lunes, 11 de diciembre de 2017

Casonas antiguas de Lima

La arquitectura del centro histórico de Lima reúne una serie de estilos, entre los que destacan especialmente el barroco y el neoclásico, con superposiciones y añadidos, que a lo largo de más de cuatro siglos y medio le han conferido una singular originalidad. Como capital del Virreinato del Perú y una de las ciudades más importantes de América Hispana, la Ciudad de los Reyes se mantenía a la vanguardia en los estilos y modas, lo que hacía que las edificaciones se estuvieran modificando o reparando constantemente para adecuarse a los nuevos requerimientos y necesidades de la sociedad limeña; a ello se añade una evolución debida a la intensa actividad sísmica que en varias oportunidades destruyó o dejó en crítico estado a numerosos inmuebles y monumentos. Hoy muchas de esas casonas han sido revaloradas y nos muestran el esplendor de la Lima de ayer y hoy.

Casa Goyeneche

 

Ubicada en el Jr. Ucayali 358, frente al palacio de Torre Tagle, es también llamada Casa Cavero o Casa Rada, hoy puesta en valor y utilizada por el Banco de Crédito para diversos eventos. Casa de verdadera categoría tradicional limeña, fue inaugurada en 1771, según se deduce por el escudo, por sus propietarios, los señores Cavero y Vásquez de Acuña, emparentados con los Condes de la Vega del Ren.

Se diferencia de las demás casonas coloniales de Lima por ser una de las primeras en recibir influencias francesas durante el siglo XVIII, a pesar de lo cual su expresión es netamente limeña, caracterizada por sus grandes balcones de cajón.

 

En su interior se encuentran diferentes cuadros coloniales que también han pasado por un proceso de restauración. Su primer piso cuenta con mobiliario, lámparas, cofres y baúles donde se guardaban las cosas personales, y las indumentarias de las familias limeñas, que datan del siglo XIX; además de un mueble conocido entonces como bargueño que se usaba como contenedor de objetos pequeños y valiosos, así como las esculturas de los apóstoles san Pedro y san Pablo tallados de madera; más una capilla privada para uso exclusivo de la familia que vivía en la Lima colonial clasista.

Casa de las Trece Monedas

 

Es una casona construida durante la época virreinal. Se encuentra en el Jr. Áncash 536, en el centro histórico de Lima. ​ Su estilo arquitectónico es rococó francés de la segunda mitad del siglo XVIII. Muestra una portada elegante y esbelta, cornisas con motivos de flores, y pequeñas ventanas con paneles curvos.

En ella está instalado el Museo Nacional Afroperuano, después de haber sido sede del Instituto de Matemáticas y Ciencias Afines de la Universidad Nacional de Ingeniería.

   

La edificación perteneció a la familia López-Flores, Condes de Puente Pelayo, y debe su nombre a las trece monedas que se encuentran en el escudo de armas de la familia propietaria. En 1972 fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación, y su interior cuenta con nueve salas de exposición permanente, donde se muestran objetos de la Colonia y obras recientes de artistas afroperuanos. De esta forma, y gracias a un destacado trabajo de paneles, se recrear su historia desde la época de esclavitud hasta la actualidad.

La casa Canevaro

En la quinta cuadra del jirón Camaná, antiguamente conocida como la Calle del General La Fuente, se encuentra una casona en la que sobre su puerta principal existe una curiosa alegoría que, en verdad se trata de una figura parlante, pues indica el nombre de su propietario. En efecto, en ella se observa un perro (Can), una mujer desnuda (Eva) y un pequeño círculo o anillo (aro), es decir, Canevaro.

   

Precisamente a esa familia perteneció esta casona construida a mediados del siglo XIX, y su construcción dataría de 1845, fecha que aparece en la alegoría.

La casona tiene una portada que no perteneció originalmente a ella. En primer lugar, no es típica de una vivienda virreinal; estas se cerraban con vanos adintelados -salvo excepciones- mientras que los vanos arqueados caracterizaban a las iglesias. En segundo lugar, según el estilo, la portada pertenece a la segunda mitad del siglo XVII, mientras que la casa a la que da paso se erigió en el siglo XIX. El padre San Cristóbal en un artículo refirió haber oído que la portada fue trasladada desde la antigua iglesia de Nuestra Señora de Guía, en el Rímac.

