sábado, 30 de junio de 2018

El hombre que narra el Mundial en quechua



Por Raúl Vichis

El idioma de los partidos de fútbol está lleno de frases, metáforas y clichés que reflejan la vida moderna. Pero a 3,352 metros de altura, en los Andes peruanos, el vocabulario cambia. Ahí es donde Luis Soto, quien conduce un programa deportivo a diario en Radio Inti Raymi,  narra en su lengua nativa la primera aparición de Perú en la Copa del Mundo desde 1982.

Soto narra las acciones que suceden en el campo de juego con referencias que resultan más cercanas a su hogar en Cusco. Cuando un mediocampista controla el balón y neutraliza ataques está sachando la tierra. Cuando un jugador patea el balón con fuerza, comió mucha quinua. Y cuando Edison Flores anotó un gol contra Ecuador que ayudó a la clasificación de Perú, Soto dijo que el jugador construyó carreteras donde solo había senderos estrechos.

Antes de eso, tuvo que solucionar un problema básico: encontrar la palabra para decir balón. El quechua fue creado por los antiguos incas y la única palabra para balón que, según él, se usaba en Cusco, se refería más bien a una esfera hecha de piezas de piel de cuello de llama y que se usa en las ceremonias religiosas. "No existía el término, entonces lo adaptamos", explica.

Después de consultar con los jugadores locales, Soto decidió utilizar qara q'ompo, que significa 'bola de cuero'. Es uno de los casi 500 términos y frases que ha reunido a lo largo de la última década en lo que quizá sea el único diccionario quechua de fútbol en el mundo.


Soto ha compilado un glosario con cerca de 500 términos de fútbol en quechua.

Soto, como la mayoría de quechuahablantes, aprendió el idioma en casa, sin formación académica. Su diccionario de fútbol refleja solo su experiencia e interpretación regional.

Con el fin de prepararse para la Copa del Mundo, Soto, de 44 años, pasó meses practicando con videos de partidos para perfeccionar su velocidad y tono, sabiendo que sus cientos de miles de radioescuchas estaban viviendo por primera vez en su lengua nativa el importante momento deportivo de Perú.

Soto estuvo en el estudio de la radio en Cusco con sus colegas Saturnino Pulla y Percy Chile cuando Perú debutó en el Mundial con un partido en el que cayeron 1-0 ante Dinamarca. Le dijo a su audiencia que la derrota se sentía como un vacío en las nubes.

Tuvo que esperar el último partido de Perú con Australia para gritar su primer '¡goooool', que se dice igual en quechua y en español.

Cuando Soto comenzó sus transmisiones hace quince años, fue un pionero. Por entonces, leía las noticias en la radio. Cuando el equipo local de Cusco, el Cienciano, venció al River Plate de Argentina y ganó la Copa Sudamericana en 2003, se preguntó por la posibilidad de transmitir partidos de fútbol en quechua.


Soto, al centro, y Chile narrando un partido del Cienciano.

Soto, que transmitió su primer partido de la selección nacional en 2004, compiló su glosario de términos de fútbol principalmente preguntándoles a los lugareños cómo describían lo que estaban haciendo. Después practicó con la pronunciación y la incorporación de esas palabras al ritmo veloz de los partidos.

El desafío más complicado, dice, es interpretar lo que ve en el campo y conectarlo con la cultura andina, para que su audiencia pueda identificarse con la emoción que intenta transmitir.

"Nuestra cosmovisión andina siempre ha estado vinculada a las montañas, a los ríos, al canto de las aves, a las flores, los animales, entonces lo que nosotros hacemos en la transmisión en quechua es que le damos ese ingrediente especial a la gente que nos escucha", comenta.

Cuando el balón se eleva mucho más allá de la meta o un jugador lo lanza a las gradas, Soto dice que la pelota está en hanaq pacha, o el mundo de allá arriba, una de las tres dimensiones del universo según la mitología inca.

Cuando el equipo se desempeña bien, Soto habla de tareas colectivas tradicionales realizadas en las comunidades indígenas, como poner el techo en la casa nueva de un vecino.

Pero revivir el quechua no ha sido fácil. "Cuando empezamos hace quince años la gente se burlaba de mí", dice. "Nos decían que no íbamos a ganar dinero, porque la gente quechua no tiene dinero, que no íbamos a ganar en publicidad. Pero no lo hacemos por dinero, lo que hacemos es por reivindicar el quechua y que la gente se sienta representada".

 

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