martes, 28 de noviembre de 2017

Una portada con historia

Tras el golpe militar que lo llevó al poder el 17 de octubre de 1948, el general Manuel Odría convocó a elecciones generales para elegir al nuevo Presidente de la República el 2 de julio de 1950.

La convocatoria hizo que el propietario del diario La Prensa, Pedro Beltrán Espantoso, con aspiraciones presidenciales y cabeza de la Alianza Nacional, decidiera fundar el diario Última Hora, para apoyar su candidatura. El vespertino salió a las calles el 13 de enero de ese mismo año, con cuatro directores-fundadores, ninguno de ellos periodista, y como efectivo conductor en la sombra a Eudocio Ravines, un opositor al director de Gobierno y después ministro del Interior, el temible y temido Alejandro Esparza Zañartu.

La  'caricatura -bomba'.

Deseoso de criticar el inmovilismo social y la inestabilidad de la moneda nacional, el Sol Peruano, dispuso que el dibujante Julio Fairlie elaborara una caricatura, en la que se mostrara a un hombre del pueblo cargando una pesada talega de problemas sociales. Cuando el dibujante le preguntó dónde colocaría el signo monetario, Ravines le respondió: "Pónselo en el culo". Así se publicó, lo que desató las iras santas del factótum del dictador de turno. Esparta hizo detener a Ravines y lo deportó a México el 23 de abril.

El hecho cambió la historia política de nuestro país, pues Beltrán decidió retirar su apoyo al Gobierno, renunció como directo del Banco Central de Reserva y disolvió la Alianza Nacional, a la vez que se retiró de la contienda electoral. Así, le dejó el camino libre a Odría como único candidato a las elecciones presidenciales.

Al mismo tiempo, Beltrán decidió asumir la dirección de La Prensa, llamado 'diario de Baquíjano' por alusión a la calle (cuadra 7 del jirón de La Unión), donde se elaboraba y los transformó en un matutino moderno que revolucionó el periodismo peruano.

Sin embargo, las cosas no iban bien en Última Hora. El diario no 'pegaba', por las muchas manos metidas en un plato que lo convertían en garabato. El 6 de abril, antes de cumplir tres meses de su salida a las calles, Beltrán convocó a los trabajadores y les anunció el cierre inmediato del vespertino. Eso sí, todos recibirían su pago del mes, y "calabaza, calabaza, cada uno pa' su casa".

Antes de levantar la reunión, un jovencito de 22 años pidió la palabra, para proponer una audacia: "Si ya nos pagó a todos, ¿por qué no nos permite asumir la conducción del diario durante este mes. Si no duplicamos el tiraje, lo cierra definitivamente. Usted nada pierde, al contrario podría salir ganando…"

Era Raúl Villarán, un joven que jamás piso un aula universitaria ni recibió clases de periodismo, pero que después sería reconocido como 'Rey de los tabloides', quien se autopropuso como director, y como jefe de Redacción, a un recién ingresado al periodismo, el joven llamado Efraín Ruiz Caro, de 21 años.

 Raúl Villarán Pasquel.

El diario reapareció el 10 de abril con algunos titulares en los que por primera vez se empezó a utilizar la jerga criolla y palabras en replana (lenguaje de los delincuentes), como 'Pegada con la izquierda pero jalaba con la derecha', refiriéndose a un boxeador dominicano que ganó una pela al peruano Antonio Frontado y que fue detenido por la policía consumiendo pichicata (cocaína) en su hotel; 'Tongolele vino con el que le toca el bongó', 'Tren divide a profesor de Matemáticas', 'Tandeó a suegro hasta que templó', y otros por el estilo.

Poco a poco el diario empezó a ganar adeptos y subir su tiraje, lo que le valió seguir con vida. Su coronación como diario del pueblo ocurrió el 9 de diciembre de 1950 cuando al informar sobre la intervención de China en la guerra entre las dos Coreas (del Norte y del Sur), cubrió su portada con el título: 'CHINOS COMO CANCHA EN EL PARALELO 38', considerado por el historiador del periodismo Juan Gargurevich como el más importante del periodismo nacional en el pasado siglo.

 La famosa e histórica portada.

El titular fue redactado por el titulero del diario, Luis Loli Roca, y contó con la anuencia de Villarán. Desde esa fecha, en los titulares podían leerse palabras que, inventadas por la gente del hampa para despistar a la policía, formaban parte del lenguaje popular, como 'bobo' (corazón), 'carreta' y 'párcero' (amigo), 'feola' (feo), 'limonta' (Lima), 'solifacio' (sol, moneda nacional), 'jironear' (pasear por el jirón de La Unión), 'choborra' (borracho), 'teclo' (viejo), etc.

A partir de entonces, Última Hora se metió al pueblo en el bolsillo y lo mantuvo hasta su cierre definitivo el 12 de septiembre de 1984.

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