En algunas publicaciones sobre 'El Himno de la Internacional Socialista' se vierten afirmaciones poco exactas sobre este canto revolucionario, inicialmente de los trabajadores de la Comuna de París, que se extendió a las organizaciones proletarias de casi toda Europa y se convirtió en el himno oficial de la desaparecida Unión Soviética (URSS), hasta 1944, en que fue sustituido por un canto patriótico, en plena Guerra Mundial.
Dado que algunos autores afirman que la Biblioteca Nacional carece de información sobre este himno, y que el Partido Comunista tampoco dispone de él, queremos contribuir con algunos detalles sobre los autores de la letra y la música, y otros apuntes históricos. Nuestra única inquietud es que nuestros lectores se informen más sobre este poema-canción, que alcanzó tanta fama como su nombre.
La Internacional, como se le conoce en todo el mundo, fue escrita en medio de la más brutal y feroz represión que haya conocido Europa occidental, desatada por las tropas prusianas que dominaban la invadida Versalles, en 1871. Su autor, Eugene Pottier, la escribió en junio de ese año, mientras se encontraba escondido en un desván de Montmartre, huyendo de la represión. El original se lo dedicó 'al ciudadano Gustave Lefrancois, miembro de la Comuna'.
Pottier, nacido París el 4 de octubre de 1816, 'hijo de madre devota y padre bonapartista', ambos menestrales, se hizo socialista en 1840, según una declaración suya. Fue sucesivamente enfardador, auxiliar de escuela, corredor de papelería, empleado de oficina y dibujante industrial en una imprenta. Además, poeta y bohemio, autor de comedias, vodeviles y letras para canciones, lo que no se oponía a la seriedad revolucionaria. Su primer poema se tituló 'Vive la liberté!'
Llegó a ser alcalde y a montar una empresa dedicada al estampado de telas. Como patrono no modificó sus ideas y fue él quien organizó la cámara sindical de dibujantes para telas, en 1864. En 1870 se adhirió a la AIT, fundada en Londres el 29 de septiembre de 1864, y durante el sitio de París ocupó importantes cargos dirigenciales.
En 1873, un consejo de guerra le condenó a muerte, en rebeldía. Se exilió durante seis años, y retornó a Francia en 1879. Murió en París en 1887, y su entierro fue obstaculizado por la policía porque ondeaban banderas rojas. Pottier no llegó escuchar su poema convertido en himno.
El título del poema, cuya letra original, en francés, consta de seis estrofas, constituyó por sí solo un desafío por cuanto La Internacional (Asociación Internacional de Trabajadores, AIT), era considerada la bestia negra de la época y contra ella se lanzaban las más furibundas condenas.
L' Internacional fue impresa por primera vez a fines de 1887, año de la muerte de su autor, en una recopilación titulada 'Chants revolutionnaires', prologada por Henri Rochefort, que no tuvo mayor éxito, por lo que el poema pasó inadvertido.
No ocurrió lo mismo con un tal Delory, miembro de 'La lira de los trabajadores', grupo coral que ensayaba en una taberna de Lille. Él fijó su atención de 'La Internacionale' y se le ocurrió transformarlo en himno. Buscó a un cantor que tenía cierta fama de compositor, Pierre Degeyter o De Geyter, quien había seguido cursos nocturnos de música en el Conservatorio de Lille, tocaba algunos instrumentos y se ganaba la vida como montador en un gran taller. Rondaba los 40 años.
Con la ayuda de un modesto armonio, Degeyter compuso la música, cuyo estreno, por La Lira, tuvo lugar en Lille, en julio de 1888, en una fiesta organizada por la Cámara Sindical de Vendedores de Periódicos. El himno, simplemente, gustó. Y durante años se cantó en ciudades fabriles y alrededores de Lille, Tourcoing, Roubaix, Armentiéres, Gante…
La popularidad de La Internacional se inició en el XIV Congreso Nacional del Partido Obrero Francés, celebrado en 1896, en Lille. Allí la escucharon los delegados alemanes, austriacos, rumanos y españoles. En 1899, aumentó su fama en la ceremonia de clausura del Congreso Socialista reunido en París. Y triunfó definitivamente en el Congreso de Copenhague, de 1910. Hasta entonces, 'La Marsellesa' había sido el himno revolucionario por excelencia de los congresos internacionales.
