viernes, 8 de diciembre de 2017

Los costos de nuestra Independencia

La Batalla de Ayacucho, cuyo 193.º aniversario conmemoramos el 9 de diciembre, selló la definitiva independencia del Perú y América del Sur. Nos valemos de la oportunidad para recordar que, económicamente hablando, la independencia del Perú resultó desastrosa, porque nuestro país perdió territorios y quedó sumamente endeudado, principalmente con Inglaterra, Chile y la Gran Colombia; ya que la guerra fue gestada desde el exterior.

Batalla de Ayacucho: fin del dominio español.

En efecto, consumada la independencia del Perú, quedó pendiente el pago de la deuda contraída, a cuenta de los gastos hechos en la organización de las campañas militares de la última fase de la independencia (las expediciones libertadoras de San Martín y Bolívar).

Con España había una deuda pendiente, conforme a lo acordado en la Capitulación de Ayacucho, deuda que sería desconocida en 1848 por el gobierno del mariscal Castilla, hasta que ese país reconociera la independencia del Perú. (El tratado de paz, amistad y reconocimiento entre España y Perú fue firmado el 14 de agosto de 1879 en París.)

 La deuda con Inglaterra provenía de dos préstamos. El primero se firmó el 11 de octubre 1822, por 1'200 mil libras esterlinas, La garantía fueron las entradas de la Casa de la Moneda, de aduanas y otras rentas. Las usurarias condiciones la gestionaron dos cuestionables comisionados de San Martín: el colombiano Juan García del Río y el médico inglés James Paroissien, que se asociaron con Thomas Kinder y Robert P. Staples, y posteriormente, por decisión del Congreso, fueron reemplazados por el inglés John Parish Robertson, también vinculados a Kinder y Staples.

El segundo empréstito fue negociado por John Parish Robertson, el 21 de enero de 1825, por un monto de £ 616,000.

 Es de anotar que el Perú nunca recibió las cantidades pactadas, pues se hizo tal manejo de los bonos que emitió y se especuló tanto con ellos, que al final se recabó menos de la tercera parte de su valor nominal. El espacio nos impide ampliar el tema, detallado por Jorge Basadre; César Vásquez Bazán y Alfonso W. Quiroz ('Historia de la Corrupción en el Perú'), que citan numerosas fuentes documentales.)

(La principal irregularidad fue que Parish Robertson se abonó en cuenta y terminó quedándose con 216 mil libras esterlinas para pagar los dividendos de tres años del primer empréstito, y 46,200 libras esterlinas para tres dividendos del segundo empréstito, además de su comisión de doce mil libras. Este fue el resultado: valor nominal del empréstito: £ 616,515; valor del empréstito: £ 577,500; suma recibida por los banqueros: £ 480,480; recibida por el Perú: £ 200,385; deuda externa del Perú en el mercado de Londres al 15 de abril de 1825: £ 1'777,500, más intereses.)

La deudas, pactadas a un interés de 6 % anual (considerado muy alto), aumentaba cada año en £ 106,650, hasta que el 10 de marzo de 1848 el Congreso autorizó al Ejecutivo a cancelarla mediante la emisión de bonos por £ 3'736,400, de los cuales 1'920,400 (más del 50 %) correspondía a los intereses. El cumplimiento del pago fue garantizado con el producto de la mitad del guano que se exportaba a Inglaterra e Irlanda.

A lo anterior se sumó la 'generosidad' del Congreso que, pese a nuestra penuria fiscal, el 12 de febrero de 1825 acordó donar un millón de pesos a Bolívar y otra suma igual "para que lo distribuya a discreción entre los generales, jefes, oficiales y tropa del Ejército Libertador". 

Mediante una ley de 1848, Castilla ordenó el pago de la deuda a todos los países, menos a España. Hubo, sin embargo, voces peruanas discrepantes que se oponían a realizar tales pagos, ya que la campaña de la independencia había sido una empresa mancomunada, en la que cada nación aportó de su parte en la consecución de un fin común.

En todo caso, con Chile se firmó una convención el 12 de septiembre de 1848, en la que se acordó como toda y única deuda el monto de 4 millones de pesos, que se canceló en 1856.

A Colombia el Perú le reconoció una deuda de 5 millones de pesos, aparte del millón a favor de Bolívar; a Ecuador 2'860.000 pesos, y a Venezuela 855,000 pesos.

Por último, en 1853 se pagó 300,000 pesos a Estados Unidos en cumplimiento del convenio suscrito el 27 de marzo de 1849, por "secuestros y perjuicios" ocasionados durante la guerra por la independencia.

Argentina fue el único país que no pidió reconocer deuda alguna.

De otro lado, existía una deuda interna con particulares que habían aportado, en especie o en dinero, a favor de las campañas independentistas; por falta de pago a los servidores públicos, reconocimiento de premios y pensiones, empréstitos voluntarios o forzosos y deudas contraídas por el gobierno colonial, entre otros, todo acompañado de actos de corrupción y malos manejos.

Se sumó los reconocimientos que debió hacer el Estado por las expropiaciones (bienes muebles, inmuebles, joyas, etc.) dispuestos por San Martín y Monteagudo (1821-1822), en un primer momento; y por Bolívar y Sánchez Carrión (1824-1825), después. El monto total de la deuda interna fue estimado en 7 millones de pesos.

Entre 1825 y abril de 1827, el Perú amortizó más de 1'800,000 pesos y quedó pendiente de abonar 5'200,000, aparte de los créditos por reconocer.

El estado total de esta deuda ascendía a 14'200,000 pesos en establecimientos de Lima, según el informe presentado al Congreso en 1827, de los cuales debía rebajarse dos millones como pertenecientes a emigrados, residentes en país enemigo y desaparecidos.

Al iniciarse la llamada 'consolidación de la deuda interna' se originó un gran escándalo de corrupción, que estallaría en el gobierno de Echenique.

 

Ramón Castilla derrocó a Rufino Echenique por inflar deuda externa.

Al finalizar el primer mandato de Castilla en 1851, la deuda consolidada alcanzaba los 5 millones de pesos, aunque el monto total no podía sobrepasar los 6 o 7 millones de pesos. Sin embargo, Echenique reconoció más de 23 millones de pesos en vales. En 1853 una comisión investigadora señaló que los créditos reconocidos llegaban a más de 19 millones de pesos en bonos, de los cuales 12 millones eran fraudulentos. Eso motivó que en 1854 Castilla derrocara a Echenique.

Existen documentos que revelan la profunda crisis moral de la administración pública y la imaginación de los beneficiados para alterar los montos, falsificando documentos y firmas, incluso de San Martín y Bolívar, para cobrar supuestos préstamos entre 1821 y 1826.

Lo que demuestra que la corrupción en nuestro país es de larga data. Lo comprobamos en estos días.

El gran negocio

Con las ganancias obtenidas de inversionistas y especuladores ingleses, García del Río y Paroissien -amigos de San Martín, establecieron con un capital de un millón de libras esterlinas la empresa Potosí, La Paz, and Peruvian Mining Association, de la que fueron nombrados presidente y vicepresidente, respectivamente; y no tuvieron reparo en anunciarse en el prospecto de esa empresa como ex ministros plenipotenciarios del gobierno del Perú ante las cortes de Europa.

 

Juan García del Río y James Paroissien, amigos de confianza de San Martín, concertaron el primer préstamo plagado de irregularidades. Con sus ganancias fundaron una empresa minera y se dicen ex ministros plenipotenciarios del Perú.

 

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