En los primeros días de julio de 1821 la Lima virreinal vivía un clima de inseguridad y temor colectivo debido a la presencia de las fuerzas patriotas acantonadas al norte de Lima, comandadas por José de San Martín; por las constantes incursiones y acciones de hostigamiento de las guerrillas o montoneras que la tenían cercada; por las noticias de las victorias patriotas del general Álvarez en la Sierra Central; la escasez de alimentos y la presencia de enfermedades contagiosas como la peste.
Esos acontecimientos hicieron que el general español José de Canterac saliera de la ciudad con una parte de las tropas. Lo propio hizo el virrey La Serna el 6 de julio en horas de la mañana con otra parte del ejército realista, dejando la ciudad al mando del criollo Marqués de Montemira (Pedro José de Zárate y Navia Bolaños), y en la fortaleza del Real Felipe del Callao un grueso del ejército al mando del mariscal de campo español José de La Mar.
General San Martín. José de Canterac. Marqués de Montemira
Las tropas realistas se retiraron con dirección a la sierra, lo que no fue aprovechado por el Libertador para asestar el último golpe a las fuerzas españolas, pues San Martín buscaba soluciones políticas a su lucha. Esta falta de decisión hizo que las tropas españolas se reorganizaran en el valle del Mantaro y conformaran un ejército de 3,500 hombres.
Durante el tiempo que duró la retirada de los realistas y la posterior ocupación de las fuerzas patriotas, Lima sufría temor generalizado, principalmente por los criollos ricos que temían el levantamiento y ataques de los esclavos y montoneros (indios y mestizos) y saquearan sus propiedades. Ante el abandono del ejército español, que protegían sus vidas y bienes, no dudaron en aceptar a las fuerzas patriotas y firmar la Independencia del Perú, prevaleciendo sus intereses a pesar de que muchos simpatizaban con los españoles.
El lunes 9 un escuadrón de Granaderos a caballo ingresó a Lima para hacer un reconocimiento del terreno y la situación en que se encontraba la ciudad. El 10 ingresó San Martín tratando de pasar de incógnito, pero su presencia fue descubierta por la población, que salió a las calles aclamándolo incesantemente.
El domingo 15, en el local del Cabildo, se reunieron los vecinos notables, presididos por el ilustre alcalde Conde de San Isidro, precedido por el arzobispo José María de las Heras. Allí se firmó el Acta de Declaración, redactada por el ariqueño Manuel Pérez de Tudela y firmada por todos los presentes, en la que se mencionaba la voluntad general del pueblo por su independencia "de España y de cualquier otra nación extranjera".
El sábado 21 se publicó un bando anunciando al pueblo que el sábado 28 se proclamaría la independencia del Perú.
La declaración y proclamación de la Independencia del Perú constituyó uno de los hechos más trascendentales de la historia de América, ya que la liberación del Perú era importante para la seguridad de las naciones circundantes, pues en nuestro país se hallaba el núcleo del poderío español en Sudamérica.
Firma del Acta de la Independencia del Perú (a la derecha). En esta recreación están representados Hipólito Unanue, José de la Riva Agüero y Toribio Rodríguez de Mendoza.
Der: Manuel Pérez de Tudela.
El sábado 28, en solemne ceremonia llena de júbilo y efervescencia patriótica, desde un tabladillo acondicionado en medio de la Plaza de Armas, San Martín, enarbolando el nuevo estandarte patrio blanco y rojo, proclamó la Independencia del Perú.
Y la mantenemos hasta hoy y para siempre.
Que opinas de la batalla de Ayacucho? no fue allí donde fuimos realmente independientes? que opinas de Sucre?
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