La moraleja es...
Un maestro pide a sus alumnos que pregunten en casa alguna historia familiar que tenga una moraleja para contarla a todos al siguiente día en clase.
Al día siguiente, Joe cuenta su historia ante todo el salón: "Mi padre es un agricultor y tenemos pollos. Un día cargamos una gran cantidad de huevos en el mercado en una solo cesta y la pusimos en el asiento delantero de la camioneta. Cuando llegamos a un gran bache en el camino; la canasta cayó del asiento y todos los huevos se rompieron. La moraleja de la historia: no poner todos los huevos en una sola canasta."
"Muy bien", dijo el maestro.
A continuación le toca el turno a Barney quien cuenta su historia: "Mi padre me contó esta historia acerca de mi tía Karen… Ella era ingeniera de vuelo en la guerra y su avión fue golpeado. Tenía que atacar sobre territorio enemigo y lo único que tenía era una botella de whisky, una ametralladora y un machete."
"Sigue contando," dijo el maestro, intrigado.
"Tía Karen se bebió todo el whisky mientras estaba volando y aterrizó justo en el medio de un centenar de soldados enemigos. Mató a setenta de ellos con la ametralladora hasta que se quedó sin balas. Luego mató a más de veinte con el machete hasta que la hoja se rompió. Y luego mató a los últimos diez con sus propias manos."
"Santo cielo", dijo el profesor horrorizado. "¿Qué te dijo tu padre sobre la moraleja de esta historia?"
Barney respondió: "Me dijo: mantente alejado de la tía Karen cuando esté borracha."
Robot detector de mentiras
Un hombre compra un robot detector de mentiras. Cada vez que el robot detecta una mentira da una bofetada al mentiroso. El señor decide probarlo durante la cena con su hijo, pues tenía ciertas sospechas de que le engañaba.
PADRE: Hijo ¿Dónde has estado hoy durante las horas de clase?
HIJO: En la escuela (el robot golpea hijo) Bueno, bueno de acuerdo fui al cine.
PADRE: ¿Qué película viste?
HIJO: Harry Potter (el robot golpea hijo otra vez). ¡Ay! Vi una película para adultos.
PADRE: ¿Qué? ¡Cuando yo tenía tu edad yo ni siquiera sabía que esas películas existían! (El robot golpea al padre).
MADRE: Jajajá ¡Después de todo, es tu hijo! (El robot da una bofetada a la madre.)
Loro indiscreto
Una señora se quería comprar un loro. Va a la tienda de mascotas, y el tendero le comenta que sólo tiene un loro, pero que éste había pertenecido a una señora, que tenía un burdel, por lo cual su vocabulario... era altamente insolente.
A la señora no le importó, y dijo que lo educaría para que dijera cosas agradables.
Llega a su casa y destapa la jaula, y el loro comienza a hablar: "Nueva casa, nueva madame".
La señora suelta una carcajada, y espera ansiosa a que sus hijas lleguen de la escuela.
"Nueva casa, nueva madame, nuevas prostitutas"
Las hijas no pueden contener la risa y esperan a que su padre llegue para que vea al loro.
Llega el papá a la hora de la comida y el loro dice:
"Nueva casa, nueva madame, nuevas prostitutas, pero los mismos clientes... ¡hola Peeeepe!"
Cosas de la edad
Un anciano y una mujer se conocen en un bar y entablan conversación. Están disfrutando tanto de su compañía que, cuando el bar cierra, deciden continuar en el apartamento de la mujer.
Después de un tiempo, las cosas empiezan a ponerse muy románticas y terminan en la cama. Al rato, los dos yacen allí, mirando al techo.
El viejo piensa... "Dios, si hubiera sabido que era virgen, habría sido más cuidadoso con ella."
La joven piensa... "Caray, si hubiera sabido que se le paraba, me habría quitado las bragas."
En manos de caníbales
Un explorador iba caminando por la selva, cuando de pronto lo rodea un grupo de salvajes caníbales y estaba claro que no tenían intenciones amistosas.
- ¡Oh Dios, estoy muerto!
Pero de repente, el cielo se abre, aparece un rayo de luz y se escucha una voz profunda que le dice:
- No, todavía no estás muerto… lo que debes hacer es quitarle la lanza al jefe caníbal y clavársela a su hijo en el corazón.
Entonces, el explorador pelea con el jefe, le quita su lanza y se la clava en el pecho al joven que estaba junto a él, ante el asombro de todos los caníbales.
El hombre mira al cielo otra vez, y vuelve a escuchar la voz:
-¡Ahora sí que estás muerto!
Pareja fortuita
Un hombre y una mujer totalmente desconocidos se encuentran en el mismo vagón de un tren nocturno.
Después de la vergüenza inicial, ambos se van a dormir, el hombre en la litera superior, la mujer en la inferior. En mitad de la noche, el hombre se inclina, despierta a la mujer y le dice: "Lamento molestarte, pero tengo mucho frío y me preguntaba si podrías conseguirme otra manta."
La mujer se asoma y, con un destello en los ojos, dice: "Tengo una idea mejor… solo por esta noche, hagamos como si estuviésemos casados."
"¡De acuerdo!... ¡impresionante! ", dice el hombre alegremente.
"OK... ¡ve tú mismo a buscar tu maldita manta!", le grita la mujer. o
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