martes, 27 de febrero de 2018

Pueblos con un solo habitante I

El disputado voto del Sr. Cayo es una película española de 1986 dirigido por Antonio Giménez-Rico, basado en la novela homónima que Miguel Delibes escribió en 1978. La obra narra que durante las elecciones de 1977, viaja junto a dos jóvenes militantes hasta unos pequeños pueblos del norte de la provincia de Burgos. Los tres llegan a una aldea despoblada, en la que se encuentran con el señor Cayo, alcalde de la misma.

Novela y películas premonitorias.

Les acoge y les informa de que en efecto, solo quedan dos personas en el pueblo además de él; la primera, su esposa, una mujer muda, y el segundo, un hombre con el que no ha hablado en muchos años. El contraste entre los jóvenes militantes, modernos, urbanitas y concienciados y el casi anciano lugareño y su forma sencilla de ver la vida es el hilo conductor que da forma a la novela. El señor Cayo era un resistente, una rémora destinada a desaparecer, como su propio pueblo.

 Cuarenta años después siguen existiendo lugares así, pueblos con exactamente un habitante.

Monowi, Nebraska, Estados Unidos

  

Letrero a la entrada de Monowi, en 2009 y tras el censo de 2010. La taberna regentada por Elsie Eiler.

Cuando se llevó a cabo el censo del año 2000 Monowi tenía dos habitantes: Rudy y Elsie Eiler. Rudy murió en 2004 y Elsie, hoy con 84 años, quedó como la única habitante del pueblo, que probablemente desaparecerá del mapa con ella. Monowi alcanzó su pico de población en 1930, con 150 habitantes. Cuando el ferrocarril dejó de pasar por el pueblo el lugar se quedó desierto rápidamente. Sin embargo es un sitio estupendo. Elsie Eiler es la alcaldesa y también dueña de la Taberna Monowi, que abre de 9 am a 10 pm y cuya clientela es extremadamente fiel. En el lugar hay también una biblioteca con cinco mil ejemplares, de la que se encarga también la propia Elsie. Como alcaldesa, se encarga de otorgarse a sí misma la licencia de venta de alcohol y de recaudarse los impuestos. Igualmente realiza cada año un plano de las calles del municipio para recibir del Estado de Nebraska la financiación que le permite mantener las cuatro farolas del pueblo, ubicado en el medio oeste de los Estados Unidos. El pequeño pueblo es una parada obligatoria para todos los viajeros que se dirigen a Nebraska.

Cameron Corner, Australia

 

La tienda de recuerdos de Bill Mitchell en Cameron Corner. Hito fronterizo.

El punto del Outback donde se cruzan Queensland, Nueva Gales del Sur y Australia Meridional es conocido como Cameron Corner, llamado así por John Cameron, un agrimensor que cometió la heroicidad insensata de delimitar el territorio de Queensland sobre el polvoriento terreno del Outback. En Cameron Corner hay una tienda, físicamente situada en Queensland, pero cuya dirección postal es de Australia Meridional, y que posee un número de teléfono de Nueva Gales del Sur. La tienda la regenta Bill Mitchell, que hace unos años montó un campo de golf en el desierto que rodea su propiedad. Su tienda es visitada cada año por varios miles de personas pasan por este camino, ya sea hacia la pista de Strzelecki, o hacia el sur de Australia, para comprar combustible, comidas o alojarse.

Laurier, Washington, Estados Unidos

 

Una sola residencia habitada. El aeródromo de Avey Field.

Situado junto a la frontera canadiense, Laurier es notable no solo porque según el censo de 2010 tiene un único habitante, sino también porque en el pueblo se encuentra un singular aeródromo, cuya pista de aterrizaje empieza en Estados Unidos y termina en Canadá, o viceversa. ¿Quién es el solitario habitante de Laurier? Se ignora. La Administración Federal de EE. UU. enumera tres edificios en Laurier, una estación fronteriza y dos  residencias de la estación fronteriza con Canadá.

Koipsi, Estonia

 

La granja de Koipsi. La costa de la isla no es lo que se dice una playa de arena fina y blanca

A pocos kilómetros al oeste de la capital de la pequeña república báltica se encuentra el municipio de Jõelähtme, una municipalidad rural compuesta por más de veinte asentamientos. Una de estas pequeñas poblaciones es la isla de Koipsi, situada a apenas un kilómetro de la costa continental estonia. Es un sitio frío y bastante desolado, con una granja de ovejas, donde vive un osado granjero.

Buford, Wyoming, Estados Unidos

 

Don Sammons a la entrada de su pueblo, y la gasolinera. Literamente eran suyos hasta hace poco.

El único residente de Buford se llama Don Sammons. Es, lógicamente, el alcalde del pueblo, dueño de la gasolinera y de la tienda de recuerdos, junto con el pueblo en general. Buford es el pueblo más pequeño de Estados Unidos con su propio código postal y oficina de correos, dirigida, claro, por Don Sammons. Este se mudó al pueblo a principios de los ochenta buscando paz y tranquilidad, junto con su mujer y su hijo. Por entonces el lugar contaba con 7 habitantes, que se marcharon a principios de los noventa. En 1992, Sammons compró el pueblo entero. En 1995 enviudó y la población descendió a 2 habitantes. Hasta que en 2006, su hijo emigró a algún sitio menos aburrido, dejando a su padre como único residente del lugar. El estar situado junto a una vía interestatal le permite vivir con cierta holgura; durante el verano más de mil personas diarias visitan el pueblo, aunque la cifra se reduce a la décima parte en invierno. A principios de 2017 Sammons decidió jubilarse y vender el pueblo para irse a vivir cerca de su hijo. Buford fue comprado por un vietnamita por la fascinante cifra de 900,000 dólares.

Naimakka, Suecia

 

Åke Siikavuopio en su remoto pueblito

Naimakka se encuentra al norte de Suecia, a poco más de un kilómetro de la frontera con Finlandia. Es el lugar del país donde se ha medido la temperatura más baja de su historia: 52 grados bajo cero. El pueblo es básicamente una estación meteorológica (la más septentrional de Suecia) y la residencia del encargado de su funcionamiento y a la vez único habitante del pueblo es Åke Siikavuopio. La vida de este hombre solitario transcurre en un total aislamiento en la misma estación meteorológica que su familia ha gestionado durante generaciones, primero apuntando los resultados en cuadernos, y ahora de forma automatizada. El vecino más cercano está a 8 km de distancia, lo que en invierno, con un metro de nieve, es todo un mundo.


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