martes, 26 de septiembre de 2017

Nueve pueblos rinden homenaje al cannabis

Lo lucen en sus escudos y banderas

El Congreso de la República está ad portas de aprobar una ley que permitiría el uso del aceite de la marihuana, mezcla de flores y hojas de la planta del cáñamo cannabis sativa, con fines medicinales, los que permitiría mejorar la calidad de vida de pacientes de diversas enfermedades (epilepsia, autismo, parkinson, alzheimer, migraña, etc.), que provocan convulsiones, vómitos, neuralgias, náuseas y dolores reumáticos, entre otros.

Sin embargo, aún existe un sector de la población que se opone al uso de la marihuana por considerarla una droga. Felizmente, son los menos.

Lo que muchos ignoran es que diversos pueblos del mundo tienen una larga tradición de cultivos del cáñamo, que se remonta a sus orígenes y que hoy queda a la vista de forma orgullosa en sus escudos, banderas y gentilicios. Lugares de Cuenca y Ciudad Real (en España), Francia, Suiza y hasta Rusia son solo algunos de quienes hoy recuerdan ese legado.

Ocho pueblos que rinden homenaje al cannabis en sus escudos y banderas  

Ciudad Real es un municipio y ciudad de España, situados en la comarca de Campo de Calatrava. La ciudad es la capital de la provincia homónima, en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha

 

Cañamares es un pequeño municipio de la provincia de Cuenca, a 60 km s de la capital y con una población que no supera las 700 personas. Sus habitantes son conocidos como 'cañamareros', un gentilicio relacionado con el cáñamo, pues este pequeño pueblo español siempre fue conocido por cultivar este producto, su cultivo principal. Lo recuerda su escudo donde predomina el verde. En él, tres plantas dominan el espacio, cada una de ellas con cinco hojas que crecen sobre un suelo de su mismo color.

Santa Cruz de los Cáñamos, una villa situada en el Campo de Montiel (Ciudad Real), que adquirió este nombre en el siglo XVI a causa del importante cultivo que se realizaba en una vega del municipio, a los pies del conocido como Cerro Santo, cuando apenas contaba con 200 habitantes: los santacruceños. Tanto en su bandera como en su escudo predominan el verde y el amarillo, y ambos están presididos por dos hojas de marihuana.

Cannabriends (Francia), comuna francesa de Chennevières-lès-Louvres (en el Valle del Oise) rodeada de campos verdes, parques y naturaleza. Situada al norte del país, apenas a 850 km del País Vasco, es conocida por su escudo de armas, donde el verde resalta y crecen flores de marihuana bañadas en oro, con orgullo de ser exhibidas. En la actualidad esta región sigue cultivando cáñamo.

Valle del Marne (Francia), al igual que la anterior comuna sigue cultivando el cannabis sativa. En su escudo se representan al menos ocho hojas de marihuana de color blanco sobre un fondo rojo.

Servant (Francia), en la región de Puy-de-Dôme, presume de la hoja de marihuana,  que en su escudo comparte escenario con un lobo, animal característico de la región, y con un ánfora de plata que representa la importancia del vino. La región se caracterizaba por producir tanto este producto como el cáñamo que luego exportaba.

Hamme (Bélgica), orgullosa por sus escudos, esta región promociona el cultivo de marihuana. Allí se representan una planta de cáñamo, donde se muestran las hojas de marihuana en todo su esplendor y la otra es planta de flor azul, se trata del lino, también importante en los cultivos históricos de la zona. Este escudo ha sido actualizado hace poco, pero sin dejar por fuera los dibujos de cáñamo.

Wangen- Brüttisellen (Suiza). También en Zurich, el potente centro económico de Europa, guardan un lugar muy especial para la planta de marihuana, ya que el motivo son tres plantas sin ningún otro adorno más que los colores de fondo. Una sola planta de cáñamo formada por seis hojas de marihuana construye por completo el escudo.

Kimovsky, en la región rusa de Tula, también muestra sin complejos tres plantas de cáñamo con dos hojas de marihuana cada una sobre un fondo de colores blanco, rojo y negro. El suyo y el de los otros lugares nombrados son solo algunos ejemplos de aquellas zonas que muestran su legado en el cultivo del cáñamo sin tapujos. 

Como se puede observar, por mucho que los medios y ciertos políticos quieran demonizar a la marihuana, afortunadamente ella nos acompaña desde tiempos inmemoriales.

Según la ciencia heráldica el cáñamo era un símbolo que no solo representaba abundancias de cultivo, sino que también era considerado un material que inspiraba salud, fertilidad, esperanza, alegría, desafío y lealtad, especialmente cuando venía representado con color verde. Mientras tanto, el color amarillo oro, que suele acompañar a algunos de los escudos, simboliza la generosidad y la 'elevación de la mente' de los pueblos que cultivaban este producto.

Para muchos puede resultar difícil imaginar a un ciudadano de la vieja España o de su vecina Francia mostrando sin tapujos los motivos cannábicos del escudo o la bandera de su pueblo, pero estos son una prueba fehaciente de que el cáñamo y sus hojas han definido lo que hoy son algunos de esos lugares.

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