Noche negra
Muy complicada, complicadísima, la situación de la exalcaldesa de Lima Susana Villarán. Reconocemos que la creíamos sincera cuando afirmaba, una y otra vez, que ella no había recibido dinero sucio para su campaña contra la revocatoria de su gestión. Menos aún podíamos pensar que ella misma se encargó de gestionar esa millonaria 'colaboración', de 3 millones de dólares ante el representante de la empresa brasileña en nuestro país, Jorge Barata. Aparte de un millón adicional proporcionado por su socia OAS. El reporte de sus llamadas telefónicas no dejan lugar a dudas. De ahí que se haya solicitado el impedimento de su salida del país, así como de ex gerente general de su gestión, José Miguel Castro.
Doña Susana y su engreído José Miguel: indefendibles.
Indefendible
Esas llamadas, confirmadas por el Equipo Especial Anticorrupción, traen por los suelos sus reiteradas negativas de haber negociado directamente con Barata. También desbarata su tesis de que no conocía el origen de los montos con que se financió su campaña por el NO. Bueno sería, dicho sea de paso, que deje de lado los consejos de su abogado, Iván Paredes, quien insiste en sostener que ella no sabía, ni tenía por qué saberlo, de dónde provenían los fondos para su campaña. "No tenía derecho ni era su función preguntar de dónde provenían los fondos", ha dicho textualmente, este ilustre representante del Derecho que, como sus colegas en otros casos, elaboran argumentos a cuál más absurdo (o estúpido) para favorecer a sus clientes. Con esos argumentos, sin ningún sustento jurídico, no se va a ninguna parte. No tiene pies ni cabeza, pues ella debía presumir la procedencia ilícita del dinero, como cabeza de la campaña. Con abogados así, cabría decir: mejor no me defiendas, compadre.
Diferencias
Si bien no se ha comprobado que nuestra buena amiga Susana Villarán ella se haya beneficiado personalmente con parte de esa suma, lo que podría aminorarle la sentencia que ha de recaer sobre ella, su situación se complica porque recibió dinero de una empresa que tenía contratos vigentes (Vías Nuevas de Lima y Vía Parque Rímac o Línea Amarilla) con la Municipalidad de Lima Metropolitana. Es un caso totalmente diferente al de un candidato que recibe dinero de dudosa procedencia, que hacerlo como funcionario público. En este caso más que de un lavado de activos se podría hablar de coima, colusión o cohecho. La justicia deberá determinar por cuál figura delictiva se decide. O aceptarlas todas. La situación de doña Susana es, pues, repetimos, complicadísima.
Pulpo
Hasta ahora no nos cabe en la cabeza el nivel de corrupción que promovió la empresa Odebrecht y sus socias, entre ellas OAS, en nuestro país, por no referirnos a otros vecinos del continente. Como consecuencia de sus ilícitas actividades hoy están presos dos expresidentes y un tercero con pedido de extradición. El cuarto expresidente investigado hasta el momento viene pasando piola, gracias a que supo cuidarse las espaldas, valiéndose de terceros o disimular las coimas por otros conceptos, como el pago por conferencias, con sumas que no cobraría ni siquiera un Premio Nobel. Ahora le tocó el turno a la primera autoridad vecinal de nuestra ciudad capital, nada menos. Esta situación nos vuelve a hacer recordar a ese visionario de nuestra política nacional, el insigne Manuel González Prada, cuando dijo que "donde se pone el dedo salta la pus". Ha transcurrido más de un siglo de pronunciada esa frase y se mantiene vigente, como si se hubiera sido pronunciada hoy.
Incomprensible
Para terminar, hasta ahora tampoco nos cabe en la cabeza que existan abogados que, con todo el derecho del mundo buscan ganarse los frijoles, elaboren coartadas o argumentos para demostrar la inocencia de sus defendidos. Además del asesor de Susana Villarán citado líneas arriba, está Carlos Castillo, quien pretende sostener que el futbolista Yordy Reyna no conocía a la adolescente Alessandra Chocano, que murió desangrada después de consumir bebidas alcohólicas mezcladas con bebidas energéticas, compradas por él, en un departamento de Miraflores, alquilado por él; que no sabía que tenía 16 años, ni tampoco que la misma edad tenía la adolescente con la que se encerró en un dormitorio del mismo departamento, etcétera. Es de la misma calaña del abogado que pretende sostener que el hombre que asesinó a su madre con 37 puñaladas "actuó en defensa propia". ¿No existen comités de ética en los 'ilustres' (?) colegios de abogados de nuestro país que le hagan el pare a esos 'ilustres' representantes suyos?
Ya dijimos.
Estimado Piolin, mis respetos y mi admiración por esta pagina sólida y congruente con una objetividad periodística que parece pasada de modo en los grandes medios. Un abrazo.
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