sábado, 15 de julio de 2017

Curiosidades de Lima

Títulos a granel

Lima tiene varios apelativos adquiridos en su larga existencia: 'Ciudad de los Reyes', 'Villa (o Ciudad) Jardín', 'Reina' y 'Perla del Pacífico', 'La tres veces coronada villa'; 'La muy noble, muy insigne y muy leal ciudad de los Reyes del Perú', 'Sucursal de la gloria', 'Heroica y Esforzada Ciudad de los Libres' (título conferido por José de San Martín en septiembre de 1821); "ciudad de campanas y de campanillas' a decir de José Gálvez; 'ciudad de apodo, remoquete y chunga', y otros títulos nobiliarios que se ganó por su belleza, poesía y cultura. Pero, por contraste, también la llaman 'La ciudad de los gallinazos' y 'Lima, la horrible'.

 

Lima de ayer…y Lima hoy.

De inga y mandinga

A inicios del siglo XVII, la ciudad de Lima tenía 25 mil habitantes. Diecisiete años después, su población fue más del doble ya que, según el Padre Cobo, en 1630 Lima tenía 60,000 habitantes de los cuales 5,000 eran indios y 30,000 negros; el resto era español. Lo que significa que, por ese tiempo, la población de raza negra era mayoría en Lima. De ahí que 'quien no tiene de inga tiene de mandinga'.

Lima en 1600.

'La Pochola'

Actualmente, las mascotas de la casa son perros o gatos. Sin embargo, a inicios de los cuarenta, los habitantes de la Quinta Heeren de los Barrios Altos tenían como mascota a un cóndor hembra, conocida como 'La Pochola', que llegó a ser muy popular en ese tradicional lugar que forma parte del Patrimonio Cultural de la Humanidad. 'La Pochola' solía jugar con los vecinos de la quinta y hasta con los perros que allí habitaban, pero le gustaba salirse de la quinta, de vez en cuando. En esos casos, la gente que circulaba por el jirón Junín se quedaba aterrorizada y hasta el tráfico se detenía, sobre todo decidía abrir sus grandes alas. En una de esas escapadas, un tranvía la atropelló y mató, dejando muy sentidos a los vecinos. Gracias a su popularidad, sus dueños decidieron disecarla y exhibirla en el lugar. Y se la puede visitar.

 

Quinta Heeren y 'La Pochola' disecada.

Pampa y flor de amancay

El amancay, una flor atractiva y emblemática de Lima, puede ser admirada solo tres semanas al año: brota alrededor del 24 de junio y desfallece a mediados de julio. La Pampa de Amancaes, en el Rímac, debe su nombre a la flor y fue escenario de una de las fiestas costumbristas que formaba parte de las tradiciones de la ciudad: 'La fiesta de amancaes'. Hoy ha desaparecido por completo del Rímac y la Pampa de Amancaes queda solo en el recuerdo y en la letra de algunas canciones criollas que la mencionan. La flor se puede encontrar en las lomas de Pachacamac, en un área protegida que ha tomado el nombre de 'Santuario del amancay'.

 

La flor y la Fiesta de Amancaes, en 1928.

La Huerta Perdida

Uno de los lugares más tugurizados de Lima y que, lamentablemente, fue convertido en cuna y refugio de delincuentes, no debe su nombre al hecho de que la gente se pierda allí sino que durante la colonia el virrey La Serna y su esposa mandaron preparar una huerta hermosa en esa zona para lo cual hasta ordenaron que les trajeran de España cinco mil plantas. La huerta era tan bella que no sólo causaba admiración sino también la envidia de algunos que decidieron robar las plantas, de a poco, por las noches. Llegó un día en que ya no quedaban plantas en dicha huerta así que el virrey y su esposa, tristes por el hecho aquel, decidieron llamarla 'La huerta perdida'.

La Calle Capón

La puerta de entrada al Barrio Chino, no debe su nombre a algún chino o palabra china. Los primeros chinos que llegaron al Perú en 1849, se empezaron a ubicar en Lima recién en 1855 en el 'Callejón Otayza', ubicado en la esquina los jirones Ayacucho y Ucayali. El nombre Capón se remonta al siglo XVII, doscientos años antes de la llaga de los primeros inmigrantes chinos, cuando en esa calle vivía el sacerdote Manuel Loayza quien tenía como apodo 'Capón', que desde el siglo XVII dio nombre a esa calle que abarcaba desde el actual jirón Ayacucho hasta el jirón Paruro, es decir las actuales sexta y séptima cuadras de Ucayali, como figura en el plano de Lima de 1858. Sin embargo, hoy se llama Calle Capón solo a la comprendida entre los jirones Andahuaylas y Paruro, o sea, la séptima cuadra de Ucayali.

 

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