 

Hay dos detalles importantes a notar en la portada. El primero: entre ambas pilastras se encuentra una marioleta, motivo ornamental que representa un rostro femenino rodeado de paños y frutas. Este motivo era frecuente encontrarlo en la arquitectura de retablos del siglo XVII, por lo que cabe suponer que el autor de la portada era un maestro ensamblador, por sus diferencias a las portadas diseñadas por alarifes.

Casa de las Trece Puertas

  

Está ubicada en la esquina de los jirones Lampa y Áncash, frente a la iglesia de San Francisco de Asís (Cercado de Lima), y debe su nombre al número de sus puertas, siete de las cuales dan al jirón Lampa y las otras seis al jirón Áncash). Es una joya con más de quinientos años de historia, que fue recuperada por la Municipalidad de Lima y en ella funciona la Caja Metropolitana de Lima.

En los primeros años de la fundación española de la ciudad de los Reyes, las autoridades del cabildo vieron con preocupación la existencia de criaderos y corrales de animales en las casas de los vecinos de Lima. En 1536 se estableció un lugar para las carnicerías en "una cuadra a espaldas de la casa del tesorero Alonso Riquelme hacia el rio… se hizo una casa para pesar carne." (Libro de Cabildos de Lima, 1536). Luego fue propiedad del Tribunal de la Santa Inquisición en el siglo XVI.

La casa quedó en escombros luego del terremoto de 1746. El actual inmueble fue construido entre los años 1864 y 1872 con la fachada de estilo neoclásico. En su inicio constaba con nueve puertas hacia la calle, luego fueron incrementadas a 13 puertas. Este número de entradas tenía relación con la existencia de locales que eran arrendados a los negocios. Allí funcionó una panadería, una bodega de vinos, una pulpería y un depósito de granos, entre otros.

Después de la Guerra del Pacifico la propiedad fue adquirida por la Sociedad Anónima de Crédito Urbano y luego pasó a poder de la Compañía de Seguros Perú. En 1973 fue adquirido por el Concejo Provincial de Lima.

Durante los últimos años la propiedad fue habitada en condiciones precarias por 70 familias de bajos recursos.

Casa Aspíllaga

 

La primera noticia que se tiene de la finca como tal es de 1685, como propiedad de Luis César de Escarzola. Para 1699 inmueble formaba parte de los bienes de Gaspar Fernández de Montejo. En el siglo XVIII están documentadas varias transacciones del inmueble, que debieron significar diversas modificaciones en su aspecto. Hasta que el 15 de enero de 1897 fue adquirido por Melchora Barrera viuda de Aspíllaga, nombre con el que se le conoce desde el siglo XX. En 1954 la sucesión Aspíllaga Anderson la vendió al Ministerio de RREE

Actualmente, la casa, ubicada en el Jr. Ucayali 391, ocupa dos frentes: el principal hacia jirón Ucayali y el secundario hacia Azángaro. Su planta corresponde a la típica casa de patio cuyo origen se remonta a la casa solariega griega y romana y cuyo modelo fue tomado por la arquitectura civil renacentista y conservada en el Perú hasta las primeras décadas del siglo XX.

 

Su fachada sigue un esquema neoclásico con balcones de antepecho abalaustrados y organización axial de vanos en los dos pisos, esquema recogido por las tendencias neorrenacentistas y neoclásicas. La cornisa de borde presenta elementos decorativos de origen griego acercándose al orden dórico, con la representación de triglifo y metopas. Esta cornisa tiene gran altura y poco voladizo.

El ingreso principal por Ucayali lleva a un zaguán de proporción alargada que se cierra en el lado opuesto con una cancela de fierro. Tras este aparece el patio principal, de planta cuadrangular. Este patio está limitado por diez columnas de madera de pino de sección circular, con basas de piedra y capiteles de madera. Las columnas están en madera natural.

 

Gracias al Convenio de Cooperación suscrito el 2003 entre el Ministerio de RREE y la Agencia Española de Cooperación Internacional, la Casa Aspíllaga fue puesta en valor, acondicionada y convertida en el Centro Cultural Inca Garcilaso de la Vega.

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