lunes, 22 de enero de 2018

Citas de Confucio para alimentar el alma

Confucio, quien vivió entre 551 y 479 antes de Cristo, fue un pensador y filósofo social chino, ampliamente considerado como el más grande y más influyente filósofo oriental de todos los tiempos, cuyas enseñanzas y filosofía han influido profundamente en el pensamiento y la vida de los chinos, coreanos, japoneses, taiwaneses y vietnamitas. Fundó el confucianismo, que es un sistema de enseñanzas filosóficas y sociopolíticas que son consideradas como una religión. Su filosofía enfatizó la moralidad personal y gubernamental, la corrección de las relaciones sociales, la justicia y la sinceridad. Las siguientes son algunas de sus citas más importantes, y todas ellas son tan aplicables para nosotros hoy como lo fueron en su día cuando Confucio las escribió en el siglo IV a. C.

Todo tiene su belleza, pero no todos la pueden ver.

La ignorancia es la noche de la mente, pero una noche sin luna ni estrellas.

Nuestra mayor gloria no es no caerse, sino levantarse cada vez que lo hacemos.

A menudo hay que cambiar en entre ser constante con la felicidad o con la sabiduría.

No nací en posesión del conocimiento. Amo la antigüedad, y es allí donde la busco y la encuentro.

Si no pensamos en lo que está distante, solo encontraremos dolor cerca nuestro.

 Aprender sin pensar es tiempo perdido; el pensamiento sin aprendizaje es peligroso.

 Recompensa la injuria con justicia, y recompensa la amabilidad con bondad.

 Los cautelosos rara vez se equivocan.

 El hombre superior no puede ser conocido en pequeños asuntos, pero se le pueden confiar grandes preocupaciones. Al hombre pequeño no se le pueden confiar grandes preocupaciones, pero se le puede conocer en pequeños asuntos.

El hombre superior es modesto en su discurso, pero sobresale en sus acciones.

 Es innecesario hablar de las cosas que ya están hechas... y es innecesario culpar a las cosas que sucedieron en el pasado.

 La virtud no te deja solo. El que la practica tendrá vecinos.

 Lo que no quieres que te hagan a ti, no se hagas a los demás.

Cuando sabes algo, admitir que lo sabes y cuando no sabes algo, admitir que no lo sabes: eso es el conocimiento.

 Con arroz para comer, con agua para beber y mi brazo doblado como almohada, todavía encuentro la alegría. Las riquezas y los honores adquiridos por la injusticia son para mí como una nube flotante y efímera.

Sin un conocimiento de las reglas de decoro, es imposible que la persona exista.

 Ir demasiado lejos es tan malo como quedarse corto.

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