En la última sesión del Congreso del miércoles 28, cuando se debatía el proyecto de ley de expropiación de un área para el hospital Arzobispo Loayza, la congresista Marisa Glave se refirió a 'los peruanos y las peruanas' que se beneficiarían con esa propuesta.
Es decir, seguía la línea de quienes insisten en el uso del masculino y femenino en plural, como cuando se escribe o habla, incorrectamente, 'Los ciudadanos y las ciudadanas', 'los niños y las niñas', contraviniendo las normas gramaticales dictadas por la Real Academia Española (RAE) en diciembre de 2010.
En esa oportunidad, la RAE explicó que ese tipo de desdoblamientos son artificiosos e innecesarios desde el punto de vista lingüístico. En los sustantivos que designan seres animados existe la posibilidad del uso genérico del masculino para designar la clase, es decir, a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos, como en la frase "todos los ciudadanos mayores de edad tienen derecho a voto".
La mención explícita del femenino se justifica solo cuando la oposición de sexos es relevante en el contexto. Por ejemplo: "El desarrollo evolutivo es similar en los niños y las niñas de esa edad."
Para la academia española, la actual tendencia al desdoblamiento indiscriminado del sustantivo en su forma masculina y femenina va contra el principio de economía del lenguaje y se funda en razones extralingüísticas (y feministas, añadiríamos). Por tanto, debe evitarse estas repeticiones, que generan dificultades sintácticas y de concordancia, y complican innecesariamente la redacción y lectura de los textos.
El uso genérico del masculino se basa en su condición de término no marcado en la oposición masculino/femenino. Por ello, es incorrecto emplear el femenino para aludir conjuntamente a ambos sexos, con independencia del número de individuos de cada sexo que formen parte del conjunto. Así, 'los alumnos' es la única forma correcta de referirse a un grupo mixto, aunque el número de alumnas sea superior al de alumnos varones.
Para mayor abundamiento, traemos colación un comentario de Leonor Zozaya, Doctora Europeus en Historia por la Universidad Complutense de Madrid, quien recuerda las normas gramaticales de género básicas relativas a la función del nombre epiceno, siguiendo ejemplos ofrecidos por Lázaro Carreter.
Dice la lingüista: Son epicenos los nombres de personas y animales que, siendo gramaticalmente masculinos o femeninos, se refieren de modo indistinto a ambos sexos (por ejemplo: criatura, persona, cachorro, víctima). También son epicenos los que en plural masculino incluyen a machos y hembras (padres, novios, reyes).
Se usan como epicenos los nombres que en singular designan a todas las personas o animales de una clase ("el hombre es mortal", "la merluza está cara"). Por tanto, cabe recordar que 'los profesores' incluyen a profesores y profesoras, 'los alumnos' engloban a alumnos y alumnas. En narraciones históricas es menos común caer en el error, que acaso sería garrafal.
Al hablar de 'los reyes', se sabe que engloba al rey y a la reina de un país. Así, es correcto decir "Los Reyes Católicos", y no hace falta mencionar a "el rey católico y la reina católica".
La invención de palabras para que un nombre parezca femenino supone una patada al diccionario, como por ejemplo, junto con 'miembros', decir 'miembras'; eso es tan incorrecto como decir 'las personas y los personos' (para añadir la gota que colma el vaso, solo cabe añadir 'humanas y humanos').
En todo caso, para más información sobre esta cuestión y otras relacionadas con el género gramatical, recomendados revisar el Diccionario panhispánico de dudas, s/v GÉNERO2.
Eso nos permitiría no seguir metiendo la pata a cada momento.
Excelente artículo, para compartirlo en facebook.
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