Con compañeros así
Ni los jueces de línea se salvan de las tarjetas rojas. El réferi internacional peruano Fernando Chapell expulsó a uno de sus jueces de línea, por interpretar que realizaba una deficiente actuación en un partido de la primera división. Según Chapell, el desempeño del linesman Víctor Suyn fue tan desastroso que le mostró la tarjeta roja a solo 14 minutos del inicio del encuentro que el 6 de agosto de 1995 protagonizaban los equipos Torino y Melgar en la ciudad de Sullana.
(Cuatro años después, un juez de la liga interregional italiana echó a su asistente Lorenzo Renda, banderín amarillo, por atender un llamado en su teléfono celular durante el choque entre Calenzano y Doccia.)
Fernando Chapell: hombre de negro implacable.
Otra de Chapell
A las 3 y 45 de la tarde del 24 de abril de 1990, Fernando Chappell (Lima, 1958) estaba en el trabajo, cuando recibió una llamada de la Federación Peruana de Fútbol: se convocaba a los siete árbitros FIFA a una reunión de emergencia a las 6 de la tarde, en el Estadio Nacional.
Los jueces se llamaron unos a otros sin saber nada. A esa hora, les comunicaron que la terna colombiana, encabezada por Jorge Zuluaga, no había viajado a Lima por un error de comunicación de la CSF. El Cristal-Colo Colo, que se jugaba esa noche en el Nacional, no tenía árbitro. Hubo un sorteo para designar a la cuarteta arbitral; hubo otro para designar al árbitro principal. El azar jugó doblemente a favor de Chappell, que ese día no solo dirigió su primer partido internacional (había recibido la insignia FIFA en 1989), sino que también se convirtió en el primer y único árbitro peruano que, en una competencia oficial, dirigió a un club de su país contra un rival extranjero.
Expulsión a la brasileña
En enero de 1965, la federación paulista suspendió al réferi Albino Zanferrari por quince días, por su desempeño en el caliente clásico Santos-Botafogo, ganado por los visitantes. "Dirigió con personales reglas de juego", remarcó en su dictamen el tribunal de la federación que estudió el caso. ¿Qué grave error había cometido Zanferrari? Solo haber mostrado la roja al 'intocable' rey Pelé.
Albino Zanferrari: los reyes son intocables.
El traductor sí escuchó
El delantero Claudio Caniggia protagonizó otra expulsión curiosa en Corea-Japón 2002, cuando Argentina enfrentaba a Suecia. El jugador argentino vio la roja sin jugar, sentadito en el banco de suplentes de Marcelo Bielsa. 'Cani' admitió haber insultado al réferi de Emiratos Árabes, Alí Bujsaim, pero no entendía cómo había interpretado la puteada emitida en español. El delantero no contaba con la participación como traductor del trinitense Michael Ragoonath, el cuarto árbitro, que sabía castellano.
Alí Bujsaim, el árbitro, y Claudio Caniggia, expulsado en su banca.
De pocas pulgas
En mayo de 2000, un árbitro de la primera división checa expulsó a un jugador porque se le había caído el número adherido a la espalda. El delantero David Zoubez, de 26 años, entró al campo en sustitución de un compañero de Hradec Kralove, que ese día enfrentaba a Bohemians de Praga. El réferi advirtió la anormalidad y se la comunicó al atacante, quien regresó al banco para tratar de sortear el problema. El entrenador trató de reparar la contrariedad con un trozo de cinta adhesiva. A los pocos minutos, al advertir que el número estaba de nuevo por el piso, el juez Karen Krula –sin duda un hombre de poca paciencia- sacó la cartulina roja y echó al sorprendido Zoubek, quien seguramente se acordó de todos los familiares del hombre de negro, y también de los del utilero de su club.
David Zoubez con NN en la espalda.
Plata endulzadora
Uno que supo perdonar fue el árbitro Juan Carlos Moreno.
En diciembre de 1998, en ocasión del choque entre Ituzaingó y Defensores de Cambaceres, por la Primera C del campeonato argentino, Moreno sancionó una infracción al delantero visitante Luis Alberto Monteporzi, quien reprochó airadamente el fallo. El juez, acosado por los exabruptos del jugador, metió la mano en el bolsillo para extraer de él su tarjeta roja, pero al mismo tiempo se le escurrieron algunos billetes que había guardado en el mismo lugar.
El dinero comenzó a desparramarse por el césped con la ayuda de algunas ráfagas de viento, pero los mismos jugadores de Cambaceres (entre ellos Monteporzi), con gran habilidad, reunieron rápidamente los papeles y monedas dispersos y se los regresaron a Moreno. Ante semejante gesto, el réferi cambió la roja por amarilla. Con sus once hombres en la cancha, el cuadro visitante se impuso por 3 a 1.
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