Algunas reflexiones de nuestro poeta Reynaldo Naranjo, Premio Nacional de Poesía 1965 y exjurado del premio Casa de las Américas de Cuba, sobre nuestra bella profesión. Él es cofundador y asiduo concurrente a las 'Tertulias del Chivo', los viernes a partir de las 10 am en el MacDonald's de Miraflores.
(Escogimos apasionarnos contra el tiempo. Para nosotros, el tiempo siempre vivió en un camastro de celofán y soledades multitudinarias.)
La Poesía y el Periodismo no solamente son géneros literarios, son estados de vida intensa, decisiones entrañables de exponerse junto a la verdad. Esta pasión - que bien historia nuestro entrañable Domingo Tamariz - es la que siempre nos condujo a la belleza.
¿Qué es la belleza, entonces?
Bueno, la belleza empezó, en mi caso personal y transferible, en el Colegio Fiscal 401 de la Avenida Primavera (Miraflores), junto a la estación de los tranvías en la que motoristas y cobradores, implacables, con gorritas azules seguían viaje hacia Chorrillos. Eran los años del 42. ¿Qué hacía yo allí?
Fácil en nuestro país. En 1940, el año del terremoto, se vino abajo medio Lima y en esa mitad estaba mi casa, en la calle San Bartolomé de mis Barrios Altos.
Desolación por gusto. Don Tomás Marzano era un poderoso joven dueño de lo que hoy es Miraflores (Surquillo antiguo, el viejo Miraflores, donde nuestro maestro Raúl Porras pasó la vida tomando sus cafés nocturnos en 'El triunfo' de la calle González Prada) .
Don Tomás Marsano era dueño de Surco, San Borja, del cine-teatro Marsano, de grandes hoteles y tierras rocosas. Así era don Tomás. Jamás iba a permitir que se cayera otra casa en el Perú y menos por un terremoto cualquiera como el del año cuarenta.
Dadas las circunstancias y las garantías que ofrecía la 'Chancadora' (de piedras) de la avenida que lleva el nombre del ilustre señor, es que me convertí en miraflorino.
En la Escuela Fiscal 401, junto a Carlitos Hayre -entonces tendría ocho años- me publicaron el primer poema en el periódico mural 'La abejita'.
Años más tarde con mi paso por los colegios Santo Tomás de Aquino y Militar Leoncio Prado; más la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, y después los diarios Expreso, Correo y La Crónica, y la revista Caretas, descubrí que el periodismo es belleza cuando se hace con honestidad.
Gracias maravillosos maestros.
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