domingo, 23 de julio de 2017

Poema-oración a la Bandera


¡Bandera, ala de la victoria! Puro símbolo de la libertad, nido caliente de leyendas, yema fecunda de viriles frutos, meta ideal de las claras conciencias.

¡Bandera, ala de la victoria! Cerebro, corazón y músculo de la patria, razón de vida de generaciones, anhelo imbíbito y latente de los pueblos, orgullo de las sociedades, palanca y volante, timón y hélice de las razas!

Bandera, ala de la Victoria! Sueño casto y dorado en el cerebro infantil, estímulo fuerte, impulso viril, radiante anhelo en la vigilia del hombre, dulce y amada forma eucarística en el corazón de la madre, ¡único sueño de la juventud!

!Bandera, ala de la victoria! Síntesis de la patria, suma concreción y extracto de los ideales más puros.

!Bandera ala de la victoria! Cielo de los vivos, alma de los muertos, patria de los héroes; bendita y adorada seas por los hombres de sano corazón y fuerte músculo; bendita y alabada seas por los niños de casto corazón y ágil impulso; bendita y alabada seas por los nobles de corazón y duro puño; bendita y adorada en el hogar y en el templo, en la plaza pública y en el taller, sobre los campos fértiles, sobre la urbes populosas, guiando a los ejércitos y a las seguras naves en combate; bendita y alabada seas en medio del fragor de los combates, sobre los rostros de angustiados por la muerte, sobre los brazos extendidos al cielo por la victoria, sobre la tumba de los caídos, sobre los capiteles de los monumentos.

Bendita y adorada, allí donde hay una conciencia limpia y un cerebro claro y un corazón viril; benditas seas cuando te haces cuerpo en la plegada tela de un pabellón, cuando te haces alma
desplegando tus alas al viento sobre una torre de combate, cuando te haces idea en lo más íntimo del espíritu del hombre.

Bendita seas porque en tus rojos pliegues está la sangre de mi sangre, la sangre de mi padre y de mi madre, la sangre de mis abuelos, la sangre que por ti derramaron todas la generaciones, bendita seas porque pensando en ti los jóvenes nos haremos más fuertes.

Porque viendo en extraña tierra tu imagen sentiremos el beso de la madre, el beso de la hermana, el afecto lejano y el bienestar distante; bendita seas porque tú encarnas el ideal sobre la tierra; porque tú eres el ideal mismo hecho ala en el viento y pliegue bajo la luz del cielo; porque fuiste ala con Chávez, pujanza con Elías Aguirre, ala con Ugarte, sudario y nervios con Zela, gracia con Palma, misiva alada con Chocano; porque tú eres la máquina y el órgano, la acción y el impulso , la carne y el símbolo, la conciencia y la voluntad, porque tú abriste nuevos horizontes al Perú en manos de los incas; porque abriste nuevos caminos en las alas inestables; porque llenaste de hombres gloriosos la páginas de la historia, ¡bendita seas!, ¡oh bandera, ala de la victoria! allí donde haya luz y alma, y amor y heroísmo, juventud y anhelo e ideal.

¡Malditos sean los que no sigan tus colores; malditos sean los que no te adoren de rodillas;
malditos sean los que no sueñan con tu grandeza! En nombre del cielo hondo y de la tierra óptima,
en nombre de los héroes y ciudadanos, en nombre de la vida y de la muerte, de los elementos y de los principios, en nombre del alma íntima de la naturaleza, malditos sean los que no te amen sobre todas la cosas, los que no sacrifiquen por ti a sus padres y a sus madres, a sus hijos y a sus hijas, a sus esposos y esposas, malditos sean los que no te entreguen cuando les pides su caudal, su oro y su trabajo, su vida y heredad.

Hija de San Martín, nieta de Manco Cápac, madre de Grau y Bolognesi, en la hora magna de la libertad, aquí bajo la paz del cielo claro y convexo, ante la espada del heroísmo,
ante la legión infantil que te venera y canta, yo joven, aunque ciudadano fuerte seré mañana, ante las generaciones en primavera, te hago el voto de mi vida en flor y te saludo: ¡Oh bandera, ala de la victoria!, alma y sustancia de la libertad, símbolo augusto de la patria libre.

Abraham Valdelomar 

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