Desde tiempos inmemoriales la mujer ha sido, es y seguirá siendo, motivo de inspiración de músicos, poetas, pintores y compositores que han creado piezas y composiciones que despiertan admiración y nos siguen deleitando. En nuestro país, nuestros bardos criollos se inspiraron en ellas, sea novia, madre, esposa, amiga, amante o un amor imposible, para crear hermosos valses que nos llenan de recuerdos.
Algunos de ellos llevan el nombre de la musa, y en otros se mantienen en el anonimato, pero con el tiempo su historia llegó a conocerse.
En el caso del vals 'La flor de la canela', de Chabuca grande, es harto conocida que quien la inspiró fue la morena bajopontina Victoria Angulo de Loyola.
Distinto fue el origen del vals 'Madre', hoy convertida en un himno al ser que nos dio la vida. Fue escrito en la envoltura de una cajetilla de cigarrillos por Manuel Acosta Ojeda el sábado 12 de mayo de 1951, víspera de Día de la Madre, cuando con unos amigos se encontraba en el bar 'El Silletazo' de Surquillo. Se la dedicó a su madre, María Luisa Ojeda de Acosta.
María L. Ojeda de Acosta, madre de MAO.
El vals fue estrenado por 'Los Chamas' en Radio La Crónica y fue cantado con tanto sentimiento por 'Pajarito' Bromley que terminó llorando en pleno escenario, lo mismo que la mayoría de los que se encontraban presentes en el auditorio.
Felipe Pinglo.
El inmortal bardo Felipe Pinglo, quien tuvo varias musas en su vida, compuso su primer vals, 'Amelia', a los 17 años, dedicándoselo a una vecina de los Barrios Altos.
Una hermosa morena que vivía en la Quinta Baselli (cuadra 13 del jirón Junín) y vendía anticuchos en una esquina de Cocharcas, le inspiró el vals 'Rosa Luz': La morena Rosa Luz que es mi beldad / a quien amo con todito el corazón…
Su famoso vals 'El plebeyo' se lo inspiró Giannina Zucarello, una joven de 17 años, a quien conoció en La Victoria, y cuyo padre, un industrial italiano al que no le gustaba ese romance, la embarcó con destino a Florencia.
A su esposa, Hermelinda Rivera, le dedicó 'Hermelinda', vals poco conocido, que se lo dedicó el 6 de mayo de 1969, una semana antes de morir, pero ella lo mantuvo guardado por mucho tiempo.
Otro vals del mismo nombre, convertido en un clásico por 'Los Morochucos', fue obra de Alberto Condemarín e inspirado por la misma Hermelinda Rivera, de quien también estaba enamorado por el compositor barrioaltino. Pero Pinglo ya se había ganado su corazón. De ahí la letra: "Escucha, amada mía, / la voz de los cantares / que brotan de mi lira / cual desolado son…
Pablo Casas Padilla.
Ana Arroyo, una trabajadora del Mercado Central, fue la musa a quien Pablo Casas le dedicara su hermoso vals 'Anita' en 1936. Ella fue su compañera y madre de seis de sus hijos, pero falleció a temprana edad. "Quisiera confesarte mi cariño, / quisiera que comprendas mi dolor..."
A fines de los cincuenta falleció Juanita, esposa de Andrés Benites, quien le pidió a su amigo Pablo Casas que le compusiera un vals en homenaje a su esposa querida. Al instante, Pablo Casas empezó a entonar: "Por más que el tiempo pasa, / no puedo olvidarla, / profunda es la pena / que lacera mi existir…"
En los años cuarenta sentado al piano, Laureano Martínez compuso 'Compañera mía', dedicado a su esposa, Marina Navarro, que se encontraba enferma. Empezaba así: "Compañera mía, / santa mujercita, siempre bondadosa… "
Lorenzo Humberto Sotomayor
Algo similar ocurrió con Lorenzo Humberto Sotomayor, quien compuso el hermoso vals 'Corazón', dedicada a su esposa Elvira, que estaba siendo operada. Acompañado de un amigo salió a tomar un café. Para levantarle el ánimo, el amigo le pidió "mirar hacia adelante, y reír". El bardo le respondió: "Reír, quién habla de reír"... y en una servilleta, continuó: "... si en la vida todo es / sólo sufrir, solo llorar…"
En marzo de 1949 Adrián Flores Albán, que contaba con 22 años, se enamoró de una chiquilla de 15 años de nombre Eva, quien vivía en la localidad de Casitas, en Tumbes, y a ella le dedicó su famoso vals 'Alma, Corazón y Vida'. El amor no prosperó, ya que ella se casó con un comerciante de la zona.
Lucy Smith
El 1 de enero de 1950, a los 23 años, falleció Lucy Smith, nacida en Bolivia pero que se hizo famosa en Lima cantando tangos y valses argentinos. Su trágica muerte ocurrió al salir de una fiesta adonde había ido a celebrar el Año Nuevo, pero nunca fue esclarecida del todo. A su memoria Abelardo Carmona le dedicó el vals que lleva su nombre. "Que tristeza y que dolor / siento yo en mi corazón / al saber la desaparición / de la estrella de la radio…"
La muerte de la intérprete Yolanda Vigil 'La Peruana', el 7 de septiembre de 1953 en Buenos Aires, a los 34 años, fue llorada por Aurelio Collantes con su vals 'In memorian a Yolanda Vigil', grabado por 'Los Morochucos'.
Yolanda Vigil 18 días antes de su muerte
Las hermanas Rosa, Paula e Irene, que vivían en la calle Carmen Alto, fueron las musas a las cuales el compositor Amador Paredes 'Parrita' les dedicó dos de sus valses a inicios de los cincuenta. Ellas formaban parte de siete hijos de la familia Carrillo Pareja. 'Parrita' compuso los valses 'Paula Rosa' e 'Irene', que no faltaban en las serenatas que se celebraban en su casa de los Barrios Altos y que duraban tres días con sus noches.
Para concluir, el vals 'Cuando llora mi guitarra' fue dedicado por Augusto Polo Campos al gran amor de su vida: su madre Flor de María Campos.
Augusto Polo Campos.
Publicado en el diario oficial El Peruano el 15.10.17.
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