martes, 23 de enero de 2018

Piolinadas

Póker entre jubilados

Seis jubilados jugaban al póquer en el club del barrio cuando Charles pierde 500 dólares en la primera partida. De repente, se agarra el pecho y cae desplomado. Mostrando respeto por su compañero caído, los otros cinco continúan jugando de pie.

August mira alrededor y pregunta: "Y ahora, ¿quién se lo va a decir a su esposa?". William es el elegido para llevar la noticia la viuda. Le dicen que sea discreto, gentil y que no empeore la situación.

"¿Discreto? Soy la persona más discreta que jamás conocerás. La discreción es mi segundo nombre. Déjamelo a mí", dice.

William acude a la casa del fallecido y toca la puerta. Su esposa responde por la puerta y le pregunta qué quiere. William le responde: "Su esposo acaba de perder $ 500 en el póker y tiene miedo de volver a casa."

"¡Dile que se puede caer muerto y no me va a importar!", grita la esposa.

"No hay problema, se lo comunicaré", dice William.

Abogado presuntuoso

Pablo creció en Jamaica, pero se mudó para asistir a la universidad y la facultad de derecho en EE.UU.

Al terminar sus estudios, decidió regresar a Jamaica porque sentía que podría ser un pez gordo en casa, quería impresionar a todos y abrió su nuevo despacho de abogados en su pueblo.

El primer día, vio a un hombre acercándose por el pasillo y decidió causar una gran impresión en este potencial cliente. Cuando el hombre llegó a la puerta, Pablo descolgó el teléfono. Hizo un gesto al hombre para que se detuviera y empezó a simular que hablaba por teléfono:

"No. Absolutamente no. Dígales a esos payasos en Nueva York que no resolveré este caso por menos de un millón. Sí, el Tribunal de Apelaciones ha aceptado escuchar ese caso la próxima semana. Voy a manejar el argumento principal y los otros miembros de mi equipo brindarán apoyo. De acuerdo, dígale al fiscal que nos reuniremos con él la próxima semana para analizar los detalles".

La "conversación" continuó durante casi cinco minutos. Todo este tiempo el hombre se sentó pacientemente mientras Joe recitaba instrucciones.

Finalmente, Pablo colgó el teléfono, se volvió hacia el hombre y le dijo: "Lo siento por la demora, pero como puede ver, estoy muy ocupado. ¿Qué puedo hacer por usted?"

El hombre respondió: "Soy de la compañía telefónica, vine a reparar su teléfono".

Prioridad es prioridad

El rabino Bernstein sufrió un terrible accidente, y su 'virilidad' fue mutilada y arrancada de su cuerpo.

Su médico le aseguró que la medicina moderna podría devolverle su virilidad, pero que su seguro no cubriría el procedimiento, ya que se consideraba cirugía estética.

El médico dijo que el costo sería de 3,500 dólares para un miembro 'pequeño'; 6,500 dólares para uno 'medio', y 14,000 dólares para uno 'grande'.

El rabino estaba seguro de que su esposa y él querrían por lo menos un tamaño medio… y tal vez incluso uno grande. Pero el médico le instó a hablar con su esposa antes de tomar cualquier decisión.

Bernstein llamó a su esposa por teléfono y le explicó sus opciones. El médico volvió a la habitación y encontró al rabino encorvado en la silla, que parecía muy abatido.

-Bueno, ¿qué han decidido? -preguntó el doctor.

- Mi esposa prefiere que gaste en reformar la cocina.

El misterioso coche sin chofer

Un tipo estaba en un lado de la carretera haciendo autoestop en una noche muy oscura en medio de una tormenta. La tormenta era fuerte y no pasaba ningún automóvil.

La tormenta era tan fuerte que el tipo apenas podía ver unos pocos pasos por delante de él. Pero de repente, vio un automóvil que venía hacia él y se detenía.

El tipo, sin pensarlo, subió al auto y cerró la puerta, ¡y solo entonces se dio cuenta de que no había nadie tras el volante!

El auto comienza a avanzar muy lentamente. El tipo mira la carretera y ve que se acercan a una curva. Asustado, comienza a rezar, rogando por su vida. Aún asustado le da tiempo a ver que una mano aparece por la ventana y gira el volante, a tiempo para tomar la curva.

El hombre, paralizado de terror, ve cómo la mano aparece cada vez que se acercan a una curva.

Reuniendo fuerzas, sale del auto y corre hasta la ciudad más cercana. Mojado y en estado de shock, ingresa a un bar, pide dos tragos de tequila y comienza a contarle a todos la horrible experiencia que acababa de pasar.

Alrededor de media hora más tarde dos tipos entran al mismo bar y uno le dice al otro: "¡Mira, Pepe, ese es el cretino que se metió en el auto mientras lo empujábamos!"

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