Los rescatistas elaboraron planes para rescatar a las 13 personas, que ahora se han reducido a 9, en una guerra contra el agua y el tiempo, ya que se avecina una nueva arremetida de monzones (vientos con lluvia), que podrían volver a inundar la cueva y suspender las tareas de rescate durante los próximos cuatro meses, como se informó inicialmente. Los planes, son:
1. Esperar que el agua descienda: esta es la opción más viable y con la que actualmente están trabajando más el equipo de rescate. Se planea esperar que en los próximos días el nivel del agua descienda y poder sacar a los chicos con máscaras de buceo en tramos mínimos. Esto se ha logrado con el bombeo del agua, que ha permitido reducir su nivel y facilitó el rescate de los primeros cuatro niños. La labor de rescate se ha suspendido hasta el lunes o martes, y se sigue suministrando víveres y oxígeno para que puedan sobrevivir antes que la cueva se inunde.
2. Enseñar a los niños a bucear: lo que por un momento parecía la opción principal, fue descartada rápidamente por la trágica muerte de uno de los buceadores. Esta idea planteaba enseñarle a los niños a bucear y sacarlos de allí con tanques de oxígeno y máscaras.
Lastimosamente, ninguno de los niños de 12 y 15 años sabe nadar. Además, luego de no comer varios días, sus músculos están atrofiados y están faltos de energía.
3. Evacuación por un pozo vertical: los rescatistas están buscando en cada metro cuadrado de la cumbre de la montaña algún lugar que conecte con el lugar donde están atrapado el grupo de niños. Esta opción está siendo descartada a cada minuto porque una mala perforación podría sepultar a los que estén dentro de la cueva, pero el grupo de rescate sigue buscando alguna conexión entre los pozos.
El plan "requiere habilidades de alto nivel de los buceadores" y que los niños tengan "algunas habilidades de buceo, una mente fuerte y no entren en pánico". Mantener a los niños tranquilos durante el rescate será esencial.
La primera parte del viaje de salida, a través de pasajes angostos e inundados, es la más complicada, según uno de los socorristas. Puede implicar largos periodos bajo el agua para "niños que nunca antes han utilizado equipos de buceo".
Después de eso, pasarán a la caverna que ha servido de base para las operaciones de los buzos.
Descansarán allí, antes de pasar a la última etapa, en la que podrán caminar más fácilmente hacia la entrada.
Una vez fuera se dirigirán inmediatamente al hospital, en la ciudad de Chiang Rai.
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