Eugene Pottier y Pierre Degeyter.
La siguiente es la versión castellana de La Internacional, es decir, el poema modificado para que casara con la música, aunque respetándose el texto francés. Existen versiones que sustituyen, por ejemplo, 'parias' por 'pueblos', y 'hombre nuevo' por 'hombre libre', y otros menos significativos que, realidad, son sinónimos. Leamos:
Arriba, parias de la tierra/ en pie, famélica legión./Atruena la razón en guerra,/ es el fin de la opresión./ Del pasado hay que hacer añicos,/ legión esclava, en pie, a vencer./ El mundo ha de cambiar de base,/ los nada de hoy, todo lo han de ser.
Agrupémonos todos,/ en la lucha final,/ el género humano,/ es la Internacional.
Ni en dioses, reyes ni tribunos,/ está el supremo redentor,/ nosotros mismos realicemos/ el esfuerzo creador./ Para hacer que el tirano caiga,/ y al pueblo esclavo liberar,/ soplemos las potentes fraguas/ que al hombre nuevo han de forjar.
Agrupémonos todos…
La ley nos burla, y el Estado/ oprime y sangra al productor,/ nos da derechos irrisorios,/ no hay deberes del señor./ Basta ya de tutela odiosa,/ que la igualdad ley ha de ser./ No más deberes sin derechos,/ ningún derecho sin deber.
Agrupémonos todos…
Las organizaciones socialistas españolas, antes de la Guerra Civil que ensangrentó el país ibérico, cantaban el mismo himno, con la siguiente letra:
Arriba, los pobres del mundo./ en pie, los esclavos sin pan,/ alcémonos todos al grito:/ ¡Viva la Internacional!/ Removamos todas las trabas/ que oprimen al proletario./ Cambiemos al mundo de base/ hundiendo al imperio burgués.
Agrupémonos todos/ en la lucha final./ Y se alzan los pueblos/ por la Internacional.
Agrupémonos todos/ en la lucha final./ Y se alzan los pueblos con valor,/ por la Internacional.
El día que el triunfo alcancemos/ ni esclavos ni dueños habrá;/ los odios que al mundo envenenan/ al punto se extinguirán./ Del hombre el hombre es hermano,/ derechos iguales tendrán./ La tierra será el paraíso,/ patria de la Humanidad.
La divulgación del himno original aconsejó suprimir algunos conceptos excesivamente ásperos y agresivos. Así, la primera mutilación que sufrió fue la quinta estrofa, íntegra, cuyo primer verso decía: 'Les rois nos soülaient de fumées…"
El texto de la estrofa eliminada decía; Reyes emborrachados fumamos,/ Paz entre nosotros, la guerra contra los tiranos/ Aplicar los ejércitos de huelga,/ Culo en el aire y romper las filas!/ Si insisten estos caníbales/ Para hacernos héroes/ No tardarán en conocer nuestras balas/ Son para nuestros propios generales.
Por último, recordemos que en una de las primeras ediciones de La Internacional, apareció como autor de la música Adolphe Degeyter. En 1903, Pierre Degeyter visitó al editor y poeta Jean-Baptiste Clément para protestar y exigirle poner su nombre, mostrándole el original de la composición. Clément rectificó el error y los hermanos Degeyter se enredaron en una serie de pleitos, que continuaron los herederos de Adolphe. (El himno producía jugosos derechos de autor.) En 1914, el Tribunal del Sena dictó sentencia en favor de Adolphe. Pierre apeló y el 23 de noviembre de 1922, una sentencia lo declaró autor de la música. ¿Por qué ese cambio?
En 1916, antes de suicidarse, Adolphe había escrito una carta en la que, con su puño y letra, declaraba formalmente: "Nunca he hecho música y aún menos La Internacional".
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