Abuso de autoridad
Y se cumplió la amenaza: tal como lo había adelantado, la bancada fujimorista presentó su pedido de interpelación al ministro del Interior, Carlos Basombrío. El jueves pasado se dio cuenta del documento y con toda seguridad será admitido en la sesión de este jueves, gracias a su aplastante mayoría. Uno de los temas por los que se le cuestiona es "su incapacidad" para el cargo al "no haber podido reducir la criminalidad" en nuestro país. Los cuestionamientos, sin embargo, son solo eso: cuestionamientos y críticas, pues hasta ahora no hemos escuchado a ningún miembro de la oposición propuestas alternativas para reducir la inseguridad reinante. Fácil es criticar desde las tribunas.
Censura cantada
Por supuesto que a Basombrío no le van a reconocer sus logros, como haber desbaratado bandas organizadas que actuaban en Chilca, y hace dos días en Cañete, por citar dos casos; la captura de peligrosos delincuentes gracias a la campaña de recompensas, entre otros. De ser censurado Basombrío, su sucesor tendrá que ser un émulo de José Olaya, es decir, con espíritu de mártir, porque tampoco podrá solucionar el problema. No se quiere reconocer lo complejo que resulta combatir el crimen organizado en una sociedad como la nuestra. Para reducir la delincuencia no basta con exterminar a los que violentan las leyes o las normas sociales. El tema es más complejo de lo que parece y merece un análisis más profundo.
Problema complejo
Debemos tener en cuenta lo que opinan especialistas en el tema: la corrupción y el desfalco del erario público trae como consecuencia la falta de oportunidades, que radica esencialmente en la educación. Si visitamos un barrio pobre de cualquier ciudad del país vamos a encontrar un denominador común: la carencia de oportunidades en la juventud; falta de empleo, actividades deportivas y artísticas; e inexistencia de escuelas de música o centros educativos equipados con profesores capacitados, situación que lleva a los jóvenes a pensar que solo existen -esencialmente- dos opciones: delinquir o irse fuera del país
Tarea de todos
Muchos de esos jóvenes que en alguna ocasión quisieron estudiar, prepararse y ser profesionales y ganarse dignamente la vida, no han logrado encontrar el túnel que les arrojara luz a su triste camino. Y no tienen otra opción que delinquir. Si nos ponemos a pensar podríamos preguntarnos: ¿cuántas necesidades se resolverían si a todos los políticos corruptos se les embargara sus bienes y fueran puesto a la disposición del pueblo a través de sus instituciones? Lo dicho nos lleva a concluir que en la tarea de reducir la delincuencia tienen que participar diversos sectores del Estado y no dejarle la tarea solo al MININTER. Sin descontar la participación del sector privado, instituciones sociales, organizaciones comunales y dirigentes sociales, empezando por consolidar la institución familiar. La tarea es, pues, de todos, no de un solo sector. De nada servirá limitarnos a aumentar las penas y repoblar las cárceles. El problema hay que analizarlo con más detalles y desde diferentes aristas
Opinión rescatable
Para cambiar de tema recordemos lo que dijo alguna vez un exjefe de los carabineros (policía chilena: "El gobierno que diga que va a terminar con la delincuencia está mintiendo. La delincuencia podemos controlarla o disminuirla y focalizar los distintos tipos de delitos, pero eliminar la delincuencia como fenómeno es una utopía, sobre todo en un país donde hay grandes aglomeraciones urbanas, segregación urbana histórica y confluyen algunos elementos de riesgo social como la pobreza, el desempleo, falta de oportunidades, hacinamiento, carencia de espacios públicos, etcétera."
Usurpadores
Los fujimoristas insisten en desconocer que ellos no fueron elegidos para gobernar sino solo para dictar leyes, representar a sus electores y ejercer control político sobre el Poder Ejecutivo. No solo se dan el lujo de cuestionar y considerar como "una falta de respeto a todos los peruanos" la designación de funcionarios de alto nivel, sino que además los consideran culpables de delitos inexistentes, como si ellos fueran jueces. Ante cualquier cuestionamiento califican al denunciado como 'delincuente' aunque el Poder Judicial –el encargado de hacerlo- no se haya pronunciado. Lo que ellos dicen es suficiente para marginar a cualquier opositor, y nadie los debe cuestionar.
Condena a priori
Decimos lo anterior a propósito de la designación de la economista Fiorella Molinelli como viceministra de Construcción), luego de que renunciara como viceministra de Transportes tras la renuncia del extitular del MTC Martín Vizcarra. El congresista Carlos Bruce se encargó de recordarles que ella no tiene ninguna sentencia y que la Constitución establece la presunción de inocencia, mientras la justicia no diga lo contrario. Algo que debe haber dolido a muchos es recordarles que en el Congreso hay funcionarios investigados por la frustrada compra de computadoras y siguen en sus puestos como si nada. Ahí si funciona la presunción de inocencia.
Fiorella Molinelli
Lista de espera
A la interpelación, y casi censura, del titular del Interior, se sumarán los ministros de Economía y Finanzas, Alfredo Thorne, por presuntamente haber 'chantajeado' al contralor; de Salud, Patricia García, por "haber abandonado la salud"; de Educación, Marilú Martens por lo de la 'ideología de género'; y de Defensa, Jorge Nieto, por la muerte de cuatro soldados en la playa Marbella. ¿Quién o quiénes le seguirán los pasos? Pronto lo sabremos.
En la mira: ministros Patricia García, Marilú Martens y Jorge Nieto.
¿Olvidadizos?
Francamente nos resulta incomprensible que antes de ser interpelados, los ministros no sean llamados a explicar las situaciones coyunturales que se presentan en cualquiera de las 24 comisiones ordinarias con que cuenta el Congreso. Tampoco entendemos por qué razones se ha abandonado la llamada estación de preguntas, que debiera desarrollarse una vez al mes, como lo establece el Art. 85.º del Reglamento del Congreso, que permite a los parlamentarios formular sus preguntas al Gobierno, las que deben ser respondidas en el Pleno por el premier o el ministro del sector. ¿Será porque esa 'estación' no acapara primeras planas como una interpelación?
Bendita inmunidad
Que los cuestionamientos a los adversarios se hacen sin sustento lo demostró una vez más el presidente de la Comisión de Fiscalización, Héctor Becerril. En su informe sobre la presunta usurpación de funciones de Nadine Heredia, pretendió -sin éxito- denunciar a dos exministros, sin haber escuchado sus descargos previamente. Lo desconcertante es que durante el debate se dijo que la ex primera dama "ejerció un gobierno de facto", y al expresidente Ollanta Humala se le llegó a calificar de "asesino en serie". Lo que permite la inmunidad de nuestros legisladores. En fin, ahí lo dejamos.
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