martes, 10 de octubre de 2017

Un recuerdo de la Madre Patria

En 1921 y 1924 nuestra ciudad capital fue motivo de sonadas celebraciones, porque en esos años se conmemoraron el primer centenario de la proclamación de nuestra Independencia y los cien años de su ratificación con la firma de la Capitulación de Ayacucho, respectivamente. Con tales motivos, las colonias extranjeras afincadas en Lima decidieron obsequiarle a nuestra ciudad simbólicos monumentos en reconocimiento a tan magna fecha. 

Diiseño original del arco morisco del Arq.º Alejandro Garland.

Así, la colonia inglesa nos doné el Stadium Nacional; fue donado por la colonia inglesa residente en la capital, la fuente ornamental del Gran Parque de Lima fue cedida por la colonia china, el monumento a Manco Cápac por los japoneses y los italianos construyeron el Museo de Arte Italiano, y así por el estilo, como ya lo hemos recordado en una nota publicada en julio.

De todos esos monumentos hubo que fue destruido para dar paso al crecimiento y expansión de nuestra tres ciudad capital. Se trata del 'Arco Morisco' obsequiado por la comunidad española residente en Lima. 

Con ese monumento los españoles hacían reminiscencia de los ocho siglos de ocupación árabe en Iberia, y buscaron dar un ejemplo de cómo la dominación política de algunos pueblos sobre otros no solo dejaba cosas negativas que criticar. En ese contexto, la comunidad ibérica pidió la colaboración del arquitecto peruano Alejandro Garland para que lo diseñara. La obra fue realizada en menos de dos años.

En coordinación con el alcalde de Lima, Pedro Rada y Gamio, se decidió que el 'Arco' fuera ubicado a la entrada de la recientemente inaugurada avenida Leguía (actual avenida Arequipa), que unía Lima con Miraflores era uno de los mayores símbolos de las reformas urbanas de aquel entonces emprendida por el presidente Augusto B. Leguía.

La entrega de aquel monumento se realizó el 29 de julio de 1924, según una breve nota aparecida en la revista Variedades del 2 de agosto de aquel año. En aquella oportunidad y en conmemoración a tan magno obsequio, Leguía mandó hacer monedas conmemorativas y la Casa Comercial Welsch hizo una serie limitada de jarrones alusivos a tal evento.

El monumento a poco de su inauguración.

El Arco Morisco fue uno de los monumentos más bellos que llegó a ostentar la Lima de de 1920 y 1930. Sin embargo, cuando en 1938 se comenzó a gestar el plan de modernización de las principales vías del centro de Lima y alrededores, por recomendación del entonces ministro de Fomento, Ing.º Héctor Boza, con la venia del presidente Óscar R. Benavides, se dispuso su demolición. Ocurría que, según la Dirección de Urbanismo del Ministerio de Fomento, el arco no encuadraba en el proyecto de ampliación de la avenida Arequipa y se mostraba, por ende, como un elemento obsoleto dentro de la nueva recomposición urbana de ese sector de Lima. Al año siguiente el monumento fue destruido coincidiendo el fin de su existencia con el fin de la Guerra Civil Española. 

A inicios del 2000, una copia exacta fue mandada a hacer a iniciativa del alcalde de Surco, Dargent Chamot, en el Parque de la Amistad de ese distrito. Para edificar esta copia se tuvo que requerir a la asesoría de especialistas en arte arábigo, que recomendaron hacer prevalecer el color rojo. La moderna copia fue inaugurada en septiembre del 2001.

Y así se luce y puede ser admirada en un paso por ese distrito al sur de Lima. Esperamos que lo sea por muchos años.

                                                           El Arco Morisco reconstruido en Surco.

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