jueves, 21 de junio de 2018

Historias insólitas del fútbol (III)

Los futbolistas descalzos

El encuentro de fútbol que el 31 de julio de 1948 protagonizaron Francia e India en el Lynn Road Stadium, por el torneo olímpico de Londres, bien puede ser incluido en la galería de los partidos más extraños de la historia.

India, que nunca había intervenido en una competición internacional fuera de Asia, presentó un equipo con todos sus jugadores descalzos. Esto, en realidad, no debió ser aceptado por el referí sueco Gunnar Dahlner, porque se trataba de una incorrección reglamentaria referida a la vestimenta de los futbolistas, por el peligro que representaba para los pies descubiertos. Sin embargo, el partido se jugó y, contra lo que podría creerse una seria desventaja, por agarre y mayor potencia en el remate, la falta de calzado no se notó en el trámite del match.

Los franceses, bien plantados en sus botines, más experimentados y con una extensa e intensa historia futbolera, tuvieron que luchar muy duro frente al desconocido e impetuoso equipo rival. La escuadra gala abrió el marcador a los 30 minutos mediante René Courbin, pero los indios no se rindieron e igualaron el tanteador a los 60' con un golazo de Sarangapari Dhanraj Raman.

A solamente cinco minutos del final, el referí sueco Gunnar Dahlner cobró un penal para los asiáticos por una fuerte falta dentro del área. La ejecución estuvo a cargo del defensor Sailendra Nath Maná, quien sacó un violento disparo que salió desviado, lejos del arco que defendía Guy Rouxel.

Recuperados del susto y de lo que pudo ser un gran papelón, los europeos retomaron el control de la pelota y a los 89 sentenciaron el duelo gracias a un acertado remate de André Strape. Entusiasmado por su sorprendente actuación olímpica, el seleccionado asiático se inscribió para participar en el Mundial de Brasil 1950. El sorteo lo ubicó en el grupo 3 junto a Suecia, Paraguay e Italia, pero como la FIFA, que había tomado nota de la irregularidad ocurrida en Inglaterra, se puso firme y prohibió a los indios actuar descalzos, a último momento el equipo decidió no viajar a Sudamérica.

Fieles a la cultura adquirida en las calles de Nueva Delhi y Bombay, los muchachos prefirieron quedarse en casa a que se pisotee su tradición.


Los 'príncipes descalzos' salen a la cancha.

El árbitro que se autoexpulsó
Posiblemente, la expulsión más extraordinaria de la historia del fútbol se produjo en el suburbio londinense de Charlton, durante un partido de aficionados entre el Southampton Arms y el Hurstbourne Tarrant, en marzo de 1998.

Con el correr de las acciones, la situación se había tornado compleja para el árbitro Melvin Sylvester, cuyos fallos eran duramente cuestionados, uno a uno, por los jugadores.

En el segundo tiempo, al proseguir la andanada de reclamos, la paciencia de Sylvester llegó a su fin: ante la persistente queja a gritos de un futbolista, el referí, desbordado, lo derribó de un puñetazo en el ojo. Al darse cuenta de lo que había hecho, Sylvester, sumamente compungido, sacó la tarjeta roja y... ¡se autoexpulsó!

El partido continuó sin árbitro central hasta que un espectador bajó de la tribuna y se encargó de pitar lo que quedaba de partido. Sylvester fue multado con 20 libras y castigado durante 6 semanas por la Federación de Hampshire.


Referí Melvin Sylvester se expulsa a sí mismo.
Los hinchas que vistieron a los jugadores
El 26 de marzo de 1994, Chacarita y Almagro se enfrentaron por el campeonato de Primera B argentino. Como ambas instituciones eran vestidas por la misma marca de indumentaria deportiva, Penalty, se puso en juego una copa, que quedaría en las vitrinas del conjunto vencedor. La iniciativa contó con el visto bueno de los dos clubes.

Sin embargo, a la hora de salir a la cancha... ¡Sorpresa!: las dos escuadras lucían atuendos totalmente blancos. Para colmo, ninguno de los dos equipos había previsto un juego de ropa alternativo para un eventual percance.

Con el correr de los minutos, un simpatizante local propuso una solución para superar el tremendo papelón: pedir prestadas a la hinchada del Chacarita bastones rojo, negro y blanco, con el número estampado. En un abrir y cerrar de ojos, desde atrás del alambrado cayeron prendas para formar decenas de equipos, producto de la reconocida fidelidad de los seguidores de Chacarita por llevar a los estadios los colores de sus amores. Rápidamente, se armó una selección del 2 al 16 y se distribuyó entre los futbolistas, que iniciaron las acciones con 22 minutos de retraso.

Finalmente, Chacarita se impuso por 3 a 2 y ganó el trofeo. Cuando el capitán Sergio Lara se acercó al directivo de Penalty para recibir el premio... ¡Otra sorpresa!: el defensor vestía una camiseta marca Taiyo, el anterior patrocinador del equipo. 

Lengua larga


Patrick Kluivert: expulsado por bocón.
En octubre de 1999, durante el clásico español Barcelona-Real Madrid, el colegiado Manuel Díaz Vega escuchó un claro insulto dirigido hacia su persona, proveniente del delantero holandés del cuadro catalán Patrick Kluivert, quien reclamaba el cobro de una fuerte falta del defensor visitante Iván Campo. Díaz Vega, sin vacilar, le mostró la roja.

El atacante fue severamente reprendido por el capitán de Barça, Josep Guardiola, porque su salida se produjo en un momento clave del derby: los locales ganaban 2-1 y con un hombre más en la cancha los merengues lograron la igualdad. Al abandonar el vestuario, Kluivert apeló a una curiosa excusa para justificar su expulsión: negó haber injuriado a Díaz Vega -a pesar de que las imágenes de la televisión mostraban lo contrario- y se escudó en que no domina bien el idioma, "y a veces lo que digo no es lo que quiero decir".

Extraño, porque justamente Kluivert era reconocido por su facilidad para aprender idiomas. Así lo acreditaron sus compañeros, entre ellos el argentino Mauricio Pellegrino, quien en una entrevista otorgada a El Gráfico comentó: "Es un fenómeno. A la semana de llegar a España dio una conferencia de prensa en castellano."


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