viernes, 11 de agosto de 2017

Cómo combatir los pensamientos negativos

Todas las emociones que experimentamos a diario crean y envían sensaciones a nuestro cuerpo a través de sustancia químicas que el cuerpo crea al ponerse en contacto con una emoción.  No es lo mismo reírse a carcajadas y manifestar sentimientos de alegría, compasión y agradecimiento, que estar triste, deprimido, con culpa y rencor. Un estudio publicado por la revista PNAS, de la Academia de Ciencias de Estados Unidos, afirma que las sensaciones, positivas o negativas, despiertan reacciones físicas en el organismo.

Por ejemplo, si nuestro cuerpo libera un producto químico llamado serotonina o dopamina, seguramente experimentaremos constantes sentimientos de felicidad y alegría, mientras que si libera cortisol es probable que las nubes negras empiecen a invadir nuestro. ¿Qué ocurre cuando solo manifestamos pensamientos negativos todo el tiempo? ¿Es posible combatirlos? Aquí algunos consejos para aprender a lidiar con esos recurrentes pensamientos negativos que se vienen a nuestra cabeza de vez en cuando.

                                                                                                   

No todo es tan negativo como parece:

El mundo está lleno de opuestos, negativos y positivos, todo depende de la manera en que miremos y asimilemos cada experiencia que se nos presente. Si empezamos con el pie izquierdo y pensamos que de ahí en adelante todo nos va a salir mal, le estamos enviando una señal al cerebro de predisposición hacia lo malo que creemos nos va a pasar. Nosotros definimos las experiencias que vivimos y les ponemos su respectiva etiqueta: negativo o positivo.

Empecemos y terminemos cada día con una actitud positiva

Cada día la vida nos da una nueva oportunidad y con ella la posibilidad de programar nuevamente nuestro cuerpo y mente. ¿Qué tipo de pensamientos queremos tener hoy? ¿Pensamientos buenos o malos? ¿Pensamientos que nos den bienestar emocional o que nos mantengan inquietos y al límite? Si no conocemos el impresionante y enorme poder que tiene nuestra mente a la hora de crear nuestra vida, empezamos a creerlo: lo que pensamos, creamos.  Teniendo en cuenta esto, es importante aplicarnos una buena dosis de positivismo y tratar de verle siempre el lado bueno a las cosas para empezar el día con una sonrisa y buena actitud.

Escuchemos a nuestro cuerpo

Cuando la mente está mal, el cuerpo enferma, pero lamentablemente pocas veces lo escuchamos. Los efectos de la mente sobre el cuerpo son bastante profundos e innumerables, y puede terminar en una enfermedad. O irradianos una actitud positiva que se combine con un estilo de vida saludable, lo que desencadena un vivo sentimiento de bienestar general, o generamos pensamientos negativos-autodestructivos, cosechamos malos hábitos de vida y enfermamos. Nuestras emociones son energías que se acumulan en nuestra memoria celular, guardamos dolores y malestares que dejan huella en nuestro cuerpo.

Cuando sintamos dolor, rigidez o malestar en ciertas partes de nuestro organismo es que está gritando ayuda, una ayuda a la que debemos responder. Prestémosle atención al patrón de pensamiento que seguimos. ¿Qué tipo de pensamientos e ideas corren por nuestra mente día a día? Recordemos que hay muchas actividades que incrementan y fomentan esos espacios de soledad y tranquilidad que tanto necesitamos para dialogar y escuchar a nuestro cuerpo.

No 'por qué' sino 'para qué'

El día que adoptemos esta frase nuestra vida empezará a cambiar. En vez de estresarnos y gritar desesperados 'por qué' nos sucede esto y qué hemos hecho para merecerlo, preguntémonos ¿'para qué'?, ¿qué debo aprender?, ¿qué debo aceptar?, ¿qué debo hacer? Tratemos de encontrar respuestas sinceras al 'para qué' de nuestra situación. Nos convertimos en víctima o héroe de nuestros problemas; nos quedamos viviendo en él o, por el contrario, aceptamos, aprendemos y lo dejamos ir.  Las emociones más destructivas para el cuerpo son la ira, la rabia, el rencor, la crítica y la culpa. Se dice que la culpa se convierte en dolor en el cuerpo; el rencor y no perdonar en tumores, y la crítica en artritis.

1 Minuto de descanso diario

Corremos al ritmo acelerado del día a día, entre obligaciones, responsabilidades y el tiempo pegado en nuestros pies. Cuando estamos a mil por hora es difícil mantenernos en calma, y claramente más complicado es dejar los pensamientos negativos atrás. Por eso, es imprescindible tomarnos al menos un minuto al día para tratar de relajar la mente y reiniciarla. Aquí vuelve a ser vital un poco de meditación para recargarnos de energía y volver a empezar de forma positiva.

Recordemos las cosas buenas de la vida

Si solo nos centramos en las circunstancias negativas que se nos presentan y olvidamos las cosas buenas que nos rodean, es hora de hacer un alto en el camino y volver a empezar. Es natural que debido a la rutina diaria, perdamos el enfoque sobre las cosas positivas que tenemos en nuestra vida: salud, familia, comida, trabajo, un techo donde vivir, ropa que ponernos, educación, etc... Al igual que el cuerpo, la mente también se debe entrenar. Prestémosle especial atención a todo lo bueno que la vida nos ha regalado y practiquemos diariamente el don del agradecimiento. Recodemos que muchas veces las grandes felicidades se esconden en cosas pequeñas y que a veces la magia de la vida está justo frente a nosotros pero no nos damos cuenta.  El que agradece es merecedor de mucho más.

Los pensamientos positivos mantienen al corazón sano y vivo, mientras que los pensamientos negativos llevan a la depresión.

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