¡Oh, san Viernes divino!,
protege mi páncreas y cuida mi intestino,
mi hígado encomiendo a tu santa mano,
sé que lo que estoy bebiendo no me hará daño
(aunque sea como para un año).
Beba lo que beba, que todo esté bien helado.
No permitas que se me nuble la vista,
porque después de la bomba, podría caer en la pista.
Al pagar la cuenta cuida mucho mi dinero,
y haz que mis amigos pongan algo por lo menos.
Saliendo del bar, bendice el lugar
y dile a los mozos que cierren nomás.
Y permíteme ver la luz al otro día.
Líbrame de todas las resacas,
y haz que mi cara no revele los detalles.
Permíteme concentrar mi ruta y mi camino
y que la vecina no riegue temprano
porque luego no respondo donde orino.
No me desampares
porque si manejo mal
me saco la %&$#*madre.
Amén.
PD: Rezarla 287 veces una con cada chela hasta que la lengua te lo permita. Esta novena es milagrosa; si no la mandas, el sábado tendrás resaca aunque no hayas chupado el viernes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario