domingo, 19 de noviembre de 2017

La casona más antigua de Lima

Para gran parte de los limeños, la antigua casona ubicada en la esquina de las calles Pescadería (primera cuadra del jirón Carabaya o Augusto N. Wiese) y Arzobispo (segunda de Junín) es la construcción más antigua, y primigenia, de la Lima recién fundada; ergo, una vivienda supérstite de la primera ciudad erigida por quienes se apropiaron de estas tierras.

La vieja casona, construida sobre dos de los cuatro solares en que fueron divididos los 117 'escaques' del llamado 'Damero de Pizarro', fue construida por Alonso Riquelme, tesorero de los conquistadores y encomendero de Lotechube (antigua población vecina a Ate), y posteriormente, habitada por el oidor Gaspar Melchor de Carbajal, procurador general de los naturales, encargado de escuchar ('oír') las quejas de los vecinos. De ahí el nombre, 'Casa del oidor', con que más se la conoce.

  

Casa del Oidor y Casa de Pilatos: la primera fue reconstruida. La segunda mantiene su diseño original.

Sin embargo, ese edificio como todos los construidos en el siglo de la fundación (XVI) fue modificado o reconstruido con el paso de los años, particularmente en el siglo XVIII. A consecuencia del terremoto del 28 de octubre de 1746, Lima se quedó con solo 25 casas de pie, "y las más de ellas tan averiadas, que cuando se trató más tarde de reparar sus ruinas y rehabilitarlas, se tuvo por más prudente el derribarlas y tornarlas a edificar de nuevo", como dice la crónica.

De esta época, aunque algunos sostienen que de fines del siglo XVI, provendrían los restos de muros encontrados en uno de los sótanos del Palacio Legislativo en 2001, y que se presume pertenecieron a un aula de Teología y a la capilla de la primera construcción que sirvió de sede al Convictorio de San Carlos, hoy Universidad Nacional Mayor de San Marcos. En todo caso, se trata solo de restos de una construcción.

 Todo lo anterior viene a propósito de lo que dice el pintor e historiador de Lima antigua Juan Manuel Ugarte Eléspuru. En su obra, 'Monumenta limensis' (Fondo Editorial del Congreso, 2001) él afirma que la edificación más antigua que se conserva en Lima desde la época de la colonia es la llamada 'Casa de Pilatos' (Jr. Áncash 394), cuya erección data de 1592 y donde ahora funciona el Tribunal Constitucional.

  

La casona más antigua de Lima: ayer y hoy.

Esta mansión fue construida por una hija del conquistador Josef Jarava, casada con el encomendero Diego de Esquivel. La obra fue iniciada por el jesuita y arquitecto Jerónimo Ruiz Portilla y, a su muerte, concluida por Martín de Aizpitarte.

Debe su nombre, según una tradición de Ricardo Palma, a que en 1536 el comerciante judío Juan Bautista Pérez, que tenía alquilada la casa, fue acusado ante la Santa Inquisición de flagelar una imagen de Cristo, en compañía de diez israelitas. Los once fueron quemados vivos, según Palma, aunque de esto no haya noticia en los anales de ese Tribunal.

En cuanto a la afirmación de Ugarte, recordemos que no es la primera. Lo mismo dijeron ya el arquitecto Héctor Velarde en su libro 'Itinerarios de Lima', y Margarita Cubillas, en su 'Lima monumental'. El primero sostiene que los muros de esa mansión solariega sobrevivieron a los terremotos de 1687 y de 1746.

   

Interiores de la Casa de Pilatos. Detalle del frontis.

Según Ugarte, en el plano de 1599 aparece la casa tal como se ve ahora, en cuanto a distribución de la planta, aunque con las modificaciones hechas en 1636 después del incidente de Pérez, que motivó la independización de la casona de la parte infamante, y su posterior venta.

Lo que hace de este palacio una joya invalorable como ejemplar sobreviviente de la arquitectura limeña de los primeros tiempos, es su depurada singularidad, sin rival en Lima ni en América hispana toda.

"Es un estilo protobarroco –dice Ugarte- de gran majestad que da al conjunto ese aire institucional e monasterial, a la vez que de señorío feudal."

En Lima, agrega, solo la casa de la familia Aliaga (frente a la puerta lateral de Palacio de Gobierno), tiene la escalera al centro como eje del diseño de planta, como en la Casa de Pilatos.

La suntuosidad antigua fue la característica distintiva de la Casa de Pilatos, por lo que durante la Colonia solían hospedarse en ella las personalidades que visitaban nuestra ciudad capital.

Durante el siglo XIX pasó por varias manos, a principios del XX fue alquilada como colegio, y en 1941, después de ser dañada por el terremoto de ese año, fue adquirida por el Ministerio de Educación, que la destinó como sede del INC, hasta que este se trasladó al Museo de la Nación. Y hoy es ocupada por las oficinas del TC.

Sirva esta nota para coincidir con la propuesta de Ugarte –hasta ahora no atendida- de destinar esta casona a un museo dedicado exclusivamente a rememorar la pasada grandeza de nuestra tres veces coronada (y maltratada) Lima.

 

Publicado en el diario oficial El Peruano el domingo 10.11.17

 

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