martes, 14 de noviembre de 2017

El primer abogado peruano

En anteriores artículos nos hemos referido a María Trinidad Enríquez Ladrón de Guevara la primera jurista peruana y sudamericana, y Miguelina Aurora Acosta Cárdenas, la primera abogada, ambas graduadas en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

En esta oportunidad, recordamos que de esa misma casa de estudios egresó Leandro de la Rinaga Salazar, "un limeño reputado de gallardía insigne", considerado el primer abogado peruano, según una crónica de Percy Mac Lean E., publicada el 18 de enero de 1935 en el diario La Crónica de Lima.

(Llamado también Leandro de la Reynaga Salazar, algunos historiadores sostienen que nació en la ciudad chilena de Osorno en 1563, pero no se ha logrado confirmar esa aseveración.)

Mac Lean afirma que era limeño, caballero de Santiago y oidor de Panamá. Fue hijo del capitán Juan de la Rinaga, uno de los primeros conquistadores de Quito y que, según Garcilaso de la Vega, introdujo los camellos al Perú.

(Es de advertir que hasta muy avanzado el siglo XVI, la abogacía la ejercían quienes vinieron de España a América con este propósito. Graduados en las audiencias, los abogados inspiraban su defensa en las leyes españolas, las 'leyes de toro' promulgada en 1505, y aplicaban los decretos reales, cédulas y ordenanzas de Toledo, etcétera.

No eran bien vistos en la audiencia de Buenos Aires, cuyo cabildo tomó un acuerdo el 29 de octubre de 1613, por el cual fue aprobado una propuesta del regidor Del Cerro, que decía: "La experiencia ha demostrado el daño que de haber letrados y letradas, resulta a esta República, porque enredan a los vecinos en pleitos y alteran la paz. Está, además, prohibida su entrada sin licencia de la Corte o del Virrey, y, por ende, constándome que vienen sin ella, pido se despache persona que dé aviso a los dichos letrados de que no pueden venir a este punto, y de no hacerlo a si, protesto en nombre de la República todos los daños y perjuicios que sucedieran, y de dar aviso a Su Majestad de lo que se resuelva en contrario.")

La cosa es que el 10 de enero de 1585 la UNMSM recibía a Leandro de la Rinaga como el primer abogado en acto de gran solemnidad, que se avivó y realzó "en esta hora de evocación de la fecha propicia en que los conquistadores castellanos trazaron el emplazamiento de nuestra ciudad".

Conforme a la costumbre de la época, la graduación de De la Rinaga motivó la realización de diversas ceremonias plenas de pompa y solemnidad en las que participaron no solo los amigos sino también el propio virrey. En esa oportunidad, se realizó una gran fiesta en Acho y otros actos públicos, pues era el primer peruano que se recibía de abogado.

Rinaga fue un gran jurisconsulto, asesor del virreinato y del cabildo, y catedrático de la universidad decana de América en cinco oportunidades (1599, 1603, 1609, 1619 y 1620); y alcalde de Lima en 1622, a quien competía en esa época la administración de justicia en primera instancia.

También se desempeñó como rector del Colegio Real de San Felipe, fundado por el Marqués de Cañete en 1592 para los hijos y ascendientes de los conquistadores, así como abogado general de indios ante el juzgado privativo creado por el virrey Marqués de Salinas para dilucidar los derechos de los indígenas en las controversias que les promovieran los españoles.

 "Rinaga fue un gran señor del triunfo", dice Mac Lean. "Ejerció la profesión de abogado con la probidad, rectitud y desinterés del que sabe que ejerce una noble función social. Tuvo las dos más altas cualidades de un abogado: talento y palabra que amplifica y desmenuza. En las muchas causas que sentenció como alcalde del cabildo probó que a su ilustración notoria unía una rectitud inquebrantable. Rinaga fue como el hermano mayor de una larga genealogía patriarcal de abogados ilustres."

"En su calidad de catedrático y rector de San Marcos, existe y se expresa toda su labor, su espíritu de rectitud intelectual, de probidad casi filosófica, de gentiles cualidades de severidad y de prudencia. Sus clases, por lo académicas, por la enseñanza fecunda, fuerte, que se desprendía de ellas, fueron a decir de sus biógrafos, conferencias magistrales dignas de mejor medio intelectual."

"La palabra reposada y la inflexión de voz pausada y grave del doctor Rinaga, la pureza de su estilo, la claridad en el concepto, la sobriedad en la expresión, hacían que de una clase suya se conservara recuerdo perenne destinado a estar siempre unido al recuerdo del pasado universitario. Lo mismo en la cátedra que en el estrado judicial, Rinaga supo decir bellas teorías de justicia y de verdad."

Una crónica de la época dice que "por sus muchas virtudes, por sus muchas letras, calidad y suficiencia, es digno de que Su Majestad le honre concediéndole los más altos honores".

En su libro 'Política indiana', el jurista español Juan de Solórzano y Pereyra dice de Rinaga: "(…) fue abogado general de los indios por espacio de 24 años y para comprobar su talento bastará decir que fue asesor general en el solio de aquel santo virrey (que por serlo duró tan poco en el Perú) don Gaspar de Zúñiga y Acevedo, Conde de Monterrey".

Rinaga publicó en 1616 un 'Memorial sobre el oficio de Protector General de los Indios del Perú', de gran utilidad para el estudio del Virreinato, a decir del historiador Juan M. Valega.

Don Leandro de la Rinaga Salazar contrajo matrimonio con doña Juana Cerveras, una limeña de ilustre prosapia, y nunca desmayó en el cumplimiento de su deber hasta su muerte el 5 de noviembre de 1624, a los 61 años de edad.

1 comentario:

  1. Todos los abogados tenemos una misión importante, la cual consiste en ejercer la defensa de las personas, en mi caso pertenezco a los abogados Abogados especialistas en accidentes y diariamente trabajo para ello.

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