martes, 7 de marzo de 2017

El fútbol y los números

En pocos días se reinician las 13.ª y 14.ª fechas de las eliminatorias para el Campeonato Mundial Rusia 2018, y nuevamente los comentaristas recurrirán a las matemáticas para determinar las posibilidades del Perú de ocupar un cupo en esa cita. 

En más de una oportunidad, la historia nos ha mostrado la importancia de los números para explicar algunas situaciones muchas veces de difícil comprensión; otras, para solucionar algunos problemas de la vida diaria, y en muchas oportunidades, para analizar algunos hechos que se repiten periódicamente, y que solo quienes dominan los números pueden predecirlas o confirmar que inevitablemente iban a producirse.

Muchas de las dudosas predicciones del astrólogo, hechicero, mago, adivino y qué se yo, llamado Nostradamus, se basan en una serie de problemas que los matemáticos de hogaño dicen haber interpretado para hacernos creer que el citado personaje supo con anterioridad lo que iba a ocurrir en nuestra era.



Aparte de todo lo anterior, recordemos los extraños paralelismos que se suscitaron a raíz del atentado contra las torres gemelas de Nueva York el pasado 11 de septiembre de 2001 -el recordado 11S-, y en la que el número 11 se repetía en una serie de circunstancias (horarios; cantidad de pisos de los edificios y de ocupantes de los aviones; número de letras de nombres y apellidos de los personajes involucrados, número de vuelo, y un largo etcétera).

En el año 2002, un mes antes de la disputa por el título del Mundial Corea-Japón, circulaba por las redes sociales ciertos cálculos que anunciaban el triunfo de Brasil, cuyo equipo de entonces estaba de capa caída y nadie daba un céntimo por él.

Lo cierto es que el 'scracht' sacó la cara por nuestro continente, y conquistó por quinta vez el título de Campeón Mundial de Fútbol Corea-Japón 2002.

Resulta que durante la semana previa al partido estuvo circulando por los correos electrónicos, ciertos cálculos matemáticos, que anunciaban ese hecho, advirtiendo que podía ser coincidencia o superchería, pero no dejaba de ser interesante, y a la postre, resultaron sorprendentemente ciertos.

Decían estos cálculos que Brasil había ganado su última Copa Mundial en 1994, y antes de ese año, habían ganado el campeonato de 1970. Sumados 1994 y 1970, el resultado era 3964.

Pues bien, dentro de esta lógica, y para conocer al ganador de la Copa de Corea-Japón, el anónimo autor del recordado correo, recomendaba restar el año 2002 de 3964, y el resultado era 1962.

Es decir que, conforme a la misma fórmula matemática, el ganador de ese torneo 'tenía' que ser quien se coronó campeón en 1962. Y ese equipo fue Brasil.

Lo mismo se decía de Argentina: había ganado su última Copa Mundial en 1986, y anteriormente había hecho lo propio en 1978. Lo curioso era que sumados ambos años el resultado resultaba siendo el mismo: 3964.

Ahí no quedaba la cosa: Alemania obtuvo su segunda Copa en 1990, y la primera la había ganado 1974. Sumando los dos años, se repetía la cifra: 3964.

El último Mundial Brasil 2016 lo ganó Alemania, que así obtuvo su cuarto título. Sumados los años de sus dos últimos títulos (1974 y 1990), se obtiene igual resultado.

Cierto o no, superchería o coincidencia, los resultados anotados le dieron la razón a quien hurgó entre la historia de los mundiales e hizo los cálculos correspondientes.

Claro que al final, el mismo autor se mostraba demasiado optimista cuando comentaba que los peruanos no debíamos perder la esperanza de ganar el campeonato mundial de fútbol del año 3964, pues 0 más 3964 igual 3964. Lástima que ya no estaremos entonces comprobar si este Nostradamus moderno tuvo o no razón.

Respecto al Mundial Rusia 2018, habrá que espera a saber quiénes serán los clasificados en las epatas finales para comprobar si haciendo los mismos cálculos se pueda adivinar al nuevo campeón.

En lo que respecta al Perú, nuestros inefables comentaristas deportivos van a tirar al tacho lo que hemos dicho líneas arriba, nos tildarán de pesimistas y derrotistas, y harán sus propios cálculos ayudados con las nuevas tecnologías.

Por supuesto nos seguirán vendiendo la idea que somos una potencia futbolística en América, cosa que nunca hemos sido, y continuarán avivando las esperanzas de una hipotética, y más que onírica, clasificación de nuestro seleccionado a la cita en Moscú.

Para amargarles la vida, recordemos que en las eliminatorias para el Mundial Japón-Corea 2002, y antes del último partido frente a Uruguay, se utilizó las computadoras de la Universidad Nacional de Ingeniería para determinar las posibilidades que tenía el Perú de ocupar un quinto puesto en ese entonces. El resultado fue 1.82 %. "Pero en el fútbol no hay lógica", objetaba un comentarista de la época.

E insistía en que si perdía el encuentro, tal como ocurrió, el Perú seguía teniendo tres posibilidades de un total de 19,683, o sea, 0.02 % de probabilidades: mínima, pero posibilidad al fin.

Después de lo que ocurra en los próximos días en los encuentros programados frente a Venezuela, en la tierra del joropo; y ante Uruguay, en nuestra propia casa, estamos más que seguros que nuestros comentaristas y analistas futboleros volverán a seguir perdiendo el tiempo en especulaciones absurdas y a cuál más descabellada.

(Adelantamos esto sin dárnoslas de adivinos ni Nostradamus modernos. Sucede, simplemente, que bien conocemos a nuestros bacalaos.)

Todo ello para que los sufridos hinchas no dejen de ir al estadio a "alentar a nuestros muchachos en busca de la ansiada clasificación"... y para que no haya pérdidas económicas, claro está.

Lo cierto es que los hechos coincidentes, como los recordados, aparecen en la historia en forma, digámoslo así, fría (y matemáticamente) calculados.

No obstante lo dicho, le deseamos a nuestro seleccionado la mejor de las suertes.
La fe es lo último que debemos perder, ¿no?

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