Dora Maar, la pareja de Picasso cuando pintó su obra maestra, fotografió todo el proceso de creación de esta joya expuesta actualmente en el Museo Reina Sofía de Madrid.
Pocos cuadros expresan tanto como el Guernica de Picasso. Considerada por muchos como la pintura más notable, ya no solo de Picasso, sino de todo el siglo XX, transporta a quien lo ve a ese fatídico 26 de abril de 1937. Ese día la Legión Cóndor alemana y la Aviación Legionaria italiana que luchaban del lado del bando sublevado contra el gobierno de la Segunda República Española, masacraron sin piedad a las miles de personas que se encontraban ese día en la población vasca de Guernica. Un banco de pruebas perfecto para la aviación de Hitler y sus funestos planes futuros que se materializarían múltiples veces, años más tarde, durante la Segunda Mundial.
El bombardeo redujo la villa a cenizas. Durante más de tres horas y distribuidos en varias fases, los bombarderos y aviones de ataque ametrallaron y lanzaron bombas de distinto tipo hasta destruir completamente más del 85 % de los edificios de Guernica.
Diversos estudios señalan que se lanzaron entre 41,000 y 47,000 kilos de bombas, enorme cantidad de armamento una villa cuyo centro apenas tenía un kilómetro cuadrado.
El número de muertos los historiadores coinciden en que ese día murieron más de 1,600 personas.
Posteriormente, Picasso declararía que "los artistas que viven y trabajan con valores espirituales no pueden ni deben permanecer indiferentes ante un conflicto en el que los valores más elevados de la Humanidad y la civilización están en peligro".
Ante esta masacre decidió no quedarse al margen y pintar un cuadro que expresase lo que sentía cuando llegaron a sus oídos las trágicas noticias, mientras vivía en París.
Boceto inicial
Apenas unas líneas marcaron el principio de esta fabulosa obra de arte que representa el sufrimiento y el dolor y que supone un alegato directo contra las guerras. El 1 de mayo Picasso realizó los primeros bocetos y el 4 de junio la terminó. Poco más de un mes para crear una obra maestra.
Un Guernica muy primigenio
Lo primero que sorprende del Guernica es su extraordinario tamaño: sus 3.49 m de altura por 7.77 metros de ancho lo convierten en uno de los cuadros más grandes pintados por el artista malagueño. Un auténtico gigante que magnifica más aún si cabe la obra.
En blanco y negro
Un cuadro de estas características en color quizá no tuviera en el espectador el mismo efecto que el Guernica consigue actualmente. El mismo Picasso expresó que deseaba que el cuadro expresara "oscuridad y brutalidad". Y la ausencia del color permite otorgarle al cuadro estos atributos esenciales. El cuadro fue un encargo del Gobierno de la Segunda República Española para ser expuesto en su pabellón durante la Exposición Internacional de 1937 en París. Se convirtió en un alegato contra las guerras y símbolo de los movimientos pacifistas del mundo.
Detalle
Detalle de la obra que permite ver de cerca el caballo agonizante que finalmente cambiaría de forma y, sobre todo, de posición, situándose finalmente en la zona superior del mismo.
Figuras definidas
En este punto de la elaboración del cuadro la mayoría de sus elementos ya se mantenían en la posición y forma que se puede ver actualmente. Sin embargo, todavía muchos de los detalles de las caras tardarían un poco más en definirse.
El caballo al centro
Lo que inicialmente era un ramo de flores alzado por un puño se convirtió a partir de este punto en una luz en la zona superior. Además, el caballo agonizante se sitúa en una posición central de la obra, adquiriendo una gran importancia en la misma.
Aparece la bombilla
Muchos pequeños cambios llegaron en este momento. La posición del cuerpo del toro, la mirada del cuerpo tendido en la parte inferior del cuadro, los personajes de la parte derecha y, sobre todo, la aparición de una bombilla en la parte superior. Este elemento ha sido interpretado de distintas formas por los expertos. El desarrollo, la esperanza, la providencia... Sea como fuere es uno de los elementos más famosos de la obra.
El resultado final
En la última foto de la serie de imágenes de Dora Maar sobre la evolución del Guernica se puede ver el aspecto que tiene ahora el cuadro diferente a cuando estaba en el taller de Picasso en Grands Agustins de París, en 1937. A la Exposición Universal de París llegó el 12 de julio, casi dos meses y medio después de que se inaugurara. Y cambió para siempre el pabellón español y el mundo del arte.
Picasso trabajando en el Guernica
En estas curiosas imágenes se ve al pintor malagueño trabajando en su obra más conocida. Existen pocas fotografías que muestren cómo desarrolló Guernica. En la segunda imagen, se le ve pintar a dos manos, aunque el instrumento que sostiene con la izquierda no se distingue.
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