jueves, 19 de octubre de 2017

Piolinadas

En el confesionario

Un anciano italiano se dirigió a su párroco y le preguntó si podía confesarse.

- Por supuesto, hijo mío -dijo el cura.

- Bueno, padre, al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, una hermosa mujer llamó a mi puerta y me pidió que la escondiera de los alemanes, así que la escondí en mi ático y nunca la encontraron.


- Es una cosa maravillosa, hijo mío, eso no es algo que tengas que confesar para arrepentirte -dijo el sacerdote.

- Es peor, padre, tuve un momento de debilidad y le pedí que pagara por el refugio del ático con favores sexuales y ella aceptó -continuó el anciano.

- Bueno, fue un momento muy difícil de la historia y te arriesgaste mucho; habríais sufrido terriblemente a manos de los alemanes si te hubieran encontrado escondiendo a esa mujer. Sé que Dios, en su sabiduría y misericordia, equilibrará el bien y el mal y juzgará amablemente -dijo el sacerdote.

- Gracias, padre. Eso es una carga que libero de mi mente. ¿Puedo hacer otra pregunta? -dijo el anciano.

- Por supuesto, hijo mío -dijo el cura.

El anciano preguntó: ¿Debo decirle que la guerra ha terminado?

Yerno vengativo

Un ladrón entra a un banco, apunta con su arma al cajero y exige que le de todo el dinero.

Una vez con el botín, se da la vuelta hacia uno de los clientes y le pregunta:

- ¿Usted me vio robar?

- Si, pero de refilón…

El ladrón le pega un tiro en la cabeza.


Se dirige a otra persona que había al lado:

- ¿Y usted, me vio robar?

- No, la verdad es que apenas vi poco...

El ladrón le pega dos tiros en la cabeza.

Se da vuelta hacia una familia que estaba parada a su lado y pregunta:

- ¿Y usted, me vio robar?

El hombre le contesta:

- Yo no vi nada... pero mi suegra sí, la vi grabándote con el móvil.

Chanchada

Había una vez un hombre que tenía una fábrica de salchichas. Un buen día decidió mostrarle a su arrogante hijo la fábrica. Pero por más que intentaba impresionar a su hijo, este se burlaba de cualquier cosa. Se acercaron al corazón de la fábrica, donde el padre pensó: "¡Esto leo va a impresionar!"


Le mostró a su hijo una máquina, y le dijo: "Hijo, este es el corazón de la fábrica, en esta máquina podemos meter un cerdo y salen embutidos directamente."

El hijo, burlándose abiertamente, dijo: "Sí, pero ¿tienes una máquina donde puedas meter una salchicha y que salga un cerdo?"

El furioso padre pensó y dijo: "Sí hijo, lo llamamos tu madre."

El Doble De Einstein

Albert Einstein estaba de gira dando charlas, pero al poco tiempo se encontraba ansioso por volver a su trabajo de laboratorio. Una noche, mientras conducían a otra gala, Einstein mencionó a su chofer (un hombre que se parecía en cierto modo a Einstein) que estaba cansado de hablar en público.

- Tengo una idea, jefe -dijo su chofer. Te he oído pronunciar este discurso tantas veces, que apuesto a que podría darlo por ti.

Einstein se rió en voz alta y dijo: "¿Por qué no?"


Cuando llegaron a la cena, Einstein se puso la gorra y la chaqueta del chofer y se sentó al fondo de la habitación. El chofer dio una hermosa interpretación del discurso de Einstein e incluso contestó algunas preguntas con habilidad.

Entonces un profesor supremamente pomposo hizo una pregunta extremadamente esotérica sobre la formación de la antimateria, divagando aquí y allá para que todos en la audiencia supieran que no era tonto.

El chofer, sin perder el ritmo, miró con fijeza al profesor y dijo: "Señor, la respuesta a esa pregunta es tan simple que dejaré que mi chofer, que está sentado en la parte de atrás de esta sala, la responda por mí."

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