentes hablan de 40,000 rollos).

Si la Biblioteca no había desaparecido del todo, no hay duda de que en los decenios posteriores su declive se agudizó. La violencia sacudía una y otra vez la ciudad, con constantes guerras y enfrentamientos por el poder.

El golpe de gracia para la Biblioteca llegó en el año 640, cuando el imperio bizantino sufrió la arrolladora irrupción de los árabes y Egipto se perdió totalmente. La propia Alejandría fue capturada por un ejército musulmán comandado por Amr ibn al-As. Fue justamente este general quien, según la tradición, habría destruido la Biblioteca cumpliendo una orden del califa Omar.

El episodio es relatado en detalle por Bar-Hebraeus, un autor siríaco cristiano del siglo XIII, quien se refiere incluso a una gestión desesperada para salvar los libros por parte del teólogo Juan Filópono. Según esta fuente, el general árabe Amr ibn al-As era una persona sensible y cultivada, y tras escuchar las alegaciones de Filópono dirigió al califa Omar una carta en la que le pedía instrucciones sobre lo que había que hacer con los libros de la biblioteca.

Omar, estricto en sus creencias, repuso: «Si esos libros están de acuerdo con el Corán, no tenemos necesidad de ellos, y si estos se oponen al Corán, deben ser destruidos»La orden era clara y fue ejecutada sin contemplaciones.


Biblioteca de Celso, en Éfeso, erigida en 101 d.C., que llegó a contener 12,000 volúmenes. Todas las grandes ciudades del Mediterráneo llegaron a albergar importantes bibliotecas.

Algunos autores creen que la Biblioteca desapareció de forma progresiva

Sea o no cierta la historia, lo cierto es que el rastro de la Biblioteca de Alejandría se perdió para siempre, cumpliendo lo que parece ser el sino de muchas de las grandes bibliotecas: la de perecer víctimas de la violencia, la intolerancia o el infortunio. La historia está plagada de episodios similares. Sin ir más lejos, el 18 de diciembre de 2011 se incendió la biblioteca de la Academia de Ciencias de Egipto, en El Cairo, que albergaba 200,000 documentos que se remontaban al siglo XVIII –entre ellos, una valiosa copia original de la Descripción de Egipto– y que contenían valiosísimas fuentes para la investigación del país del Nilo.

Fuente: National Geographic


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