lunes, 21 de agosto de 2017

El periódico más antiguo de América

Raúl Porras Barrenechea fue tajante: "La colonia no tuvo periódicos." Con esta frase inició su artículo 'El periodismo en el Perú", publicado en la edición extraordinaria de la revista Mundial con motivo del primer centenario de nuestra independencia en 1921.

Según escribió, Lima no necesitaba de papeles. Con más presteza las noticias corrían de boca en boca por "chismógrafos profesionales y murmuradoras de nacimiento", encargados de transmitir "desinteresadamente noticias entretenidas y escandalosas".

Aunque Lima ya contaba con imprentas, una de ellas de Antonio Ricardi que publicó el primer libro de Perú y Sudamérica en 1549, no se conocía de publicaciones periódicas hasta que Porras destacó a Jaime Bausate y Meza quien decidió remediar esa indiferencia publicando el 1 de octubre de 1790 el Diario de Lima, y así se mantuvo la historia del periodismo peruano.

A lo anterior se añadían otros dos errores históricos: que el News Letters de Boston, que salió en 1704, semanalmente, era el periódico más antiguo, aunque solo publicaba noticias de Londres, hasta 1722.

También se consideraba a La Gaceta de México, de 1722, como la más antigua, pese a que en su primer editorial decía que salía a la luz "inspirados en las gacetas que se imprimen en Lima", con lo que reconocía la existencia de un periodismo más antiguo y hecho en el Perú.

Y en efecto, así era.

En la Lima de 1700 se empezó a publicar periódicamente impresos y 'relaciones de sucesos', impulsados por el editor e impresor real, Joseph de Contreras y Alvarado. 

Se titulaba 'Diario que contiene las noticias más sobresalientes de Lima', impreso en papel tamaño oficio y su difusión fue regular. Empezó como una publicación bimestral, y más tarde, cuando su audiencia creció, se convirtió en quincenario. Sus primeras ediciones eran de dos páginas, pero llegó a imprimir hasta 24 páginas cargadas de abundante contenido.

 

En sus páginas se encuentra información sobre hechos ocurridos dentro y fuera del Virreinato del Perú entre 1700 y 1711. Durante este período se desató en España la guerra por la sucesión de los reinos entre los Habsburgo y los Borbones, que afectó también a sus colonias en América. En ese lapso murieron dos virreyes (Melchor Antonio Portocarrero y Manuel de Oms y de Santa Pau). Disminuida la férrea autoridad virreinal, también quedaron debilitados el control y la censura ejercida sobre las publicaciones impresas. Esa coyuntura y la ventajosa condición de 'impresor real', propietario de la imprenta oficial reconocida por la Corona, ayudaron a Contreras a publicar sus diarios con relativa libertad.

Celebraciones religiosas, matrimonios, cumpleaños, nacimientos, notas sociales, defunciones, acontecimientos 'milagrosos', fiestas de toros, estrenos teatrales, terremotos, aparición repentina de corsarios en el litoral y hechos de sangre figuran en las páginas del primer diario que se leía en Lima.

Se trataba del primer gran proyecto en todo el continente americano de emprender una difusión regular de noticias a través de la imprenta. Su contenido está lleno de interés para los investigadores en diferentes campos de la era colonial: comercio, economía, política imperial, historia del arte y de la urbe, festejos públicos, prácticas religiosas, etc.

Esas ediciones fueron agrupadas en un solo volumen que se tituló 'Diarios y memorias de los sucesos principales y noticias más sobresalientes en esta ciudad de Lima, corte del Perú', que agrupa entre 112 y 116 impresos entre el 17 de mayo de 1700 y fines de diciembre de 1711, ordenados cronológicamente supuestamente por el mismo De Contreras y Alvarado en 1712.

 

La primera noticia que se tuvo de esos diarios perdidos es de 1830, cuando, en Londres, se los ofrece en un catálogo de libros por una libra y un chelín, equivalentes a 5,000 dólares actuales. Se les perdió el rastro hasta 1908, cuando fueron adquiridos por la Biblioteca Pública de Nueva York (BPNY), y se anunció en un diario de Filadelfia, por tratarse de "los diarios más antiguos de América".

Hacia 1974 la BPNY imprimió un número especial de su revista, en la que da a conocer el índice de estos diarios. Hacia el 2000, la Biblioteca Nacional del Perú editó un libro sobre los impresos más antiguos que poseía y nombró a los diarios en Nueva York.

Sus pasos fueron seguidos por el periodista e investigador Fernando Obregón Rossi y el profesor universitario José A. Rodríguez, que se dedicaron a investigar sobre el asunto durante cinco años, con financiamiento de la PUCP y la Universidad Stony Brook; la colaboración de IDEA (Instituto de Estudios Auriseculares, Colección Batihoja) de Nueva York y el apoyo del Proyecto de Estudios Indianos de la Universidad del Pacifico.

El Colegio de Periodistas del Perú solicitó al Congreso de la República interceder para que la BPNY facilitara el escaneo del empaste. En 2015 la institución norteamericana dio su visto bueno, y desde entonces el Legislativo tiene pendiente la publicación de los facsimilares, que dan nuevas luces sobre la historia del periodismo del Perú y América. 

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