Hace uno días publicamos una relación de 'Los 25 mejores libros de la historia'. Ahora las mostramos los 10 mejores libros, según la lista publicada por Infobae, un medio online argentino. Ustedes podrán emplear las redes sociales para mejorarla, completarla, criticarla, confirmarla y hasta ignorarla y ofrecer la propia.
Ocurre que una lista sobre los mejores libros, películas, canciones o lo que sea tiene la tremenda capacidad de irritar, intrínsecamente derivada de sus criterios.
Es fácil preguntarnos: ¿Por qué no La Ilíada, de Homero, y Edipo Rey, de Sófocles? ¿Y qué hay de Cien años de soledad, de García Márquez? ¿Y El gran Gatsby (Fitzgerald), El sonido y la furia (Faulkner), Fausto (Goethe), Ulises (Joyce), Los miserables (Víctor Hugo)? ¿Cómo no aparecen Melville, Conrad, Dickens, Woolf, Camus, Salinger?
¿Y los contemporáneos? ¿Y las autoras mujeres? ¿La ciencia ficción? ¿La campus novel? ¿Las minorías étnicas, de género, de clase? ¿Las crónicas? ¿Y los poetas Martí, Milton, Baudelaire, Whitman, Eliot o Mistral? ¿Y las obras para niños de todas las edades, como Alicia en el país de las maravillas (Carroll) o 20,000 leguas de viaje submarino (Verne)? ¿Y las anómalas como Frankestein (Shelley) o Viaje al fin de la noche (Céline)? ¿Hay que indignarse por la omisión de Jane Austen, Orwell, Mann, Yourcenar, Onetti, Beckett, Voltaire?
En fin, ustedes tienen la palabra. Nosotros cumplimos con publicar la lista anunciada:
1. Don Quijote de la Mancha, Miguel de Cervantes (1605 y 1615)
En este libro es incesante el cruce entre lo real y lo ficticio, va más allá de la novela de caballerías y permite que los lectores sean siempre nuevos a lo largo de los siglos, hasta hoy.
2. La Ilíada, Homero (siglo VIII a. C.)
Las pérdidas de los griegos, los giros del destino, las intervenciones de los dioses y la caída de Troya se narran mediante actos que generan ira, orgullo, impulso de desagravio, el amor y la compasión de Aquiles.
3. Hamlet, William Shakespeare (entre 1599 y 1602)
La tragedia del príncipe de Dinamarca, un joven de comportamiento alocado, melancólico y con una filosofía escéptica, que ve al fantasma de su padre y accede a vengar su asesinato. Sus temas son universales: el amor, la muerte, la traición, la revancha, la corrupción.
4. La divina comedia, Dante Alighieri (entre 1304 y 1321)
Considerada obra maestra de la literatura italiana, el personaje central entra al Infierno; desciende por el cono de los nueve círculos y ve los distintos grados de castigo para los distintos pecados.
5. La guerra y la paz, León Tolstoi (1869)
Es una apuesta ambiciosa contra los límites de la novela y combina de modo desafiante la historia y la imaginación, los salones de la clase alta rusa y los campos de batalla, las pasiones y la reflexión filosófica.
6. Madame Bovary, Gustave Flaubert (1857)
Su relato es tan cerrado que a veces los lectores confían en que algún lugar del tejido quedará inacabado y por ese hueco se podrá respirar. Pero no. La historia de frustración, destrucción y traición de Emma Bovary termina con ella, con su familia, con su marido.
7. El Aleph, Jorge Luis Borges (1949)
Reúne algunos de los relatos más famosos del autor argentino. De la nada al azar, del policial a la tradición argentina, el microcosmos de El Aleph contiene el universo infinito de Borges.
8. El proceso, Franz Kafka (1925)
El neologismo que legó al mundo sale del nombre de su autor y no del personaje: lo kafkiano, que se aplica a una situación absurda, incomprensible, complicada, al borde de lo irreal.
9. En busca del tiempo perdido, Marcel Proust (entre 1913 y 1927)
Los lectores se adentran en una fiesta de disfraces, pero en realidad ninguno de los invitados usa máscaras o trajes que no sean los propios: es que el tiempo ha pasado, los ha cambiado a todos, por fuera y por dentro.
10. Los hermanos Karamazov, Fiodor Dostoievsky (1880)
Quien no existe en la casa de Dmitri, Iván y Aliosha Karamazov es el padre Fiodor, o al menos su figura paternal: un ser que destila su corrupción en el desprecio del cuarto hijo, Smerdiakov, que tuvo tras violar a una discapacitada a su servicio.
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