miércoles, 22 de noviembre de 2017

Carlos Ney Barrionuevo †

Adiós, 'Carlitos'

Hace dos días dejó de existir nuestro colega y amigo Carlos Ney Barrionuevo Córdova,  considerado durante muchos años como una 'leyenda' del periodismo policial y amigo personal de nuestro Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, quien lo consideró su guía literario y le inspiró el personaje de 'Carlitos' de su célebre novela 'Conversación en La Catedral'.

 

El que sería un amante de la crónica roja, guía de los jóvenes que se iniciaban en el periodismo, lector infatigable, bohemio de pura cepa y amigo sin condiciones, había nacido en Lima el 9 de septiembre de 1926.

Estudió en el emblemático Colegio Nacional Nuestra Señora de Guadalupe y en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, e incursionó en el periodismo en 1951 en el diario La Crónica. Allí conocería al joven periodista Mario Vargas Llosa, diez años menor que él, y a quien guio por los vericuetos de la redacción, lo hizo incursionar en el mundo de la bohema limeña y lo convirtió en asiduo visitante del antiguo jirón Huatica, el primer 'barrio rojo' de nuestra capital.

El diario Expreso, donde trabajó entre 1961 y 1974 (pasó a Extra hasta 1977), recordó que Carlos Ney conoció "casi de todo en la vida", y se convirtió en un ícono de la crónica policial, al punto que él ya casi no buscaba la noticia: la noticia llegaba a él. Así era: cada mañana ingresaba a un bar de la avenida España, frente a la Prefectura de Lima, y a ese lugar iban a buscarlo los jefes policiales para ponerlo al tanto de los últimos acontecimientos del día. Es que su trabajo era muy respetado.

Carlos Ney y Mario Vargas Llosa en La Crónica (1952).

Otra de sus pasiones era la poesía. Sus primeros poemas eran publicados en la página cultural de La Crónica, en 1951.  Entre ellos figuraban 'Esquema a los funerales de una rosa', 'Poema metafísico del odio', 'Poema del fin' y 'La ciudad de Prometeo', entre otros, que han quedado plasmados en su libro 'Las siete caras de la muerte & El fracaso de Pigmalión', publicado en 1993.

En su libro 'El pez en el agua', Vargas Llosa recuerda a Carlos Ney como "mi director literario (…) Era mayor que yo y había leído mucho, sobre todo literatura moderna (…) A veces, en la alta noche, cuando las cervezas le quitaban la timidez, sacaba de su bolsillo un poema garabateado en una cuartilla del diario y nos lo leía. Escribía poemas difíciles de entender, de extrañas palabras, que yo escuchaba intrigado, pues me revelaban un mundo totalmente inédito, el de la poesía moderna".

Más adelante, el Nobel peruano añade: "Mi educación literaria debe a Carlitos Ney más que a todos mis profesores de colegio y que a la mayoría de los que tuve en la universidad. Gracias a él conocí a algunos de los libros y autores que marcarían con fuego mi juventud. (…)  Pero más aún que ello que me hizo leer, debo a mi amigo Carlos Ney, en esas noches de bohemia, haberme hecho saber todo lo que yo desconocía sobre libros y autores que andaban por ahí, en el vasto mundo, sin que yo hubiera oído siquiera decir que existían y haberme hecho intuir la complejidad y riqueza de que estaba hecha esa literatura que para mí, hasta entonces, eran apenas las ficciones de aventuras y algunos cuantos poetas clásicos o modernistas."

De su poemario, dedicado al autor de esta nota, extraemos el primer verso de su poema 'Esquema a los funerales de una rosa':

"Metamorfosis del tiempo y de la rosa,

río en boca de la risa, río sin espumas;

metamorfosis de la sombra en las paredes,

Hora de rosa, hora de existencias derruídas.

Rosa –vas, sin verdad de encendedores.

Camino, pensamiento, fuego. Rosa muerta

ya en ti la abeja no detiene su péndulo,

solamente eres recuerdo de un viejo escrabajo (…)

Como en la novela de la que es 'protagonista', en una entrevista le preguntaron a 'Carlitos', en qué momento se jodió el Perú.

-  El Perú nació jodido –respondió.

 

Carlos Ney (izq.) en homenaje de la ANP, y  su poemario.

Descansa en Paz, inolvidable colega y amigo.

 

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