miércoles, 4 de octubre de 2017

Errores fatales al hacer el amor...

Lo dicen las mujeres

No iniciar con besos: Evadir los labios de la mujer y lanzarse directamente 'a otro lado' nos hace sentir como si nos hubieran contratado... (¡y, por favor, lávense la boca!)

Apretones: Cuando tomes el seno de una mujer en tus manos, no actúes como ama de casa en el súper probando los melones.

Hablando de pezones: ¿Quién les dijo a los hombres que morder con fuerza el pezón a una es algo estimulante? ¿Te gustaría que te mordieran un testículo? Hay caricias que un hombre hábil puede hacer con los dientes y la lengua, pero ¡noooo! me refiero a esas mordidas que pareciera que quieren desinflártelas. Tampoco juegues tanto con los pezones entre tus dedos, como tratando de sintonizar solo Dios sabe qué estación de radio.

Ignorar otras partes del cuerpo femenino: Una mujer es algo más que tres partes del cuerpo... Por si no lo sabías, hay áreas en el cuerpo de una mujer que son ignoradas tan frecuentemente, como las rodillas y la parte detrás de los muslos (las corvas), dentro de muchas más que todas las mujeres tenemos repartidas en el cuerpo (desde la punta del pie hasta el tope de la cabeza).

Desnudar torpemente: La destreza manual echa a perder toda la excitación, y más aún cuando quieres repetir lo que probablemente viste en una película de Hollywood. Si no puedes desabrochar el brasier o los botones de la blusa... mejor dínoslo para que nosotras te ahorremos la vergüenza.

Regalito no deseado: Los condones son responsabilidad masculina. Cómpralos, llévalos y échalos a la basura después de usarlos. No nos encargues a nosotras esos trabajitos.

Acción por episodios: Las mujeres, a diferencia de ustedes, no recomenzamos donde las cosas se quedaron. Si detienes la acción una vez iniciada, tendrás que regresar al punto inicial... ¡Lo sentimos mucho!

Desvestidas a medias: A ninguna mujer nos gusta sentirnos estúpida cuando nos intentan quitar un suéter o playera, y las cosas se atoran en la cabeza y queda como una cebolla... A ustedes les vale... ¡que aprendan a desvestirnos bien!

Quitarse los pantalones antes de tiempo: La vista de un hombre en calcetines y boxers no es exactamente lo más sexy del mundo, ¿eh? Quítate los calcetines, no seas ridículo.

Alta velocidad: Cuando llegues a la afortunada situación y empiece la acción, lo peor que puedes hacer es comenzar a taladrar como si estuvieras repavimentando la calle de tu casa. Suavidad, ¡por favoooor! A lo mejor, después de un rato ya lo pones rapidito... ¡pero no todo el tiempo! Varía las velocidades, plis.

Venirse rápido: Este es probablemente el temor más grande de ustedes. Y con razón. Si por algún motivo te vienes antes que ella acabe, más vale que tengas preparada una buena ruta alternativa para asegurarte de que ella goce también. Somos más taraditas, pero una vez encarriladas, ¡no nos gusta quedarnos a medias!

Acabar muy tarde: Muchos hombres llaman 'aguante' a no poder venirse durante más de una hora. ¡Qué huevas! Si eres de los hombres maratónicos, conviene que pegues algo interesante en el techo, para que tu pareja tenga en qué entretenerse mientras acabas.

Sexo oral: No eres un gato gigante ante un plato de leche, ¿eh? Busca con tu lengua el punto débil de tu chica, ¡y aguanta! Aunque se te duerma la quijada y la lengua... ¡no pares!


Empujarnos la cabeza: Ustedes insisten en hacer esto ¡como si quisieran atravesarnos la nunca con el miembro! A todas nos choca esto, aunque lo hayas visto en ciertas películas porno...

No avisar cuando te vienes: El semen sabe a algo así como marisquitos remojados en agua de mar... y si se los traga sin avisar, ¡es terrrrrrrible! Ten la gentileza de avisarle para que no te vomite en tu cara.

Creerte la película porno: En las películas XXX profesionales, a las mujeres –que cobran muy buen dinero por ello- parece encantarles todo lo que huevas les hagas, así sea cachetearlas o darle unas amasadas y aventadas buenas... ¡Esto no es la vida real, muchachito! No todo lo que veas en video es cierto.

Hacerla montar por horas: Pedirle que se suba puede ser muy sexy para una mujer, pero que se pase ahí horas es de lo más aburrido. Y no te quedes ahí nada más, desparramado con las piernas abiertas. Y por amor de Dios, déjala descansar mientras tú regresas a tomar la iniciativa. ¡Ayuda un poco, no seas huevón!

Penetración anal sin permiso: Lo único peor a esto es no solo intentarlo, sino quererle ver la cara de boba a la chica, pretextando que 'fue un accidente'. Si serás...

Ser poco creativo: La imaginación es probablemente la herramienta sexual más poderosa con la que un hombre pueda contar. Olvídate del tamaño de tu cosa: la forma en que te muevas o qué tan acrobático o musculoso seas; si no tienes imaginación no pasarás de un 5. Si tienes imaginación... ¡eres el Rey!

Cachetear tu panza contra la de ella: Es difícil que exista un sonido menos erótico. Es tan sensual como un concurso de eructos.

Tratarnos como cirqueras: El Kama Sutra es una cosa; el Cirque du Soleil, es otra. ¡No somos contorsionistas, por amor de Dios!

La chupada de drácula: Es algo súper excitante practicar suaves y delicadas succiones en los lados del cuello o de lugares sensibles del cuerpo. Pero a ninguna nos gusta andar con los horribles chupetones como si nos hubiese raptado Drácula. Y a propósito, por favor, no nos chupen como si fuéramos un mango maduro. En serio, eso le quita lo sexy al asunto.

Hitler en la cama: No te pongas a gritar instrucciones sexuales, en la cama o en el sillón trasero del auto, en el sofá o lo que sea. No es un campo de concentración, si deseas algo específicamente, pídelo, pero recuerda que hay maneras.

Aplastándola: Por lo general, los hombres pesan más que las mujeres; así que estando tú encima de ella y ves que en lugar de experimentar un orgasmo, se comienza a poner morada, bájate y cambia de posición. Esto es lo mismo que cuando tienen sexo después de haber comido muchísimos se siente como que te van a reventar como globo de Cantolla.

Darle las gracias: Nunca le des las gracias a una mujer por haber hecho el amor contigo: Agradece que te dé un poco de sopa o un café, pero nunca una sesión de buen sexo: sería como darle una tarjeta de crédito por lo que acaban de hacer...

 

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