lunes, 26 de junio de 2017

Un Ángel de 58 años

El 27 de junio se conmemora el 58.º aniversario de la entrada en funcionamiento del cementerio 'El Ángel', considerado uno de los más representativos y tradicionales de nuestro país.

El camposanto, ubicado en la cuadra 16 del jirón Áncash, en los Barrios Altos de Lima Cercado, fue inaugurado un día como hoy de 1959, durante el gobierno de Manuel Prado, aunque su construcción se inició en 1956 por iniciativa del presidente Manuel Odría ante la necesidad de contar con un nuevo cementerio pues la capacidad del 'Presbítero Maestro' había llegado a su tope.

Fue levantado en un terreno del fundo Anchieta Alta, frente a la plazoleta del 'Ángel de la Resurrección' o 'Ángel del Juicio' (escultura anónima fundida en Francia en 1868 y que estuvo en el lugar desde 1877).

La portada de ingreso del cementerio 'El Ángel' tiene un gran mural pintado por el peruano Fernando de Szyszlo y una escultura de Joaquín Roca Rey.

 

Escultura que dio nombre al cementerio El Ángel.

El primer ataúd depositado en el lugar fue el que contenía los restos del exalcalde de La Victoria, Juan Luis Uccelli, quien falleció el 3 de julio de 1959.

Tiene una extensión de 29 hectáreas, con pabellones, tumbas y mausoleos, además de un crematorio (de 400 m2, aproximadamente) y una zona para ceremonias religiosas.

Si bien el Presbítero Maestro, el cementerio más antiguo de América, es más amplio en metros cuadrados, El Ángel cuenta con más pabellones o cuarteles que el fundado en la Colonia -616 frente a 400-, cada uno de los cuales tiene entre 100 y 200 nichos de mármol, cuarzo y otros materiales.

En sus avenidas y jirones, cual ciudad, yacen en paz eterna los restos de personalidades como el expresidente Juan Velasco Alvarado y el arquitecto polaco Ricardo de Jaxa Malachowsky, quien diseñó y construyó muchas obras hoy declaradas patrimonios históricos como Palacio de Gobierno, Palacio Legislativo; fachadas del Palacio Arzobispal y del Teatro Municipal; Banco Italiano (hoy Banco de Crédito) y la embajada de Colombia, entre otros.

En el lugar descansan también los restos del filósofo, educador, lingüista, biólogo y psiquiatra Honorio Delgado; del médico Hermilio Valdizán; de los escritores y poetas Manuel Scorza y Martín Adán (seudónimo de Ramón Rafael de la Fuente Benavides); de Lorenzo Palacios 'Chacalón', músico y símbolo de la cultura migrante; de María Isabel Granda y Larco, conocida mundialmente como Chabuca Granda, cuya obra musical ('La Flor de la Canela', 'José Antonio', 'Cardo y Ceniza', 'Déjame que te cuente Limeño' y más de un centenar de canciones) ha sido declarada Patrimonio Cultural de la Nación; y de Lucila Justina Sarcines Reyes de Henry, más conocida como Lucha Reyes, 'La Morena de Oro del Perú'.

  

Tumbas del general Velasco Alvarado, del arquitecto Jaxa Malachowsky y de Lorenzo Palacios 'Chacalón'.

Otras personalidades que reposan en 'El Ángel' son el empresario pesquero Luis Banchero Rossi; el popular animador de televisión Augusto Ferrando; el dramaturgo Sebastián Salazar Bondy; Akira Kato, considerado el padre del vóleibol peruano; la cantante 'Flor Pucarina' (Leonor Efigenia Chávez Rojas), uno de los baluartes de la música andina peruana; y el músico Julio Mau Orlandini.

Igualmente, se encuentra el cenotafio del escritor José María Arguedas, cuyo ataúd estuvo por muchos años en este cementerio, pero fue sustraído clandestinamente y llevado a su natal Andahuaylas; y las tumbas de Zenón Noriega, exministro de Guerra de Odría; del historiador y antropólogo Luis Eduardo Valcárcel Vizcarra; de líderes políticos como Armando Villanueva del Campo, Ramiro Prialé y Henry Pease, y de Consuelo Gonzales Posada, esposa del general Velasco; el entrenador del seleccionado de fútbol peruano Marcos Calderón; del músico argentino Freddy  Roland y del escritor, periodista, político y compositor Abelardo Gamarra Rondó, apodado 'El Tunante', y de otros más.

Muchos de ellos yacen en interesantes y refinados mausoleos, tumbas de 1959, promociones enteras de alguna institución (policial, educativa, etc.), pabellones amplios como el Santo Cristo y avenidas enteras de nichos, algunos muy visitados y colmados de flores, otros sumidos en el olvido.

  

Contrastes: mausoleos sumidos en el olvido; tumba vacía de José María Arguedas, y visitas diarias al camposanto.

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