miércoles, 17 de enero de 2018

El pensamiento económico del papa Francisco

La idolatría del dinero, la economía de la Comunión y mantener un buen ejemplo son algunos de los pensamientos que señala el papa Francisco. Sin embargo, mantiene una fuerte crítica acerca de los daños que puede generar una mala inversión.

Francisco predica un fuerte pensamiento sobre una mala estructura de poder que puede ser dañina para la sociedad, como es en los casos de corrupción.

Compartir la sabiduría y enseñar una economía de la comunión es un factor que rescata el Sumo Pontífice al momento de predicar este tipo de pensamiento.

Por último, el papa Francisco no analiza la forma de un modelo económico sino el fondo, por lo que señala que se deben de revisar las reglas de este para mantener un correcto funcionamiento de la sociedad.

Francisco es un firme creyente de la 'Economía de Comunión' y aunque puede sonar muy romántica o ingenua; se trata de una iniciativa que pretende llevar a nivel institucional la comunión de los bienes que ya se vivía a nivel personal desde hace unos 70 años

Además, el Sumo Pontífice señala que la conducta de un sistema que no se preocupa de los daños que genera cuando invierte, y luego vuelve a invertir en reparar esos daños es calificada de 'hipocresía'.

Francisco dice a los empresarios que destinen parte de sus ganancias hacia los más necesitados, a la generación de puestos de trabajo y a generar cultura: "Es necesario ir hacia el cambio de las reglas del juego del sistema económico-social. Imitar al buen samaritano del Evangelio no es suficiente."

El Sumo Pontífice además realiza un pedido a los empresarios para convertirse en agentes de comunión, invitándolos a ser creativos y competentes.

Un tema importante para Francisco es la conocida como 'idolatría del dinero' como explicación del mal funcionamiento de la economía. Pero no lo restringe a un problema de moral individual, el 'culto al dinero' es algo público, es sistémico.

La comunión propuesta se diferencia claramente de la filantropía típica del capitalismo, esta última da sin 'tocar' al necesitado, sin comprometerse con él, mientras la comunión de los beneficios es solo una dimensión, entre otras, de la comunión con quien necesita. Para Francisco, poner en el centro al hombre, es poner en el centro al necesitado.

Respecto a sus expectativas en la economía, Francisco puntualiza que no se trata de crear grandes estructuras, porque eventualmente se vuelven estructuras de poder y terminan contradiciendo su génesis.

Se debe de compartir la experiencia práctica e intelectual de la comunión, haciéndola circular entre quienes la requieran.

No solo para replicar experiencias de comunión a nivel personal o de las empresas, sino también para revisar las reglas de juego del sistema desde la perspectiva y la cultura de la comunión.

 Publicado en el diario Gestión el miércoles 17.01.2018 (Fotos AFP)

 

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