sábado, 17 de junio de 2017

El voto femenino en el Perú

 

Un 17 de junio de 1956 se rubricó una larga lucha de reivindicación femenina en nuestra sociedad. Ese día la mujer peruana participó por primera vez en elecciones generales, como epílogo de una larga lucha emprendida varios años antes.

La población femenina votante se convirtió, a partir de entonces, en un mercado electoral activo capaz de decidir actualmente el resultado de una elección, dado su peso político, pues hoy constituyen un 50.38 % de la población electoral en tanto que los hombres llegan a un 46.62 %, según el padrón electoral de las Elecciones Generales de 2016.

 

Las mujeres votan por primera vez el 17 de junio de 1956.

El derecho a voto de las mujeres y por ende la categoría de ciudadanas fue otorgado mediante la ley 12391, promulgada el 7 de septiembre 1955, en el gobierno de Manuel A. Odría, pero solo a las mayores de 21 años y a las casadas mayores de 18, que supieran leer y escribir. 

Quedaban marginadas las iletradas, por lo que la participación femenina fue parcial, dado el alto porcentaje de analfabetismo por lo relegadas que estuvieron las mujeres de la educación en el país.

En esa primera oportunidad fueron registrados un millón 575,741 electores, de los cuales un 66 % eran hombres y un 34 % mujeres. Participaron 30 candidatas, representando a sus distintos departamentos.

Nueva de ellas fueron elegidas: como senadora la cajamarquina Irene Silva de Santolalla, y como diputadas: Lola Blanco Montesinos de la Rosa, por Áncash; Alicia Blanco Montesinos y María Eleonora Silva Silva, ambas por Junín; María Colina Lozano de Gotuzzo (La Libertad); Manuela C. Billlinghurst y Matilde Pérez Palacio, por Lima; Juana Ubilluz de Palacios (Loreto) y Carlota Ramos de Santolalla, por Piura.

   

Irene Silva de Santolalla, Lola Blanco Montesinos y Alicia Blanco Montesinos.

  

María E. Silva Silva, María Colina de Gotuzzo y Manuela C. Billlinghurst.

  

Matilde Pérez Palacio, Juana Ubillúz y Carlota Ramos de Santolalla.

En 1979, una nueva ley incorporó a los iletrados a la población electoral y con ello se elevó la participación femenina en los sufragios.

Antes de ello, la mujer peruana estuvo marginada de las elecciones por el peso de una sociedad aristocrática y oligárquica. Hubo intentos de pequeños núcleos aislados de mujeres que pedían el voto femenino, encabezadas por María Jesús Alvarado, Adela Montesinos, Zoila Aurora Cáceres, Elvira García y García y la poeta Magda Portal, entre otras, quienes planteaban el voto universal para todos, sin restricción.

El tema se tocó en la Asamblea Constituyente de 1931 a 1933, donde los oligárquicos se oponían a conceder un derecho a la mujer más allá de sus tareas de casa u oficios menores, mientras que un enérgico Víctor Andrés Belaunde proponía el voto irrestricto de la mujer.

Finalmente se impuso el 'voto progresivo', que permitía que votaran en elecciones municipales, "hasta que se educaran electoralmente" para participar en las presidenciales. 

(Sin embargo, las mujeres no participaron en ninguna elección municipal, derecho que había sido anulado por el gobierno de Leguía en 1922. Las elecciones ediles fueron restablecidas en 1963 durante el primer gobierno de Belaunde Terry.)

  Perú fue el penúltimo país de América Latina (antes de Paraguay) en insertarse en una democracia que aceptaba a la mujer como seres con capacidad de sufragar. Ecuador fue el primer país de Latinoamérica en aprobar el voto femenino en el año 1929, seguido de Brasil y Uruguay en 1932.

El primer país que le otorgó el voto a la mujer fue Nueva Zelanda (1893), y Canadá fue el primero en aplicarlo en América (1919). 

La mayoría de movimientos de mujeres en el siglo XIX se estructuraron como movimientos 'sufragistas'. En 1869 las mujeres norteamericanas, luego de confrontaciones, muchas de ellas violentas, obtuvieron por primera vez en el estado de Wyoming su derecho al voto restringido, es decir, solo para las mujeres de las capas medias y capacitadas económicamente.

Recién a inicios del s. XX las reivindicaciones feministas hallaron el apoyo de los partidos socialistas, quienes en el Congreso Internacional de Stuttgart (1907) asumieron la lucha por el voto para las mujeres, sin restricciones.

Los resultados ya los conocemos.

 Publicado en el diario oficial El Peruano el sábado 17.06.17

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