viernes, 9 de junio de 2017

La imparcialidad en las entrevistas


Recomendaciones dirigidas a nuestros colegas de los medios, hechas por el periodista y consultor mexicano David Brewer. Son consejos que siempre demos tener en cuenta.

 

Los periodistas nunca debemos manipular la información. Nuestro papel es descubrir la información, prepararla y mostrarla para el beneficio de la audiencia. No estamos para fabricar, manipular o forzar una noticia. Estamos en esta profesión para descubrir hechos, no para crearlos. Dicho esto, preguntémonos cuáles son las actitudes necesarias a la hora de salir a cubrir una noticia.

Tampoco deberíamos tener agenda. En una oportunidad, en el Cáucaso, una joven periodista me entrevistó. Tenía entendido que la entrevista iba a ser acerca de un curso que yo estaba impartiendo. Estaba claro que la periodista tenía solo una pregunta en mente: quería saber qué era lo que yo pensaba de la situación política en su país y todo el tiempo repetía la misma pregunta, ansiosa de escuchar la respuesta que quería oír.

Eso me hizo acordar a las muchas veces en las que salí a cubrir una noticia con un resultado final en mi mente.

Como todos los periodistas, siempre quise que mi historia se publicara, tanto en diarios impresos cuando trabajaba para periódicos como en los boletines y programas de actualidad cuando me desempeñaba como reportero de radio y televisión.

También quería poder conseguir un reportaje impactante, memorable y –hay que ser honestos– que me permitiera ganar algún premio. Mirando hacia atrás, y con aquella entrevista en el Cáucaso en mente, les presento algunos pensamientos sobre cómo hacer un periodismo sincero relacionado con la realidad y no con una idea propia de cómo debería ser una situación.

1: Mantén una mente abierta

Está bien llegar a una entrevista preparado, habiendo realizado una investigación y teniendo una pregunta ardiente en mente. De hecho, no hacer eso podría ser considerado un descuido e incluso podría dejarte vulnerable a una manipulación del entrevistado.

Sin embargo, necesitas mantener una mente abierta y aceptar que las cosas inesperadas pueden suceder. Puede ocurrir que exista una línea de preguntas aún más fuerte que aquella que habías pensado llevar adelante en tu entrevista. Probablemente no puedas aprovechar esa oportunidad si trabajas en un cuestionario fijo y con un resultado final en mente.

Así que lo mejor será que también estés preparado para dejar de lado tu cuestionario y mantener siempre una mente abierta.

2: No fuerces un tema

Algunos periodistas malinterpretan que la resistencia a una pregunta es una admisión de culpabilidad y entienden que si el entrevistado se niega a contestar o evita la pregunta es porque tiene algo para esconder. No necesariamente es así.

Podría estar dando a entender en cambio que se formuló una mala pregunta o que esta no es relevante para el tema. También podría significar que tu entrevistado no tiene una respuesta o una opinión. Incluso podría querer decir que tú no entendiste la complejidad de los temas que están siendo discutidos.

Presionar muy duramente de esa manera podría terminar dejándote como un tonto y dañar la imagen del medio de comunicación al que estás representando.

La confrontación no necesariamente es un signo de buen periodismo. El hecho de que consigas una reacción no quiere decir que hayas obtenido algo positivo.

3: Sé firme pero también sereno

Puedes ser riguroso y fuerte a la hora de realizar una entrevista, y también ser pacífico. Probablemente no llegarás a nada compitiendo en gritos y enfrentándote con tu entrevistado.

Se necesitarán preguntas claras e interpretaciones sensatas de sus respuestas.

Tu papel no es aparecer como una persona inteligente que gana puntos frente a tu entrevistado. Tu trabajo es contribuir al debate público para que la audiencia pueda tomar decisiones de manera informada.

Prepárate para pedir disculpas si realizas una pregunta que es claramente irrelevante o fuera de tema. Muéstrate dispuesto a admitir cuando te equivocas o cuando aún sigues aprendiendo. Sé capaz de reconocer un buen argumento del entrevistado si es que ofrece una explicación plausible de algún tema.

Tu tarea no es ganar puntos frente a tu entrevistado.

Siempre exígete a ti mismo más de lo que le exiges al entrevistado. Si no lo haces, parecerás una persona arrogante y carente objetividad e imparcialidad. Las entrevistas deben ser conversaciones y no monólogos.

Las entrevistas conducidas con un resultado final deseado pocas veces exhiben más que un discurso retórico y se ajustan únicamente a aquellos medios con intereses creados en controlar su agenda editorial.

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