miércoles, 21 de marzo de 2018

Piqueo político

Esperada decisión

Finalmente, el presidente Pedro Pablo Kuczynski decidió mandar a la mierda los cuestionamientos de que ha sido objeto y con ello la banda presidencial que deberá ceñirse, si es que no decidiese lo contrario, el primer vicepresidente Martín Vizcarra. ¿Qué viene luego? En anteriores comentarios hemos analizado los diferentes escenarios que se presentarían en caso Vizcarra aceptara el encargo o se negara; si lo propio hiciese la segunda vicepresidenta, Mercedes Aráoz y, finalmente la eventualidad de que asumiese el poder el presidente del Congreso, Luis Galarreta.


PPK: Adiós a la presidencia.

Fríamente calculado

Analicemos otros posibles panoramas. Antes, debemos recordar que la situación actual debe haber puesto ñata de risa a la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, quien jamás reconoció su derrota y el triunfo de PPK. Por ello, desde un inició instruyó a sus parlamentarios  a hacerle vida imposible al nuevo gobierno. Las sucesivas censuras a los ministros,  más un gabinete completo; los diferentes obstáculos a sus propuestas de ley, y la aprobación, en las últimas semanas, de proyectos de ley, abiertamente inconstitucionales, condujeron a una situación de ingobernabilidad que se mantendría si PPK hubiese evitado la aprobación de la segunda moción de vacancia, y con quien lo reemplazara. Con un Congreso como el que tenemos, no otra cosa se podría esperar.


Galarreta: ¿Llegará a ceñirse la banda presidencial?

Eventualidades posibles

Uno de los panoramas será que Vizcarra renuncie a asumir la presidencia, y Galarreta asumiese el poder. No nos sorprendería que, una vez con las riendas del poder, la cabeza de la bancada fujimorista intentase  entregar la banda presidencial a su lideresa. ¿Imposible? No. Con la bancada naranja, que ha demostrado funcionar como una perfecta banda de delincuentes, cualquier cosa puede ocurrir. ¿Cómo? Para eso les bastaría con aprobar una nueva ley de 'interpretación auténtica' de la Constitución y darle a su lideresa la oportunidad de hacer realidad su sueño de sentarse en el sillón de Pizarro. Los argumentos en contra que esgriman los opositores a esta eventualidad, caerían en saco roto, pues la mayoría –es decir, las tres bancadas que respaldaban la vacancia- se impondría de todas maneras, pasara lo que pasase.


China de risa.

¿Final inesperado?

El otro caso sería que Vizcarra aceptase asumir la presidencia, con el riesgo de convertirse en un títere del Congreso, de la bancada fuji-apro-izquierdista en particular, y gobernar conforme mejor le parezca a esta insólita e impasable alianza parlamentaria.  Pero también podría ocurrir alguna sorpresa, cuya posibilidad se viene analizando por algunos analistas de la política peruana actual. Al grano: ¿qué pasaría si Vizcarra, una vez asumida la presidencia, decidiese suspender las actividades del Congreso y convocase a elecciones generales adelantadas, con el respaldo de las Fuerzas Armadas, que también deben estar hartas de la situación a la que nos ha conducido la inexperiencia del renunciante presidente y la matonería y prepotencia de sus opositores en el  Congreso.

Solución final

Una decisión de esa naturaleza convertiría a Vizcarra en un personaje que la historia calificaría como el salvador del futuro del Perú, el que puso  el alto al sombrío panorama que tenemos por delante. Esa eventual decisión permitiría a los peruanos volver a elegir a nuevos congresistas, para lo cual tendría que prohibirse la postulación de TODOS los actuales, para que TODOS ellos se vayan a sus casas y dejen de joder al país. Si hay que limpiar   la casa de un presidente (supuestamente) corrupto, habría que erradicar a TODOS los congresistas (comprobadamente corruptos) que  han enmierdado al país.

Hágase la luz

De paso, nos evitaría tener que soportar a un Galarreta (y eventualmente a Keiko Fujimori, como hemos dicho líneas arriba) lucir, inmerecidamente, la banda presidencial. ¿Es posible hacerlo? Dada la situación de ingobernabilidad por la que atraviesa el país, y la imposibilidad de que la cosa mejore con los mismos personajes que manejan los hilos del poder, una decisión de esa naturaleza sería bienvenida por todos los peruanos, de todos los sectores y de toda condición social. ¿Será posible hacer realidad tanta belleza? En las próximas horas saldremos de dudas. 


M. Vizcarra: la gran incógnita.

Deshonra internacional

Más allá de nuestras fronteras, la situación creada en nuestro país podría mandar al tacho la programada Cumbre de las Américas, convocada para los días 13 y 14 de abril. Frente a esta caótica situación, ¿qué gobernante del continente aceptaría participar en una reunión en la que el país anfitrión se encuentra sumergido en el limbo? Oscuro panorama por delante, y deshonroso papel el que tiene que desempeñar nuestro país a consecuencia de una sarta de insensatos que no han medido las consecuencias de sus actos y nos han conducido a esta situación. Dios nos salve.

Aquí lo dejamos. Por ahora. 

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