El Niño costero
Las lluvias torrenciales que afectan a las ciudades del norte del Perú, con su secuela de desborde de ríos e inundaciones; la reactivación de algunas quebradas y la caída de huaicos en otras partes del país, han causado más de una preocupación por la magnitud de los desastres. Esas son las consecuencias del 'Niño costero' que por segunda vez se presenta en nuestro país, y no tiene que ver con el llamado Fenómeno de 'El Niño' (FEN). ¿Qué significan ambos fenómenos climatológicos y en qué se diferencian uno del otro?
Aunque los dos eventos tienen algunas similitudes, como el calentamiento anómalo del mar, el 'Niño Costero' se circunscribe a la costa septentrional del Perú y la costa de Ecuador. Ese es su 'foco de acción', por así decirlo. En cambio, el FEN abarca un mayor radio y alcanza incluso a otros continentes.
El 'Niño costero' se caracteriza por el calentamiento anómalo del mar, que en esta oportunidad llegó casi a los 30 ºC (en condiciones normales, suele ser frío, con 21 ºC, aproximadamente).
Ese calentamiento propicia la formación de nubes que, a su vez, desencadenan fuertes lluvias que sobrecargan los ríos y origina que estos se desborden e inunden las poblaciones aledañas, que carecen de defensas para enfrentar estas eventualidades.
Este fenómenos está focalizado en Perú y Ecuador y resulta más dañino que los fenómenos de 'El Niño', como los que se registraron en los bienios 1982-1983 y de 1997-1998, que dejaron en estado crítico a nuestro país.
Hasta donde se conoce, el 'Niño costero' se presenta por segunda vez en nuestro país, con 92 años de diferencia entre uno y otro, y con características similares. La primera vez fue en el bienio 1924-1925, y la segunda en el actual 2016-2017.
En ambos casos, las fuertes precipitaciones pluviales estuvieron precedidas de sendas sequías en los mismos lugares, sin que los científicos pudieran predecir lo que vendría después.
En el primer caso, la sequía se presentó en el segundo semestre 1924 en toda la zona norte, principalmente en el departamento de La Libertad, aunque las alteraciones climatológicas posteriores afectaron también a Lima, Ica y Arequipa.
En la actual oportunidad, el calentamiento de la franja costera norteña, también estuvo precedido de una fuerte sequía en departamentos del norte y en algunos de la sierra.
Es difícil pronosticar un 'Niño costero'. Incluso, hasta diciembre del año pasado, la NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration) pronosticaba condiciones neutras para la franja costera de Perú. El aumento de la temperatura del mar actual con el 'Niño costero' apareció de un momento a otro.
Expertos del Senamhi y de Imarpe explicaron que eventos como el 'Niño costero' no tienen una periodicidad determinada. De ahí que hayan transcurrido 92 años entre la aparición del primero y el segundo.
En este caso, el aumento de la temperatura del mar se vincula con las corrientes de aire, de origen centroamericano, que se mueven con dirección al sur, favoreciendo el calentamiento del mar, y con la llegada de aguas cálidas provenientes de Asia y Oceanía.
A su paso por las costas de Ecuador y Perú, la actual corriente de aguas cálidas no encontró una barrera suficientemente fuerte de vientos alisios (corrientes de aire frías, que recorren de sur a norte las costas del Pacífico Sur) que impidiera su llegada con tanta fuerza.
La superficialidad de esa masa de aguas cálidas y su facilidad de evaporación, permitieron la formación de nubes, las lluvias consiguientes y todas sus secuelas.
Lo único que se ha pronosticado es que las lluvias podrían prolongarse, aunque en menor intensidad, hasta mayo, lo que aumentarían las penurias de nuestros hermanos del norte, Piura en particular, castigada por un diluvio casi bíblico.
Pero el Perú, como #UnaSolaFuerza, sabrá responder al reto y seguir adelante.
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